HISTORIA DE VILLARDOMPARDO Y DE SUS PERSONAJES DURANTE EL SIGLO XVII
Capítulo III
Durante el siglo XVI, los gobiernos de los grandes Austrias, Carlos I y Felipe II, hicieron de España la nación más poderosa de Europa, pero las guerras que mantuvieron en el continente, sobre todo Felipe II, hizo que la monarquía se debilitara y durante el Siglo XVII se inicia un periodo de decadencia económica y social que culminará con la pérdida total de las posesiones españolas en Europa con el Tratado de Utrecht.
Para colmo de males, los reyes que gobernaron durante este siglo (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) ceden su poder a una especie de primer ministro llamado Valido, que hacía y deshacía a su antojo, con lo que la corrupción se generalizó a todos los niveles. Era la época de los pícaros, de los hidalgos sin fortuna y como no… de grandes artistas, fue el Siglo de Oro español.
Esta decadencia se notaba en las ciudades, en los pueblos, en las aldeas y también en nuestro pueblo. Los Condes de Villardompardo se fueron a Madrid, como otros muchos nobles, buscando la influencia de la corte. La administración de sus posesiones las delegan a sus administradores y arrendatarios, las decisiones que se toman a nivel municipal son poco importantes, incluso no se toma nota, durante muchos años, de las actas capitulares (plenos del ayuntamiento).
Antes de comenzar a hablar de los acontecimientos del siglo XVII, describiremos el escudo de armas que hay esculpido sobre la puerta del castillo. Esta información la debería haber incorporado en el anterior capítulo, pero la información no le llega a uno cuando debiera.
Descripción del escudo esculpido en la entrada del Castillo
Primero sería interesante explicar el origen del escudo esculpido en piedra que hay en la portada renacentista del Castillo de Villardompardo. El trabajo se terminó en vida del primer Conde de Villardompardo, a finales del siglo XVI
Se trata de un escudo cuartelado en cruz, en cada parte observamos lo siguiente:
● En el primer cuarto: (Arriba y a la izquierda) presenta cinco torres de oro sobre campo de gules (sobre color rojo vivo) colocados en sotuer (escudo de armas de los Torres)
● En el segundo cuarto: (Arriba y a la derecha) sobre campo de oro (sobre color dorado) una banda de sable (escudo de armas de los Carvajal)
● En el tercer cuarto: (Abajo a la izquierda) Aquí hay una mezcla de las familias Messía y Carrillo. En la parte de arriba hay tres fajas de sable en azur (color azul oscuro) sobre campo de oro y en la parte de abajo , correspondiente a los Carrillo, un castillo almenado en azur sobre campo de gules.
● En el cuarto: (Abajo a la derecha) sobre campo de oro, dos lobos desollados (escudo de armas de los Ossorio)
● En el centro: El escudo de Portugal.
ACLARACIONES: Carvajal Osorio eran los apellidos de la primera esposa de D. Fernando de Torres y Portugal (primer Conde del Villar).
Carrillo era el apellido de la segunda esposa de D. Frenando, y Messía o Mexía era el apellido de la madre de D. Fernando.
Torres y Portugal eran los apellidos heredados de su padre, D. Bernardino.
Por tanto, el escudo recoge la simbología de todas las ramas de la familia. Como es lógico el escudo estaba sólo esculpido en piedra y no coloreado. Los colores a los que se hace mención sólo aparecían en papel, y no siempre.
La familia también poseía un escudo Eclesiástico, éste era El Blasón de la Virgen María, que está situado justo encima de la pila bautismal, donde se cruzan los nervios de la bóveda, ya hemos hablado de él en el capítulo anterior. (Foto del margen).
SUCESIÓN DEL TÍTULO DE CONDE DE VILLARDOMPARDO A LO LARGO DEL SIGLO XVII
Durante este siglo se produce una complicada red de sucesiones del título de Condes de Villardompardo debido a la abundancia de matrimonios sin descendencia, por ello, en caso de no tener hijos, el título pasa a hermanos, primos hermanos e incluso a otros familiares.
