domingo, 23 de diciembre de 2012

COMIENZA LA NAVIDAD CON UN "CONCIERTO BENÉFICO NAVIDEÑO"

El día 22 de Diciembre de 2012, la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Villardompardo, ha organizado un CONCIERTO BENÉFICO en el que han participado: el coro rociero "Camino Andaluz", el grupo de niños que estan aprendiendo guitarra, dirigidos por Francisca Mena San Eufrasio, el Coro "Nuestra Señora de Gracia" de la Iglesia de Villardompardo y el "Coro Infantil de Villardompardo". El concierto ha sido presentada por Ana Alcalá Gay, presidenta de la cofradía, y se ha celebrado en la sala del edificio de Usos Múltiples. La afluencia de público ha sido un éxito, además los asistentes podían llevar alimentos no perecederos para ayudar a Cáritas.

BELÉN QUE DECORA LA SALA DE USOS MÚLTIPLES
        MAQUETA DE VILLARDOMPARDO QUE FORMA PARTE DEL BELÉN
ACTUACIÓN DEL CORO ROCIERO "CAMINO ANDALUZ"
ACTUACIÓN DE LOS NIÑOS DEL CURSO DE GUITARRA
                                          SAXOFONISTA IRENE FERNÁNDEZ
ACTUACIÓN DEL CORO DE LA IGLESIA DE VILLARDOMPARDO
                                             ACTUACIÓN DEL CORO DE NIÑOS

miércoles, 19 de diciembre de 2012

HA TERMINADO LA RESTAURACIÓN DEL MURO DE LA IGLESIA DE VILLARDOMPARDO

El muro  de la cara Este de la iglesia de Villardompardo, ha sido restaurado. Presentaba un deterioro importante, ya que el enlucido de yeso  que cubría el tapial, estaba totalmente desprendido y amenazaba con caer al suelo, con el consiguiente peligro para los vecinos. El color de la mezcla utilizada para el nuevo enlucido y para cubrir las juntas del muro de piedra, ha sido un acierto. Le ha dado un aspecto antiguo muy bonito. Aquí tienen algunas fotos.

jueves, 6 de diciembre de 2012

FINALIZAN LAS EXCAVACIONES DEL CASTILLO DE VILLARDOMPARDO


Desde primeros de octubre de 2012 se ha llevado a cabo la excavación del Castillo de Villardompardo. El viernes día 30 de Noviembre, se dieron por concluidas dichas excavaciones y se celebró el día de “Puertas abiertas”, en el que todas las personas que lo desearon, pudieron asistir al recinto para recibir las explicaciones, por parte de una de las arqueólogas que ha supervisado el trabajo, sobre todo lo descubierto y su interpretación desde el punto de vista histórico y arquitectónico.

La superficie excavada ronda la cuarta parte del total, centrándose sobre todo en la esquina suroeste (junto a la torre) y noreste del recinto amurallado. En la primera se ha encontrado una superficie empedrada y un pozo a la derecha, de unos cuatro metros de profundidad, limitado en uno de sus laterales por un grueso muro de mampostería cuya función no se ha llegado a concretar con exactitud (foto del margen)

El hallazgo más fructífero se encuentra en la esquina noreste, donde se ha descubierto una estancia empedrada de grandes dimensiones que posiblemente fueran las caballerizas, a juzgar por las marcas de los pesebres que hay en el muro que la delimita (el que se ve a la derecha de la foto). También se han excavado diferentes muros que rodeaban el antiguo recinto anterior a la construcción del palacio a finales del siglo XVI, así como restos de las canalizaciones para evacuar las aguas de lluvia y fecales (tercera foto)

A lo largo de la excavación se han ido encontrando restos de cerámica de diferentes épocas, la más antigua corresponde al Calcolítico (edad del cobre), ésto explicaría los distintos silos encontrados hace bastantes años (cuando se metieron las tuberías para el agua en los años 70 y 80) en la zona cercana al castillo: Plaza del Castillo, Calle San Juan, y calle San Francisco de Asís. También se han encontrado tégulas romanas y algo de “Terra sigillata” (tipo de cerámica romana), lo que nos indica un posterior asentamiento romano. Y por último mucha cerámica medieval cristiana, como restos de tinajas, vasijas, platos e incluso numerosas “olambrillas” como las de la foto, típicas del siglo XVI y XVII, que servirían para decorar el pavimento de las partes más nobles del palacio.

Curiosamente no se ha encontrado ningún resto de cerámica árabe, a pesar de que hay documentación que confirma la existencia de una pequeña alquería en este lugar, en el momento de la reconquista en 1245. Tal vez la zona que hoy ocupa el castillo no estaba poblada en esta época, pero sí otros lugares del casco urbano.

Con todo lo encontrado y excavado, el equipo de arqueólogos/as, redactará un informe que enviará al ayuntamiento, éste servirá de base para poder solicitar una subvención que se dedicará a la restauración integral de nuestro castillo. Cuando se reciba dicho informe publicaremos un resumen del mismo en esta página. Esperemos que sea pronto.

Carlos Ramírez Perea





miércoles, 10 de octubre de 2012

Aquí tenéis algunas imágenes de las Fiestas Patronales de Villardompardo 2012. La resolución de las fotos ha sido reducida para no ocupar tanta memoria.

Interpretación del Himno de Villardompardo
Interpretación de "La Salve"
Anderos de la procesión
Senderismo 2012 en el pilarillo
Senderismo 2012 en Santa Gema

sábado, 29 de septiembre de 2012

HISTORIA DE VILLARDOMPARDO Y DE SUS PERSONAJES DURANTE EL SIGLO XVIII
                                       Capítulo VII

    En el capítulo publicado en las fiestas de Octubre de 2010, hablábamos de lo ocurrido en Villardompardo hasta 1732, pero hemos hecho un paréntesis de tres capítulos para contar los orígenes y época medieval de nuestro pueblo. A partir de ahora retomamos el siglo XVIII sin interrupciones. Comenzamos en 1733
En las actas capitulares de estos años, podemos observar como el concejo de Villardompardo, mandaba cada año al corregidor de esta villa y administrador del conde, una propuesta de personas que ocuparían los diferentes cargos del ayuntamiento, para que su “merced” eligiera a los que creyera más adecuados. Al decir “su merced” podría referirse al conde en persona o al mismo corregidor, que elegiría a los candidatos en su nombre, veo más probable la segunda opción puesto que el conde se encontraba en Madrid y seguramente delegaría en el corregidor todos estos trámites.
El corregidor y administrador de los bienes del conde en Jaén era Don Francisco Vallés, donde también residía. Había otro administrador para sus bienes en Villardompardo, que era Don Alfonso Joseph de Baldelomar.
La propuesta se mandaba con personal duplicado, es decir, si había que nombrar a dos nuevos alcaldes ordinarios, se proponían a cuatro personas, y así con todos los demás puestos. Como el corregidor no conocía personalmente a los vecinos del pueblo, nombraba a los dos primeros que se proponían y así sucesivamente. Por tal motivo el ayuntamiento tenía especial cuidado con las primeras personas propuestas.
A lo largo de todos estos años se puede ver como los diferentes puestos del ayuntamiento siempre estaban ocupados por un escaso círculo de personas, pero iban cambiando de cargo, es decir, si un vecino era regidor durante un año, al siguiente podía ser alcalde ordinario y al contrario. Por ejemplo, Manuel de Moya y Alfonso de Baldelomar (ahora ese apellido se escribe con “V”) fueron personajes importantes del pueblo, ya que ocuparon diferentes cargos durante muchos años. Algo curioso es que los dos alcaldes ordinarios solían firmar las actas con un sello que reflejaba su nombre.
Como vemos en la foto, los alcaldes ordinarios: Manuel de Moya y Pedro de Murcia firmaban con un sello (aunque en la foto no lo parezca), pero los demás lo hacían de su puño y letra, y así ocurre en años sucesivos con varios alcaldes.

Los cargos que se renovaban anualmente eran:

-Dos alcaldes ordinarios; por lo tanto se proponían cuatro candidatos.
-Tres regidores; por lo que se proponían seis.
-Dos alcaldes de Hermandad; se proponían a cuatro.
-Un Padre de Menores; se proponía sólo uno.
-Dos Apreciadores del Concejo; se proponían directamente a los dos.
-Algunos cargos como Alguacil Mayor duraban mucho más tiempo.
-Había otro cargo que lo nombraba el concejo directamente que era el de “Depositario del Concejo”.
Durante muchos años fue escribano del ayuntamiento D. Juan Alonso Ponce Ubal nombrado directamente por la anterior condesa que ya había fallecido hacía tiempo.
El relevo de los cargos concejiles, a mediados de este siglo XVIII, se llevaba a cabo alrededor del mes de marzo, abril o mayo de cada año.

Algunos acontecimientos ocurridos en el Villardompardo de aquellos tiempos fueron:

El 13 de Abril de 1733 se reúne el concejo de Villardompardo formado por:
Alcaldes ordinarios: Manuel de Moya y Pedro de Murcia.
Alguacil mayor: Alfonso de Baldelomar.
Regidores: Tomás de la Chica, Baltasar de Mena y Bartolomé Jiménez.
Acordaron llamar al maestro relojero Melchor de los Reyes, vecino de Arjonilla, para arreglar el reloj de la villa, por ser muy necesario para el buen gobierno del pueblo. El precio del arreglo fue de ciento ochenta reales de vellón.

El 19 de Noviembre de 1733 siendo Alcaldes Ordinarios: Alonso Malo de Molina y Vicente de Periche.
Alguacil mayor: Alfonso de Baldelomar.
Regidores: Diego de la Chica, Manuel de Contreras y Diego de Godoy. Se acuerda, como en años anteriores, dar dos fanegas y media de tierra en las Moratillas Altas y sin cobrar renta alguna, al presbítero D. Lorenzo de Zafra, para decir misa de Alba durante todo el año.

El 23 de Febrero de 1734 se decide romper un pedazo de tierra en el Monte y repartirlo en suertes como ayuda a los vecinos más necesitados. Fue un mal año.

El 1 de diciembre de 1735 ocurre algo parecido. Resulta que muchos vecinos debían mucho trigo al pósito, allá por 460 fanegas, pero no podían pagarlo por las malas cosechas que habían tenido, así que el concejo decidió repartir una parte del Monte, que era terreno comunal, en suertes y arrendarlo “al cuarto” a aquellas personas que lo debían, para que con la cosecha del presente año pudiesen pagarlo.

Algo curioso ocurre en un acta traspapelada de la Villa de San Pedro de Escañuela que data del 5 de Abril de 1734, en la que el concejo del pueblo vecino estaba formado por un alcalde ordinario y dos regidores, además de alcalde de hermandad y otros puestos. Compartíamos al escribano: Ponce Ubal y el Alguacil Mayor: Alfonso de Baldelomar, algo fácil de comprender si tenemos en cuenta que pertenecíamos al mismo condado. Algunos apellidos tan abundantes en Escañuela como Jiménez, Cuesta o Peramo, ya aparecen en el acta.

El 7 de Junio de 1737, la situación de muchas personas del pueblo era desesperada.
Eran alcaldes ordinarios: Pedro de Murcia y Vicente Periche.
Alguacil mayor: Alonso José de Baldelomar.
Regidores: Baltasar de Mena, Alonso García de Armenteros y Alonso Silvestre.
El motivo era que se habían acabado las reservas de trigo y cebada para el abasto del Común (del pueblo), y fue preciso comprarlo de fuera al siguiente precio: a siete cuartos la fanega de trigo y a cinco cuartos la de cebada. Debido a la suma pobreza del vecindario, les era imposible comprar el pan a dichos precios y por ese motivo muchas personas estaban abandonando el pueblo a toda prisa. Esto agravaba aún más la situación, porque los que se quedaban aquí, tenían que pagar más dinero en el repartimiento de las contribuciones reales.

Explicamos esto último: Cada pueblo tenía que pagar una cantidad fijada e invariable desde hacía tiempo, en concepto de Contribución Real. Si una localidad perdía habitantes, estos tendrían que pagar más dinero por cabeza, en cambio si ganaba habitantes saldrían a menor cantidad. El ayuntamiento de nuestra localidad, sacaba parte de ese dinero arrendando y vendiendo los productos de las tierras comunales que poseía, y el resto lo pagaban los vecinos dividiendo entre los que hubiera en el pueblo ese año (repartimiento). Cuantos menos vecinos quedaran en la localidad más dinero tendría que pagar cada uno, de ahí la preocupación del concejo por no perder gente de Villardompardo. Para colmo de males, si una localidad no podía pagar la Contribución Real, los componentes del concejo (alcaldes y regidores) eran encarcelados en el pueblo que fuera cabeza de partido judicial (Martos en nuestro caso) en turnos de 15 días cada uno hasta que fuera pagado el impuesto en su totalidad. Así que los miembros del concejo deberían estar muy preocupados en años de malas cosechas.
Por todo ello y para remediar la complicada situación de 1737, el concejo escribió una carta al señor D. Francisco Vallés, administrador del Conde, para que hablara con él y concediera al pueblo la cantidad de 200 fanegas de trigo y otras 200 de cebada. No se aclara si fueron concedidas.
Como vemos, hubo una serie de años con malas cosechas. Como consecuencia de ello muchos vecinos pasaron penalidades, algunos murieron y otros se fueron del pueblo.
El prior de la iglesia de Santa María (Torredonjimeno), curioso observador de la vida tosiriana, nos ha dejado escritas unas interesantes noticias sobre las cosechas de este período. Suponemos que el tiempo y las penalidades en Villardompardo debieron ser las mismas, por la proximidad de ambos pueblos. El prior destaca como años malos y lógicamente de hambre y muertes: 1734, 1736 (demasiado lluvioso), 1737, 1750 (muy malo)
Fijaos como coincide lo que dice el prior sobre el año 1734 y 1737 con lo ocurrido en nuestra localidad en esos mismos años. Sólo podemos comparar estos dos años porque ya no aparecen actas escritas en Villardompardo hasta 1754.