Esta ausencia de hijos en muchos matrimonios de la casa de los Torres, se debe probablemente a la consanguinidad de las parejas, es decir, por la unión entre familiares muy cercanos. Por tanto el relato de la descendencia de los Torres y Portugal durante el siglo XVII se puede hacer muy pesado, pero es imprescindible conocerlo para entender bien la historia de nuestro pueblo.
La lista de títulos nobiliarios de cada miembro de la familia era muy larga, por eso he omitido dicha lista en casi todos ellos menos en el II Conde, para que os hagáis una idea de la gran cantidad de títulos que poseían.
Comenzamos el siglo XVII con D. Juan de Torres y Portugal y Manrique como II Conde de Villardompardo que sucedió a su abuelo D. Fernando de Torres y Portugal (I Conde de Villardompardo) ya que su padre, D. Bernardino, había muerto antes que su propio abuelo. Los títulos que poseía además de II Conde eran: Señor de Escañuela, Villargordo y la Fuensomera (actual cortijo de Uribe), Alférez mayor y Veinticuatro perpetuo de la Ciudad de Jaén, Caballero de Calatrava, Comendador de Molinos y Laguna-Rota.
D. Juan, como veremos en el siguiente capítulo, mantuvo una estrecha relación con nuestro pueblo presidiendo los cabildos y facilitando la construcción del ayuntamiento de Villardompardo.
D. Juan se casó en primeras nupcias con su prima hermana Dña. Isabel de Carvajal y en segundas con Dña. María Polonia Bazán de Mendoza y de la Cerda, de quién nacería el heredero del condado: D. Juan Antonio Suárez de Mendoza y Torres de Portugal (en otros documentos lo pone al revés: Juan de Torres y Portugal y Suárez de Mendoza) III Conde de Villardompardo. Este señor pidió en 1646 el título de Grandeza de España para la casa de los Torres y Portugal y también mantuvo un pleito con la Compañía de Jesús durante la primera mitad de este siglo XVII. En las declaraciones de este pleito se hace referencia a las posesiones que tenía el Conde y sus antepasados en el Villar. Más tarde hablaremos de ello.
D. Juan Antonio Suárez murió en 1654 sin descendencia a pesar de haber estado casado en 1642 con Dña. Teresa Antonia Manrique Hurtado de Mendoza, por lo que el título pasaría a su hermana viuda Dña. Juana María Suárez de Mendoza y Torres de Portugal que sería la IV Condesa de Villardompardo.
Dña. Juana María Suárez se había casado en 1631 con D. Carlos Pacheco de Córdoba y Bocanegra, que como es de suponer tenía muchos títulos nobiliarios y había servido con Felipe IV. Este señor murió en Madrid en 1646.
Fruto del matrimonio anterior sería D. Francisco Domingo Córdoba y Mendoza Torres y Portugal que nació en Madrid en 1639 y murió en 1668 también en Madrid con sólo 29 años. Esta persona ocuparía el título de V Conde de Villardompardo. Sin duda el hecho de nacer y morir en Madrid haría que la relación con el pueblo fuera muy lejana y delegaría la administración de las tierras a un encargado y a los arrendadores.
D. Francisco Domingo se había casado en 1657 con su prima hermana Dña. Francisca Juana de Mendoza Córdoba Aragón y Portugal, de este matrimonio no nació ningún hijo, así que el título pasaría a un hermano de D. Francisco Domingo llamado D. Diego Fernando de Córdoba y Portugal nacido en Madrid en 1641 y que sería el VI Conde de Villardompardo. Este señor fue Gentilhombre de Cámara de Carlos II.
D. Diego se casó dos veces, en primeras nupcias con Dña. Honorata de Berghes y Renesse, con quién tuvo descendencia, y en segundas nupcias con Dña. María Antonia de Mendoza, boda celebrada en Madrid en 1692 con quién no hubo descendencia. El Conde moriría un año después en 1693. Fruto del primer matrimonio nacieron entre otras la heredera del título: Dña. María Eugenia de Córdoba y Berghes Torres y Portugal convirtiéndose en la VII Condesa de Villardompardo, pero falleció en 1694 en Bilbao sin descendencia, aunque había estado casada.
El título pasaría a una prima hermana suya; Dña. Francisca María Exarch de Belvís Córdoba y Portugal que se convertiría en la VIII Condesa de Villardompardo.