EL CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA

El Catastro del Marqués de Ensenada de 1751, es sin duda el documento que aporta más información sobre cualquier población de aquella época. Por sí solo daría para escribir un libro, pero aquí intentaremos resumirlo en este capítulo y el siguiente.
Como hemos dicho antes, cada población tenía asignada desde hacía años una cantidad fija que debía pagar a la Contribución Real, otras veces se habla de Rentas Provinciales. No se contemplaba que el pueblo en cuestión aumentara o disminuyera en su número de vecinos. Esta injusticia fue reconocida por los monarcas, que se dieron cuenta que la mayor parte de los impuestos eran pagados por los más humildes, los llamados pecheros. Hacía falta una gran reforma, que la llevaría a cabo Zenón de Somodevilla y Bengoechea ( Marqués de la Ensenada, foto del margen) secretario de Hacienda durante el reinado de Fernando VI. Este inteligente político ilustrado se dispuso a catastrar las propiedades (casas, tierras, ganado, etc) de los habitantes de todos los pueblos de Castilla, uno a uno, con el fin de que cada cabeza de familia contribuyera a la hacienda pública con arreglo a sus posesiones (lo que se llamó Contribución Única), y no con la misma cantidad para todos, fueran ricos o pobres. El Rey Fernando VI firmó el Decreto el 10 de Octubre de 1749 e inmediatamente una enorme cantidad de funcionarios se pusieron manos a la obra para catastrar todo el reino de Castilla, al que pertenecía Andalucía (casi 15000 poblaciones en total).
Al final el catastro no sirvió para nada por la oposición de la nobleza e iglesia que querían seguir con el privilegio de no pagar impuestos, pero sí ha servido para que conozcamos la realidad socioeconómica de cada población española a mediados del siglo XVIII, entre ellas Villardompardo.

El catastro se llevó a cabo en dos fases:

• La primera consistía en responder a cuarenta Preguntas Generales que se hacían a una comisión de personas del pueblo, nombradas a tal efecto. Esas preguntas reflejaban la economía general y otros aspectos de la localidad en cuestión.
• La segunda fase, mucho más interesante, consistía en una entrevista personal con cada cabeza de familia en la cual se declaraban todas sus posesiones: casas (se decía la calle donde estaban ubicadas), tierras (se decía en qué lugar estaban, su extensión, de qué estaban sembradas, producción, etc), el ganado que poseían, y otras cosas interesantes. Así que podemos saber cuáles eran los habitantes de Villardompardo a mediados del siglo XVIII con nombres y apellidos, dónde vivían, que posesiones tenían, etc. En el siguiente capítulo se publicará una lista con todos ellos.  En éste sólo tenemos espacio para publicar las conclusiones más destacadas de las cuarenta preguntas generales. Se hizo a partir del 30 de Julio de 1751 en la posada del pueblo y debió ser un gran acontecimiento para sus habitantes.

1ª FASE: PREGUNTAS GENERALES

Las personas que se relacionan a continuación comparecieron en la posada (no se especifica el lugar donde estaba la posada, tal vez se refiera al lugar donde se hospedaba, que podría ser una casa particular) aquí se hallaba el representante del rey: D. Joseph Gómez Cumplido, abogado de los Reales Consejos, Alcalde Mayor y Capitán General de la Villa de Torredonjimeno, para responder a las 40 preguntas generales con el fin de elaborar el catastro de la Villa. Estas personas y sus cargos en el pueblo fueron:
- D. Bartolomé Luis de Moraga, que era el prior de la Iglesia Parroquial de Santa María de la Concepción de Villardompardo (este era el nombre de la actual Iglesia de Nuestra Señora de Gracia).
- D. Alfonso Joseph de Baldelomar, alcalde Mayor de esta Villa, nombrado por el Marqués de Bélgida.
- D. Pedro de Murcia y Pedro de Contreras, alcaldes ordinarios.
- Juan de Pancorbo, alguacil mayor.
- Francisco de Armenteros, Alonso Gómez de Porcuna y Pedro de Moya, regidores.
- Juan Alonso Ponce Ubal, escribano de la Villa.
- Vicente Periche y Cristóbal de Morillas, alcaldes de la Santa Hermandad.
- Lázaro de Zafra y Juan Mateo Hernández, fieles peritos e inteligentes (estas dos personas se implicaron mucho en las declaraciones, también es verdad que cobraron)
- Juan de Molina, agrimensor de Torredonjimeno.
Las 40 preguntas que se hacían eran de muy diversa índole. Las más interesantes versaban sobre la extensión del término, calidades de las tierras y cultivos que se sembraban, número de casas y de vecinos, trabajos de los vecinos, cantidad de ganado, impuestos que se pagaban, si el pueblo era de realengo o señorío, etc, etc. Con sus respuestas nos hacemos una idea de las características generales del pueblo. Veamos algunas conclusiones:

CASAS Y POBLACIÓN

En esta villa había 124 casas con el palacio del Señor Marqués de Bélgida, Conde de esta villa (se refiere al castillo), de ellas, veinticinco estaban arruinadas, inhabitables. Algunas eran solares cercados donde los vecinos sembraban. Debemos aclarar que aquellas casas eran de una extensión superior a las actuales, a veces muy superior.
En esta villa no se pagaba por razón del suelo cantidad alguna al referido Señor Conde. Antiguamente recibía pensión por vivir en ella, pero se le dio por cuatro meses de invernadero los pastos de la dehesa Rasa, que arrendaba durante esos meses y percibía cuatrocientos reales anuales.
La población la componían 114 vecinos. Debemos entender como vecinos a los cabezas de familia, fueran hombres o mujeres (viudas). El número real de habitantes era de 387 personas. Sin duda Villardompardo había conocido épocas mejores.

CALIDADES DE LAS TIERRAS DEL TÉRMINO

El término de Villardompardo lo componían unas 2800 fanegas de a doce celemines cada una. Cada celemín  estaba formado por 55 estadales y medio, y cada estadal por tres varas y dos tercias castellanas, según el marco de Ávila que es el que se practicaba en esta Villa. Si cada fanega son 0,6262 hectáreas, resulta que el término tenía una extensión de 1753,36 hectáreas, es decir, unos 17,5 Kilómetros cuadrados, la misma extensión que tiene hoy en día.
Las calidades de las tierras eran las siguientes:

DE RUEDO: estaban alrededor del pueblo y eran las más fértiles. Producían fruto todos los años, ellos decían “sin intermisión”. Las había:
- 1 F (fanega) y 10 cel (celemines) de regadío, producían alcarcel (cebada verde para el ganado) y hortalizas. Estaban en el pilar, hoy sigue habiendo huertas en ese lugar.
- 149 F y 1 cel de secano. Un año se sembraban de trigo, otro de cebada y otro de matalahúga, habas o garbanzos. Las había:
- 119 F y 10 cel de 1ª calidad.
- 29 F y 3 cel de 2ª calidad.

DE CAMPIÑA: estaban más alejadas del pueblo, eran de secano y se sembraban de cultivos herbáceos. En total eran 1575 F y 10 cel, divididas en las siguientes calidades:
- 25 F y 6 cel de 1ª calidad. Producían con dos años de intermisión (dos años de descanso) el 1º año de trigo, el 4º año de cebada y 7º año de escaña, garbanzos o yeros.
- 329 F y 3 cel de 2ª calidad. Con los mismos productos e intermisión que la anterior pero con menor producción.
- 992 F y 1 cel de 3ª calidad. Producían con cinco años de intermisión.

OLIVARES: Se encontraban en los siguientes lugares:
- 13F y 4 cel en San Antonio, eran los mejor considerados, de 1ª calidad.
- 172 F y 2 cel en La Corona, Ruimesa (Palanco) y Baldespeja**, repartidos de la siguiente forma: 31 F y 2 cel de 1ª calidad, 78 F y 8 cel de 2ª calidad, 62 F y 4 cel de 3ª calidad.
Sólo el 6,62% del término estaba sembrada de olivos. Todos sabemos que los olivos más antiguos del pueblo están en esos lugares, no hay más que ver sus troncos. (Foto de un olivo de la Corona)

**BALDESPEJA ocupaba todo el terreno comprendido entre el Arroyo la Maestra y el camino del depósito, empezando en la Cruz de Arjona y terminando en el término de Torredonjimeno, se dividía en muchos parajes: Prado Andino (Plaondino), La Cañá, Santa Rosalía, El Jetal...

DEHESAS

- 104 F en la dehesa de La Rasa (era boyal, para apacentar los bueyes) y estaba poblada por unas 300 encinas. Una parte era infructífera por ser peñascales. Se extendía desde la Huerta Salada hacia arriba, pasando por “las Quebrás” (foto del margen) hasta llegar a Las Pilas y Santa Gema
- Dehesa de la Carnicería: con 379 fanegas poblada con 2400 encinas, la componían: Picayuelo, Barranco Rodrigo y Cerro de la Zahurda. Se dividía en:
- 126 F y 4 cel (la tercera parte) en la dehesa de yeguas, para apacentar a estos animales.
- 252 F y 8 cel se conocía como dehesa del Concejo y se utilizaba para vender sus frutos: la bellota, y para alimentar a los cerdos con las que quedaban.

RESTO DE TIERRAS

- 148 F de tierras yermas que son peñascales.
- 177 F y 7 cel de terreno que ocupan los caminos, arroyos, veredas y las madres de los dos salados.
- 24 F que ocupa el asiento del pueblo. Hoy ocupa unas 44 fanegas (27,7 Ha). Ahora es casi el doble.

GANADO

Las especies de ganado que había en este pueblo y su término eran:
- Catorce yeguas y un lechuzo (muleto que aún no tiene el año) y cuatro caballos capones.
- Cincuenta y una cabezas de ganado vacuno de trabajo (bueyes), doce cerriles y cuatro mamones, que pastan en este término y son propios de varios vecinos.
- Más de seiscientas noventa y seis ovejas (las ovejas sufrían ataques de lobos)
- Veintisiete cabras.
- Doscientas dieciséis cabezas de ganado de cerda.
- Sesenta y una de ganado asnal (no había mulos)
- Siete colmenas.
Debía haber muchas aves de corral pero no constan en las declaraciones.
El ganado se alimentaba en las dos dehesas y en las tierras que se encontraban en barbecho, que eran muchas, por sembrarse casi todas con dos o cinco años de intermisión. En general, las tierras estaban muy mal aprovechadas.

IMPUESTOS

Impuestos pagados a su Majestad:

Los declarantes dijeron que esta villa paga anualmente a su Majestad por el Real Servicio ordinario y extraordinario (Impuesto incluido en las Rentas Provinciales), 771 Reales y tres maravedís, que se reparten entre los vecinos de esta villa y hacendados de su término, pecheros y correspondientes al estado general.
Según los Peritos Lázaro de Zafra y Juan Mateo Hernández, este impuesto era injusto porque los vecinos pagaban el doble de lo que debían, ya que la cantidad anterior fue fijada en 1717, con arreglo a los vecinos de aquella época. En la actualidad (1751) el número de vecinos había bajado un tercio y además, desde aquel año hasta 1751, muchas parcelas habían pasado a instituciones eclesiásticas y el vecindario no disfrutaba de su producción, con lo cual era menor su liquidez.

Impuestos pagados a la Iglesia:

La población pagaba los siguientes impuestos por su producción agrícola y ganadera:
- El diezmo: era la décima parte de la cosecha. Se pagaba en la tercia del pan decimal, casa situada en la calle Capitán Ortega Gallo (por encima de la cooperativa) de ahí el nombre de la calle “La Tercia”
- La primicia: afectaba al trigo y cebada. Se pagaba media fanega si la cosecha superaba las seis fanegas.
- Voto de Santiago: se pagaba siempre que la cosecha superase las diez fanegas. Consistía en pagar tres celemines si se había cultivado con una yunta, o seis celemines si había sido con dos yuntas. Se pagaba en especie.
- Pie de Altar: sólo se pagaba sobre la hortaliza y lo cobraba directamente el prior.
- Diezmo de Minucias: se pagaba sobre la lana, queso, corderos, potros etc.
La medida del grano para el pago de los impuestos se realizaba con instrumentos que aún se conservan en muchas casas: Fanega, Cuartilla, Celemín (falta) y Medio Celemín








Impuestos pagados al Conde de la Villa:

El Conde cobraba los siguientes impuestos (la cantidad que figura es lo recaudado/año)
- La Alcabala Real: El conde cobraba anualmente 2000 R (reales) de Vellón por este concepto. Este impuesto lo pagaban los vendedores de productos y era un porcentaje (entre 5 y 10 %) del valor de dicho producto.
- Alcabala del viento: 100 Reales. Tributo que pagaba el forastero por lo que vendía en este pueblo.
- Por las posesiones que se venden: 50 Reales
- Por correduría: 100 Reales de vellón. Comisión por la compraventa.
- Por las penas de cámara: 12 Reales. Multas
- Por los pastos de la Dehesa: 400 Reales
En resumidas cuentas: el rey cobraba impuestos directos a los ciudadanos, la iglesia cobraba impuestos a la producción y el conde cobraba impuestos en las transacciones comerciales.

GASTOS ANUALES DEL CONCEJO (del Ayuntamiento)

Los gastos anuales del concejo eran los siguientes:
- Salario del “ministro ordinario”: 100 Reales
- Al relojero: 110 Reales
- Cera por la Fiesta del Corpus y su octava: 100 Reales
- Novenario a la Virgen de Atocha: 81 Reales
- Fiesta a San Roque: 26 Reales
- Fiesta de la Purificación o Candelaria: 60 Reales
- Salario del escribano: 300 Reales
- Daños de la Mesta mayor: 410 Reales
- Papel, despacho de veredas, reparo de calzadas, aderezo de fuentes, pontón, acopio de rentas: 400 Reales
No aparece por ningún lado gastos por las fiestas patronales que celebramos en la actualidad. Tampoco se habla de ningún cementerio ya que en aquellos años se enterraban a los difuntos en la “fábrica de la iglesia”, es decir, en su interior.

El próximo capítulo se dedicará íntegramente a las declaraciones individuales.

FUENTES CONSULTADAS

● Actas Capitulares originales de esta época, presentes en el archivo del ayuntamiento.
●“Libro maestro de legos” con signatura 7990. Presente en el Archivo Histórico Provincial de Jaén
●Torredonjimeno en 1752 publicado en Internet por Manuel Padilla Sánchez
●Cómo se hizo el Catastro del Marqués de Ensenada http://www.eurocadastre.org/pdf/camarero2esp.pdf.
●Fotos del autor excepto la del Marqués de la Ensenada, bajada de Internet.