Esta señora se casó con su primo D. Francisco Belvís de Moncada Escrivá Zapata y Mendoza que fue el I Marqués de Bélgida, luego Dña. Francisca María también tendría el título de Marquesa, por su esposo. De esta forma el título de Marqueses de Bélgida se antepone al de Condes de Villardompardo por su mayor rango, perdiendo protagonismo el título de Conde.
Durante este siglo hemos visto como la casa de los Torres y Portugal ha entroncado con los Marqueses de Bélgida, quiénes han mantenido el título de Condes de Villardompardo hasta la actualidad. (Porque la familia vive actualmente en Palma de Mallorca y aún tienen el título de Condes de Villardompardo, entre otros muchos. En otros capítulos hablaremos de ello).
PLEITO ENTRE EL COLEGIO DE LA COMPAÑÍA DE JESUS DE JAÉN Y EL III CONDE DE VILLARDOMPARDO, D. JUAN DE TORRES Y PORTUGAL Y SUÁREZ DE MENDOZA
Se trata de un documento interesante de 76 folios, impreso en Granada en 1657, procedente de la Chancillería de esta misma ciudad. En este documento queda reflejado un pleito entre el Colegio de la Compañía de Jesús de Jaén y el III Conde del Villar, D. Juan de Torres y Portugal Suárez de Mendoza que también poseía el título de Marqués de Cañete.
La Compañía de Jesús heredó los bienes de un tal Alonso de Valenzuela tras su muerte, según la Compañía de Jesús, el anterior Conde del Villar (D. Juan de Torres y Portugal, II Conde de Villardompardo, llamado igual que su hijo) debía un censo a D. Alonso de Valenzuela, por ello dicha institución denuncia en 1642 al actual conde para que le abone dicha deuda contraída por su padre. Al final del proceso el Conde del Villar es absuelto y declarado inocente puesto que según varios testigos la deuda fue saldada en vida del padre.
Pero lo más interesante de este documento no es el pleito ni su resultado, sino la mención de los bienes que poseía la familia Torres y Portugal desde hacía muchos años en el término de Villardompardo y en Jaén capital. También son muy interesantes los nombres que se dan de los gobernantes del pueblo (alcalde, alcayde, regidor, escribano) que declararon a favor del conde.
En este documento se hace referencia a acontecimientos ocurridos muchos años antes, por ejemplo: El 4 de Agosto de 1576 el hijo del primer conde del Villar, D, Bernardino de Torres, que nunca fue conde por morir antes que su padre, presentó un documento ante el alcalde Jaén en el que se mencionaban todas las posesiones de su padre (D. Fernando de Torres y Portugal) tanto en la ciudad de Jaén como en la villa de Villardompardo. Estas posesiones eran las siguientes: (Está transcrito tal y como viene en el documento, algunas aclaraciones las hago entre paréntesis)
Propiedades en Villardompardo
· La venta de la Fuen-Somera (actual Uribe, foto del margen) con la piedra que está “aprestada” al lado para la cerca que se iba a hacer en la huerta que está junto a dicha venta.
· El mesón que el conde tenía en Villardompardo.
· El molino de “aceyte” con el Alhorí (almacén) incorporado en él, con todo lo que le pertenece: viga, piedra, caldera y las demás jarcias de molino.
· Otro Alhorí de pan (trigo) que está frontero junto al castillo de dicha villa.
· Las casas del baño donde se lava la ropa (se refiere al lavadero)
· El palomar que estaba “escueto”.
· La casa que era de Marin, que se iba labrando para que viviese en ella el alcayde de la villa.
· La casa en la que vivía el mayordomo del conde.
· La casa que llaman de las gallinas, también conocida como casa de Rosales.
· Un cuerpo de casa que servía de pajar.
· Dos cuerpos de casa que servían de pajar y un corral.
· Todas las tierras que el conde poseía en Fuen-Somera de cuya jurisdicción su majestad le había hecho merced, que eran treinta y cuatro fanegas.
· Otro pedazo de tierras que llamaban el “regodio” de diez fanegas.
· Otra haza de tierra que estaba en el “buhedo”, de dos fanegas y media.
· Otra haza de tierra en el cerrillo del Moro de tres cuerdas y media.