Carlos Ramírez Perea




jueves, 20 de septiembre de 2012






Procesión de Nuestro Padre Jesús. Día 14 de Septiembre de 2012

jueves, 30 de agosto de 2012

Fotos Históricas

Desde que Fermín y Maruja Béjar me prestaron estas fotos, siempre pensé que se trataba de las fiestas patronales a finales de los años 20, por la presencia de los músicos (a la derecha) y los sombreros tipo “Canotier” (aquí los llamaban de galleta) típicos de aquella época. Pero a veces tienes la pista delante de tu nariz y no te das cuenta. Se trata de las banderas puestas en los balcones del ayuntamiento, son las republicanas, por tener el mismo ancho en las tres franjas. ¿Qué acontecimiento fue tan importante como para ser fotografiado con todas las autoridades del pueblo: cura, guardia civil, concejales y mucha más gente? Como me dijo Pepe Torres, muy probablemente se tratara de la Proclamación de la II República, puede que el mismo 14 de Abril de 1931 o algún día posterior. ¿Y la banda de música? Pues para interpretar el Himno de Riego ante el alborozo de la gente. Así que podríamos estar ante dos fotos con importante valor histórico para nuestra localidad.

lunes, 6 de agosto de 2012


EN LA BAJA EDAD MEDIA. Capítulo 3 y último del Libro 1

    En los últimos siglos de la Edad Media, fueron frecuentes las guerras entre nobles que apoyaban a diferentes candidatos al trono de Castilla. La familia nobiliaria de los “Torres” (señores del Villar desde 1371) se vio implicada en estas guerras y, como consecuencia, el castillo de Villardompardo tuvo cierto protagonismo en algunos de estos episodios bélicos. Veamos cómo ocurrieron los acontecimientos.
    El linaje de los Torres es muy antiguo y tiene sus orígenes en Navarra. Dos caballeros de este linaje llegaron a Soria y allí establecieron su residencia.
    En tiempos de Alfonso X el Sabio, fue necesario poblar el Alcázar de Baeza para mantener el orden en la frontera con el Reino de Granada, así que el monarca castellano llamó a 33 caballeros para llevar a cabo dicha repoblación. Entre ellos se encontraba uno del linaje de los Torres de Soria, llamado D. Pero López de Torres. Estos caballeros tenían como misión guardar y defender la ciudad cuando fuera necesario. Para contentarlos, el rey les entregó gran número de propiedades con carácter hereditario, así consta en un documento otorgado por el rey D. Alfonso X el 27 de septiembre de 1307, propiedad del archivo de Nuestra Señora del Alcázar de Baeza.
    Del caballero anterior es descendiente D. Pero Ruiz de Torres, que en tiempos del aspirante a rey D. Enrique de Trastámara, fue favorecido por éste con la alcaldía mayor de la ciudad de Jaén y con la alcaidía del alcázar de Úbeda, por los buenos servicios prestados en la guerra contra los musulmanes. También le dio la vara de alguacil mayor de la ciudad de Jaén con carácter perpetuo.

PRIMERA GUERRA CIVIL CASTELLANA

    Por aquella época, Enrique de Trastámara (foto del margen), hijo bastardo de Alfonso XI, mantenía una guerra con su hermanastro Pedro I el Cruel, por el trono de Castilla. Este episodio bélico se conoce como "Primera Guerra Civil Castellana" y duró desde 1356 hasta 1369.
    En 1368 el rey de Granada Muhammad V, partidario de Pedro I, entró en tierras de Jaén y arrasó las ciudades de Úbeda y Jaén, además de muchas aldeas, pero no consiguió tomar sus respectivos alcázares ya que D. Pero Ruiz de Torres, partidario de Enrique de Trastámara, los defendió con ánimo y valentía.
    La contienda acabaría en 1369 cuando Pedro I moría a manos de su hermanastro Enrique de Trastámara en Montiel. Así consiguió Enrique II hacerse con el trono de Castilla, desde 1369 hasta 1379

VILLARDOMPARDO SE CONVIERTE EN SEÑORÍO

    Después de la guerra, el monarca concedió honores y privilegios a todos los caballeros que le habían sido fieles, lo que se conoce como “Mercedes Enriqueñas”, de las que D. Pero Ruiz de Torres salió muy beneficiado, ya que el rey le hizo merced del adelantamiento de Cazorla, le dio la renta de la almocatrazía de la ciudad de Jaén, es decir, el impuesto que tenían que pagar los tenderos, traperos, especieros, revendedores, esparteros, etc y que debería cobrar la corona, pasaría íntegramente a la Casa de los Torres. También le cedió el “portadgo” de Mengíbar y Torre del Campo. Por último le concedíó el Señorío de Villardompardo y Escañuela, como viene especificado en un documento otorgado por Enrique II de Castilla en las Cortes de Toro con fecha 27 de Septiembre de 1371, con la condición de que se comprometiera a repoblarlos, por lo tanto debemos entender que en aquella época Villar don Pardo, quedó despoblado por las incursiones de los granadinos en las tierras y aldeas de Jaén durante la guerra civil castellana, seguramente en 1368 por Muhammad V, como hemos comentado anteriormente.
    Sin ir más lejos, en la cercana localidad de Lopera, se está realizando una excavación en su castillo, encontrándose vestigios que explican lo ocurrido en aquel año y que podrían guardar cierto paralelismo con Villardompardo. Se han localizado restos de una pequeña alquería almohade que tras ser conquistada pasaría a la encomienda de la Orden de Calatrava. En la antigua Lopera se construyó una pequeña iglesia rural donde también enterraban a sus difuntos, prueba de ello son los numerosos esqueletos encontrados en el recinto. También se han descubierto claros indicios de que aquella primera iglesia fue quemada y destruida por la incursión musulmana de 1368. Posteriormente, sobre las ruinas, se construiría una segunda iglesia más espaciosa.
    Si en el castillo de nuestra localidad se hicieran las excavaciones pertinentes, tal vez se encontrarían indicios de aquel trágico acontecimiento, tras el cual todos sus habitantes abandonarían la aldea “del Villar don Pardo”. Más tarde hablaremos de otras posibles causas del despoblamiento.
    Como vemos D. Pedro (o Pero) Ruiz de Torres se convirtió en el Primer Señor de Villardompardo y de Escañuela, aunque de esta última sólo era Señor de la mitad del pueblo, ya que la parte restante, pertenecía al Cabildo Catedralicio.
    Tendrá que pasar más de un siglo para que “Los Torres” sean dueños de todo el pueblo de San Pedro de Escañuela. En 1487 la otra mitad  fue comprada al Cabildo por D. Luis Lucas de Torres, hijo y heredero del Condestable D. Miguel Lucas de Iranzo y Dª Teresa de Torres, por 150.000 maravedíes.
    Debemos aclarar que a partir de 1371 Villardompardo deja de ser un Donadío, recordemos que en 1245 fue donado a D. Pedro Aznar Pardo para repoblarlo, y pasa a ser un Señorío junto con parte de Escañuela. A partir de este momento no pertenecerá a la jurisdicción de Jaén, sino a la de su dueño: el Señor/a de Villardompardo. En 1576 se convertiría en un Condado, hasta la derogación de los señoríos y condados en la Constitución de 1812, aunque hoy en día se sigue conservando el Título de "Conde de Villardompardo".
    En muchos escritos de Internet dedicados a la Historia de Villardompardo o Escañuela se hace referencia a un hipotético matrimonio entre la “Señora de Escañuela” con D. Fernando de Portugal, señor de Villardompardo, algo totalmente falso puesto que, como podemos ver, desde 1371 tanto Villardompardo como Escañuela han pertenecido al mismo Señorío y además todos los Señores han sido varones excepto Doña Teresa de Torres que estuvo casada con el Condestable a partir de 1460.
    Villargordo también perteneció al Señorío de Villardompardo, pero no sabemos la fecha exacta de su incorporación, lo que podemos afirmar es que en 1441 en una carta enviada por Juán II, rey de Castilla, a D. Carlos de Torres, Señor de Villardompardo en aquella fecha, ya se hace referencia a Villargordo como componente del mismo. En otros documentos se dice que fue incorporado al Señorío en 1457.
    Otra propiedad de “Los Torres” fue el Donadío del Risquillo que sería donado a D. Rodrigo Mesía, vecino de Baeza en 1467.
    Todos los privilegios de los que gozaba el primer Señor de Villardompardo, así como sus posesiones urbanas y rurales, constituían su mayorazgo, que lo heredaría su primogénito varón sin posibilidad alguna de ser dividido o repartido entre hermanos.

CRISIS DEMOGRÁFICA DEL SIGLO XIV (por razones de espacio, este apartado no aparece en el programa de fiestas)

    Varios fueron los acontecimientos que desencadenaron una gravísima crisis demográfica en toda Europa de la que tardaría muchos años en recuperarse.
    La primera causa fue un cambio climático que comenzó a principios del siglo XIV y que no terminará hasta mediados del siglo XIX. Los científicos lo llaman "pequeña edad de hielo". El clima se hizo más frio y lluvioso que el actual, lo que contribuyó a una menor producción agrícola con las consiguientes hambrunas y debilitamiento de la población.
    La segunda ocurrió a mediados de siglo cuando Europa se enfrentó a la mayor epidemia conocida, la peste, traída al continente por barcos genoveses desde Asia (entre 1348-1349). Rápidamente se extiende por todos los reinos y la mortandad fue elevadísima ya que la población se encontraba debilitada por la mala alimentación. No hay mucho consenso en el porcentaje de muertes: 30%, 40%...la cuestión es que Europa tardará mucho tiempo en superar el desastre. Muchas aldeas quedaron vacías y algunas ciudades perdieron la mitad o más de su población.
    La tercera causa fueron las guerras que asolaron el continente, la más conocida fue la Guerra de los Cien años. En Castilla destacaremos la Guerra entre Pedro I el Cruel y su hermanastro Enrique de Trastámara, que ya hemos comentado.
    Respecto a nuestro pueblo, sólo podemos afirmar que estaba deshabitado en 1371 pero la causa exacta de su desolación no la sabemos, pudieron ser las tres que hemos citado de forma continuada o una sola. Como hemos dicho, un estudio arqueológico del castillo y de la iglesia lo podrían aclarar.
    Como dato curioso diremos que en aquella época no se sabía que la causa de la peste era la picadura de la pulga, que tras parasitar a la rata enferma, pasaba al hombre, al que transmitía la enfermedad. Pensaban que el mal estaba en el aire “corrompido”, además de otras explicaciones de lo más inverosímiles, por eso creían que era necesario construir las casas de tal forma que los aires predominantes del lugar purificaran el ambiente del hogar. Fijaos como la mayor parte de las calles de Villardompardo están construidas en dirección norte-sur, de tal forma que los aires predominantes (derecho y solano: del Oeste y Este respectivamente) renuevan el aire de la casa al abrir las puertas de la calle y corral ¿podría ser esta disposición una herencia de aquella creencia?


GENEALOGÍA DE LOS “TORRES” EN EL SIGLO XV

    En el libro escrito por Argote de Molina en 1588 titulado “Nobleza del Andaluzía”, en el capítulo CCVII del segundo libro, nos describe de forma pormenorizada el árbol genealógico de la familia nobiliaria “Torres”. Comienza con el primer Señor de Villardompardo D. Pero Ruiz de Torres, casado con Dª Isabel Martínez Biedma. De este matrimonio sólo aparece un hijo D. Fernán Ruiz de Torres quién heredó el Señorío y murió en un enfrentamiento con los musulmanes en 1410, que comentaremos seguidamente.
    En el manuscrito 1, existente en el Instituto de Estudios Giennenses, aparece un apéndice contando una interesante escaramuza que llevaron a cabo el dos de mayo de 1410, D. Fernán Ruiz, ya convertido en II Señor de Villardompardo, y su hijo D. Pero Ruiz de Torres, llamado igual que su abuelo. Ambos salieron con otros caballeros a “correr las tierras del pueblo granadino de Píñar haciéndose con muchos prisioneros y ganado”. Al pasar de vuelta por Montexícar, les pareció combatir aquel castillo, pero les sorprendieron dos mil moros a caballo y en la lucha con ellos, perdió la vida D. Fernando Ruiz de Torres, pero su hijo, D. Pero Ruiz de Torres, fue hecho prisionero con otros caballeros, hasta que en 1412 fueron liberados tras pagar un rescate de diecinueve mil doblas.
    Volvamos a D. Fernán Ruiz de Torres, II Señor de Villardompardo y Escañuela, que se casó con Doña Inés de Solier. Fruto de este matrimonio nacieron cuatro hijos: D. Pedro Ruiz de Torres (el que fue rescatado), D. Carlos, D. Juan, y Dª María Ruiz de Torres.
    D. Pero Ruiz de Torres, por ser el mayor de los varones, heredaría el título de Señor y el mayorazgo, por lo que se convirtió en el III Señor de Villardompardo y Escañuela. Este Señor será el primero que cambia el orden de sus apellidos, apareciendo desde entonces “de Torres” antes que Ruiz. Antiguamente se podía elegir entre los apellidos del padre o la madre en el orden que se quisiera, pero se reservaba el primer apellido del padre para aquellos que heredaban títulos nobiliarios y mayorazgos.
    Según la autora Mª del Consuelo Díez Bedmar, en su libro “Teresa de Torres”, D. Pero de Torres murió sin dejar sucesión defendiendo Villardompardo, seguramente durante una de tantas incursiones de los granadinos en las aldeas de Jaén, por esta razón el titulo y el mayorazgo pasó a su hermano D. Carlos de Torres, que se convirtió de este modo en el IV Señor de Villardompardo y Escañuela. Este último había estado durante su juventud en la corte de Juan II de Castilla como criado del monarca.
    D. Carlos de Torres se casó con Dª Guiomar Carrillo, heredera del Señorío de Santifomia. Fruto del matrimonio nació una sola hija legítima, Dª Teresa de Torres, que sería la persona más importante de este siglo en lo que se refiere a la casa de los Torres y V Señora de Villardompardo y Escañuela.

Dª TERESA DE TORRES, V SEÑORA DE VILLARDOMPARDO

    Nace en Jaén hacia 1442 y quedó huérfana de padre siendo muy joven, por lo que su tío Juan de Torres fue nombrado su “guardador”. Debió recibir educación en el Convento de las Clarisas de Jaén, así que Dª Teresa sabía leer y escribir perfectamente.
    No está clara la fecha de su casamiento con el Condestable, parece ser que fue en 1455 (¡tendría 13 años!) pero D. Miguel Lucas aún estaba en la corte junto a Enrique IV así que no vivirán juntos de forma continuada hasta la navidad de 1460, cuando el Condestable se traslada definitivamente a Jaén. En esta fecha ordena la construcción del palacio de la actual calle Maestra de la capital, hoy convertido en biblioteca pública.
    Lo que sabemos de la vida de la Señora de Villardompardo se debe al relato de las “Crónicas de los Hechos del Condestable…” En esta obra se nos presenta a una perfecta casada que acompañaba a su marido en los innumerables banquetes y fiestas que se hacían en el palacio (foto del magnífico salón mudéjar donde ocurrirían muchos eventos que se narran en las “Crónicas…”) y en todos aquellos actos públicos que acontecían fuera de la residencia como: corridas de toros, juegos, torneos, etc, celebrados casi siempre en la Plaza de Santa María.
    El 7 de enero de 1465 nace Luisa, la primera hija del matrimonio, después de varios abortos que dejaban a la madre “a punto de la muerte”. El nacimiento de la niña fue todo un acontecimiento en la ciudad, pero el 8 de enero de 1470, con cinco años recién cumplidos, la niña murió “de un açidente que los físicos llaman epilensia” (epilepsia) este trágico acontecimiento marcará para siempre a Dª Teresa.
    El 11 de abril de 1468 nace su segundo y último hijo, D. Luis Lucas de Torres, que será el heredero del Señorío de Villardompardo.
    Durante la vida de la Señora, fueron varios los casos de peste que hubo en la ciudad de Jaén, en estas ocasiones Dª Teresa y toda la familia se trasladaban a pueblos cercanos, como Bailén o Mengíbar o incluso al Alcázar de Jaén, pero en ningún momento se habla en la Crónica de que la Señora de Villardompardo visitara nuestro pueblo, tal vez el castillo de su propiedad no presentara ninguna comodidad para ella, aún faltaría más de un siglo para convertirlo en castillo- palacio.
    El 21 de Marzo de 1473, su marido el Condestable será asesinado mientras oraba en la Iglesia Mayor de Santa María (actual catedral), víctima de una revuelta anticonversa que más tarde comentaremos. La Señora lo enterró en la capilla de la Magdalena de la catedral, y amedrentada se refugió con los suyos en el castillo de Jaén hasta que la revuelta se calmó. Más adelante comentaremos como fue su vida después de la muerte de su marido.