· Otra haza en el torbisquillo, de una fanega.
· Otra haza para alcacel (cebada verde para el ganado) de dos fanegas de tierra.
· Otra haza para alcacel de poco más de media fanega.
· Un pedazo de olivar en el “pago” de Valdespejo, en que había una “aranzada” poco más o menos (antiguamente se conocía como Valdespejo o Valdespeja toda la zona del cerro Fernandico y alrededores, hoy sólo se conserva entre las personas mayores el nombre de “pozo de Valdespaja” refiriéndose al “pozo de los olivares”, foto del margen)
· Otro pedazo de olivar que tenía una aranzada encima del cerro (Fernandico)
· Un haza que se compró de Cañadilla, que estaba en medio de los olivares del mayorazgo.
· El Tejar (lugar donde se fabricaban tejas, ladrillos y adobes, estaba cerca del pilar ya que se requería mucha agua para su elaboración) y la era que está entre la casa del baño (lavadero) y tierras de alcacel (posiblemente la zona cercana al chilanco)
· La huerta de Fuensomera, con la noria y alberca (la noria se ha conservado hasta hace pocos años, hoy sólo queda el brocal de un pozo junto a un gran fresno) y gasto de recogimiento de agua , que estaba en el término de Villardompardo (en aquella época Uribe estaba dentro del término del Villar)
Propiedades en Jaén
· El medio horno que se había hecho nuevo con el sitio en que se compró las tenerías (sitio o taller donde se curten o trabajan las pieles) y casas de morada principales y accesorias con ellas, con las seis casas que salen a la calle Maestra, que es la calle que va desde la Magdalena a la Puerta de Martos en la ciudad de Jaén, que tenía a renta de por vida Cristóbal Ruiz de Alcázar, curtidor, por 452 maravedís anuales y dos gallinas de censo perpetuo, que se pagaban al Convento de Santa Catalina.
El hecho de presentar esta relación de bienes era porque el conde de aquella época, D. Fernando de Torres y Portugal (foto del margen), pretendía incorporar esos bienes, que eran libres, al mayorazgo, para que de esta forma no pudieran ser vendidos y los heredara “en bloque” el primogénito varón.
El mayorazgo era una institución en la que todos los bienes vinculados a ella no podían ser vendidos por el poseedor, sólo los podía heredar el hijo mayor, de esta forma se garantizaba el paso íntegro de las riquezas de una generación a otra. El poseedor del mayorazgo también podía tener bienes libres no vinculados al mayorazgo que los podía comprar y vender a su antojo.
Con la relación de los bienes nombrados anteriormente, el alcalde mayor de Jaén hizo un informe que fue enviado a su majestad FelipeII y el 27 de Mayo de 1577 dichos bienes fueron incorporados al mayorazgo por Real Orden de su Majestad. Estos bienes fueron heredados íntegramente por el II Conde de Villardompardo, D. Juan de Torres y Portugal y a su muerte por el III Conde, D. Juan de Torres y Portugal Suárez de Mendoza que es a quién denuncia en 1642 la Compañía de Jesús por el asunto que antes hemos comentado.
En el mismo juicio declaran varias personas, unos eran testigos presentados por la Compañía de Jesús y otros por el Conde de Villardompardo, como es de suponer los testigos de cada parte declaraban cosas distintas. Los presentados por el Conde eran todos habitantes de Villardompardo, hombres de su confianza que habían trabajado para él o desempañaban cargos importantes en el pueblo y que vivían en nuestra localidad a mediados del siglo XVII. Éstos fueron:
· Alonso García Armenteros, vasallo del conde e hijo de Pedro Hernández Armenteros (me extraña la no coincidencia de apellidos. El apellido Armenteros es de los más antiguos del pueblo) que había sido administrador de los bienes del II Conde e iba con su padre a cobrar las rentas, por lo que conocía muy bien sus posesiones.
· Antonio de Cabrera, vasallo del conde y alcalde ordinario de Villardompardo.
· Miguel Carrión de Mena, Regidor del Villar.
· Cristóbal Ruiz Malo de Molina, escribano público de Villardompardo.