EL CONDESTABLE D. MIGUEL LUCAS DE IRANZO

Hay mucha documentación escrita sobre la vida de D. Miguel Lucas, gracias a la obra que posiblemente salió del puño y letra de su hermano, Diego Fernández de Iranzo, Comendador de Montizón, titulada: “Relación de los hechos del muy magnífico e más virtuoso señor, el señor Don Miguel Lucas, muy digno Condestable de Castilla.”. (de forma resumida la estamos llamando “Crónica de los Hechos…”).
    Su nombre original fue Miguel Lucas de Nieva (foto idealizada de D. Miguel en el margen) pero luego adoptó el apellido de su padrastro (Alfonso Álvarez de Iranzo) .Nació en Belmonte (Cuenca), no se sabe su fecha de nacimiento exacta, y murió en Jaén el 21 de Marzo de 1473. Su familia era humilde pero tuvo la suerte de servir para D. Juan de Pacheco, Marqués de Villena (su paisano), quién consiguió introducirlo en la corte de Juan II donde sirvió como paje a su hijo Enrique (luego sería Enrique IV) con quién entabló una gran amistad.
    Debido a ese vínculo afectivo, el ascenso de D. Miguel Lucas, cuando su amigo Enrique llegó al trono, fue rapidísimo. Primero fue nombrado Halconero Mayor del Reino, luego Chanciller Mayor de Castilla y alcaide de Alcalá la Real, Andújar y Jaén, y en 1455 miembro del Consejo Real. Después Corregidor de Baeza y finalmente, en un mismo día, fue nombrado barón, conde y por último 5º Condestable de Castilla, un cargo vitalicio y vacante desde la ejecución de su predecesor Álvaro de Luna, cinco años atrás.
    Al venir de su hermano, la obra citada está llena de alabanzas y exaltaciones hacia el personaje, pero algunos historiadores sostienen que D. Miguel Lucas tuvo un comportamiento despótico y tiránico con los ciudadanos de Jaén, y de las aldeas pertenecientes a su jurisdicción, lo que le acarreó numerosas enemistades entre muchas personas y altos cargos de la ciudad.
    Las aldeas que dependían directamente de esta jurisdicción eran: “Torre del Campo”, Mengíbar, Pegalajar, Cazalilla, “Fuente del Rey” y Villargordo. Otras aldeas cercanas a la capital habían sido otorgadas en tiempos remotos a determinados señores, saliendo de la jurisdicción de Jaén, como fue el caso de Villardompardo (la jurisdicción del Villar la ejercía directamente la Señora Dª Teresa) otorgado en 1371, como ya hemos comentado, o La Guardia en 1331.
    En la obra que hemos mencionado, se hace referencia a un gran Señor amante de las fiestas, rodeado de una pequeña corte y generoso con el pueblo de Jaén, pero la documentación histórica nos da una idea diferente, ya que es un hombre ambicioso y belicoso. Son numerosas las incursiones que realiza en tierras de Granada para dedicarse al saqueo, quema de cosechas, robo de ganado etc, incluso en periodos de tregua.
    También es verdad que a su llegada a la capital del “Santo Reino” encontró una ciudad mal preparada en cuanto a la defensa y en cuanto a la infraestructura urbana. La capital fue saqueada en 1459 por los granadinos y los mejores caballeros, unos 300, fueron hechos prisioneros. A partir de la llegada del Condestable en 1460 (en la imagen tenéis la única firma que se conserva de él), se arreglaron calles, se ampliaron y allanaron plazas, se mejoró y amplió el abastecimiento de agua reparando y canalizando fuentes. También se arreglaron los caminos rurales para el mejor desplazamiento de agricultores, ganado y tropas.
    En “La Crónica de los Hechos…” se hace referencia expresa a Villardompardo en cinco ocasiones. Hablaremos de todas ellas en este capítulo.

    ● Precisamente en 1462 es cuando se hace la primera referencia, curiosamente cuando se habla de nuestro pueblo se refiere al castillo pero no a la población.
    Resulta que en el tiempo de Carnestollentas (Carnaval) se había fugado un preso del castillo de Villardompardo (es la primera vez que se habla en cualquier documento del castillo de Villardompardo, foto del margen) cuyo alcaide era Lorenzo Venegas, así que éste pregonó por todos los alrededores su desaparición y ofreció una recompensa a quién lo encontrase. A los dos días vino un mensajero de Martos diciendo que el alcaide de dicha ciudad lo tenía en su poder y que fuera a recogerlo. La intención del de Martos era tomar preso al alcaide de Villardompardo para luego canjearlo por dos de sus escuderos que tenía cautivos el Condestable en Jaén. Lorenzo Venegas, imaginándose que todo era una estratagema, no quiso ir en persona y envió a Martos a varios de sus hombres para recoger al preso fugado, pero el alcaide de Martos, al ver que la cosa no estaba saliendo como quería, dijo a estos hombres que él no había dicho nada de ningún preso y que no lo tenía en su poder.
    Al día siguiente (25 de Febrero de 1462) Lorenzo Venegas se dirigió a Jaén para explicar al Condestable, su señor, todo lo ocurrido. Mientras tanto el alcaide de Martos, enterado del viaje de Lorenzo a Jaén, salió al camino a su encuentro con trece de sus hombres con la intención de apresarlo, pero el de Villardompardo ya había pasado de vuelta. Lo que no se esperaban los marteños era que más tarde pasaba el Condestable hacia Villardompardo, iba cazando con cinco o seis hombres a caballo y por fuera del camino (imagino que sería el camino Jaén, la ruta natural y más corta desde nuestro pueblo a la capital), los de Martos pensaron que era el alcaide del Villar y se lanzaron contra ellos, pero el Condestable arremetió con fuerza y consiguió apresar a ocho o nueve de los marteños, a pesar de todo el alcaide de dicha ciudad consiguió huir mal herido.

    ● La segunda ocasión en la que se habla de Villardompardo data de Abril de 1465. En esta fecha el obispo de Jaén había sido “exiliado” por Enrique IV a Bexixar (Begíjar) debido a las desavenencias entre el Condestable y él. El obispo se sentía agraviado por la situación y deseaba a toda costa volver a la capital, así que en la noche del 24 de Abril mandó a algunos de sus criados y servidores a Jaén para que ocuparan la ciudad ya que el Condestable se encontraba en Villar don Pardo. Llegaron de madrugada y ocuparon las antiguas casas del obispo en la calle Campanas, pero el Condestable, que realmente estaba en su palacio de Jaén y enterado de todo el asunto, salió tranquilamente a oír misa por la mañana y después volvió al palacio para preparar a sus tropas. Tras unas escaramuzas en la Plaza de Santa María y en la Catedral, los hombres del obispo fueron expulsados de Jaén sin ningún problema.