· Francisco de Moya, (este apellido también es muy antiguo en Villarmpardo) alcaide del castillo de Villardompardo en tiempos del II Conde de Villardompardo. No debemos confundir el cargo de alcalde con el de alcaide, en aquella época el alcaide era la persona que se encargaba de la guardia y defensa de un castillo y el alcalde se dedicaba al gobierno del pueblo.
· Lázaro de Zafra, alguacil mayor del Villar.
Todos ellos declararon a favor del Conde diciendo cuáles eran las propiedades que había heredado de su padre (el II Conde) pertenecientes al mayorazgo, que coinciden con las que hemos enumerado con anterioridad, y cuáles no había heredado porque eran libres y su padre las había vendido por diferentes causas.
Los bienes libres de D. Juan de Torres y Portugal, II Conde de Villardompardo, padre del demandado fueron:
· El cortijo de Leonardo de 146 fanegas y una casa de teja, en el término de Torredonjimeno, que había comprado a Juan de Armenteros, vecino del Villar y que luego vendió a Alonso de Ortega Anguita, vecino de Torredonjimeno, para poder pagar la dote de su hija Inés de Manrique.
· Otro cortijo cerca de la dehesa del Villar, en el término de Torredonjimeno, conocido como la Salina o Salinilla, que compró a D. Gil Alonso y que luego también lo vendió a D. Andrés Ponce de León, vecino de Torredonjimeno.
· Un pedazo de tierra de más de cien fanegas que compró a D. Alonso Ortega que era Corregidor de Torredonjimeno y que alindaba con Benzalá y Berrío. Parte de este pedazo, conocido como el Fraile, de unas 30 o 40 fanegas, (todavía se llama igual. Foto del margen) se lo dio como dote a su criada Isabel de Cózar. En aquella época era muy normal que una familia pobre cediera desde muy pequeña a su hija para que sirviera en la casa de un noble, con la condición de que a la hora de casarse el noble compensara a la criada con la dote, como pago a los servicios prestados durante toda su niñez y juventud.
Total, que Don Juan de Torres y Portugal Suárez de Mendoza, III Conde del Villar, sólo heredó los bienes vinculados al mayorazgo, casi todos los libres los vendió su padre mientras vivía. Las pocas propiedades libres que le quedaron, yeguas, potros, ropa blanca, muebles de casa y poco más, se las dejó a su criado Antonio de Morillas.
En las diferentes declaraciones se deja ver que el II Conde fue un mal administrador de su herencia ya que muchas casas propiedad suya, tanto en Jaén como en Villardompardo, se habían caído y estaban como solar, también dejó el mayorazgo cargado de deudas, tanto fue así que su hijo estuvo a punto de renunciar a sus derechos como heredero del mayorazgo. Al mismo tiempo el padre estaba apenado porque no quería dejarle la herencia al hijo. Está claro que la relación entre ambos no era buena, de hecho en muchos escritos, el III Conde de Villardompardo es nombrado como D. Juan Suárez de Mendoza y no como D. Juan de Torres y Portugal Suárez de Mendoza, cosa que me despistó bastante a la hora de seguir la genealogía, es como si hubiera renunciado a los apellidos paternos, además este señor vivió en Madrid, cerca de la corte y allí tuvo a sus hijos con lo que la relación con Villardompardo prácticamente se perdió, dejando la explotación de sus bienes a los administradores y arrendatarios.
Como habéis podido comprobar en este capítulo sólo hemos hablado de los Condes de Villardompardo, de la herencia del título y sus posesiones durante el siglo XVII, en el próximo capítulo hablaremos de lo que pasaba en el pueblo; a sus gentes y cuáles eran sus problemas diarios.
CONTINUARÁ
Fuentes consultadas:
· Heráldica y Genealogía en el Reino de Jaén de Andrés Nicás Moreno.
· Memorial del Pleito entre El Colegio de la Compañía de Jesús de Jaén y el III Conde de Villardompardo. Chancillería de Granada.
· Fotos del autor.
· Agradecimientos: a Francisco Maldonado y Beatriz que me han enviado mucha información por Internet y por supuesto a Manuel Delgado García, vecino de nuestro pueblo, que por desgracia falleció en Julio y que me contaba muchas cosas que ocurrían antiguamente. D.E.P
Carlos Ramírez Perea