ANTECEDENTES DE LA SEGUNDA GUERRA CIVIL CASTELLANA

    D.Juan de Pacheco fue nombrado Maestre de la Orden de Santiago desde 1467 hasta su muerte en 1474, cargo al que también aspiraba D. Miguel Lucas, por ese motivo surgió la enemistad entre ellos. Al mismo tiempo la anterior designación de 5º Condestable en la persona de D. Miguel Lucas de Iranzo ya había provocado el recelo de Juan Pacheco y de su hermano Pedro Girón (foto del margen) éste último Maestre de la Orden de Calatrava (desde 1454 hasta su muerte en 1466). Estas circunstancias y otros problemas, hicieron que D. Miguel Lucas acabara trasladándose a Jaén en 1460, además ya se había casado con Dª Teresa de Torres, persona muy influyente en la capital. De esta forma se alejaba de intrigas palaciegas y tensiones nobiliarias, además, estar cerca de la frontera musulmana era un aliciente para adquirir fama y poder con sus incursiones en territorio granadino.
    La cosa se complicó aún más con la entrada en la corte de Beltrán de la Cueva, ya que éste también entabló una gran amistad con el rey y ascendió puestos hasta formar parte del Consejo del Reino, expulsando a Juan Pacheco de ese puesto y provocando recelos en él y su hermano Pedro Girón. Ambos, junto con otros nobles y algunos arzobispos, decidieron destituir a Enrique IV, al que acusaron de no ser padre de su hija Juana, diciendo que lo era de Beltrán de la Cueva (de ahí el apodo de Juana la Beltraneja) además acusaron al rey de impotente, homosexual y amigo de los musulmanes.

DESARROLLO DE LA GUERRA

    En 1464 comienzan los levantamientos contra el rey y a favor de su hermanastro Alfonso. Al final el rey, para calmar los ánimos,  nombra a Alfonso su heredero. Pero no tranquilos con ésto, el 5 de Junio de 1465, en la ciudad de Ávila y en una especie de escenificación teatral en la que representaron al rey como un muñeco de madera, algunos nobles destituyeron a Enrique IV en favor de Alfonso (un niño de apenas 12 años) al que llamaron Alfonso XII (no ha sido reconocido históricamente como rey), este episodio es conocido como “Farsa de Ávila”.
    Así surgió el conflicto entre nobles, unos estaban a favor de Enrique IV y otros a favor de “Alfonso XII”. Este episodio es conocido por los historiadores como “Segunda Guerra Civil Castellana”.
    El Condestable siempre estuvo a favor de Enrique pero, como hemos visto, Pedro Girón, maestre de la Orden de Calatrava, fue uno de los instigadores de la destitución del rey y lógicamente estaba a favor de Alfonso. Recordemos que en aquella época casi todos los pueblos que rodeaban Villardompardo (Torredonjimeno, Porcuna, Martos, Arjona, Lopera y otros) pertenecían a esta Orden, así que nuestro pueblo se convirtió en un lugar fronterizo entre dos bandos enfrentados, y el castillo de Villardompardo y el del Berrueco, sirvieron como baluartes defensivos contra los vecinos y enemigos caballeros Calatravos, como veremos más adelante.

El 22 de Junio de 1465 D. Pedro Girón sitia Jaén y destruye los molinos harineros del Guadalbullón, quema trigales, roba ganado, etc. Por su parte el Condestable y Pedro de Escavias, alcaide de Andújar y fiel aliado de D. Miguel Lucas, organizan salidas nocturnas con 200 o 300 caballeros que, agrupados en partidas de 12 o 15 hombres, hacen mucho daño en el territorio de los calatravos. Las pérdidas provocadas por el Condestable y Pedro de Escavias en estos lugares son tan cuantiosas que en 1474, una vez muerto D. Miguel, se pide a la ciudad de Jaén que se haga cargo de pagar aquellos delitos.
    La situación se vuelve tan peligrosa y desesperante que la gente no podía salir al campo para hacer sus labores, así que el 7 de Septiembre de 1465 el Maestre de Calatrava, Pedro Girón, y el Condestable se reúnen en el llano de “Daymora”, acompañados de algunos caballeros, con la intención de firmar una tregua de doce meses.
    ● En una de las condiciones de la tregua se hace la tercera referencia expresa a Villardompardo. Para respetar la tregua el Maestre entregó en prenda los castillos del Berrueco, Mengíbar, “Torre del Campo” y “Fuente del Rey”, así que debemos entender que D. Pedro Girón se había apoderado de estos castillos ya que anteriormente dependían de la jurisdicción de Jaén. Por su parte D. Miguel Lucas entregó en prenda el castillo de Villardompardo, así que nuestra localidad no fue tomada por el Maestre.
    Entregar “en prenda” significaba que en el caso de que alguno de los dos rompiera la tregua, debía entregar el castillo o los castillos prometidos a su enemigo.

    Durante la tregua muere D. Pedro Girón (parece ser que de apendicitis, otros especulan que fue por envenenamiento) pero a pesar de todo, al año siguiente prosigue la guerra debido a que los castillos anteriormente mencionados y que fueron arrebatados a Jaén, no fueron devueltos, sólo el Berrueco. Así que siguen las tropelías entre ambos bandos, y las pérdidas en las cosechas y ganado en pueblos de nuestro alrededor fueron enormes
    En junio de 1468 muere el heredero Alfonso con sólo 15 años y Enrique IV nombra rápidamente como sucesora a su hermanastra Isabel (luego sería Isabel la Católica, foto del margen) en el acuerdo de los “Toros de Guisando”.
    ● El desarrollo de la guerra ya no tiene sentido pero, a pesar de todo, en 1469 nuestra comarca sigue en conflicto, esta vez el enfrentamiento es contra D. Fadrique Manrique que estaba en Arjona nombrado por el Maestre de Calatrava. Tenía fama de ser buen estratega militar pero hombre de muy poca palabra y credibilidad. Cansadas las gentes del daño que hacían los hombres de D. Fadrique en las tierras del Condestable y de Andújar, con el robo de ganado y tala de cosechas, D. Miguel Lucas se vio obligado a poner en la primavera de 1469, guarniciones de hombres de caballo y de a pie en los castillos del Berrueco y Villardompardo, para controlar sus correrías y desmanes y hacerle la guerra desde todas las partes (cuarta referencia a Villardompardo). Al final D. Fadrique fue derrotado y terminó huyendo a su tierra natal; Écija.
    En Mayo de 1469, justo después de la derrota de D. Fadrique de Arjona, el mismo Enrique IV viajó hasta Andalucía. Lo primero que hizo el monarca fue resolver un grave problema con unos nobles que habían planeado el asesinato del Condestable, pero que al ser descubiertos, huyeron de Jaén y se encastillaron en la fortaleza de Pegalajar. El Condestable sitió el castillo para forzar su rendición, pero se resistían a hacerlo por temor a que los ejecutasen, así que el mismo rey tuvo que mediar en la rendición sin que hubiera represalias por parte de D. Miguel Lucas.
    En los días siguientes, Enrique IV estuvo parando en Jaén, en el palacio de su fiel amigo el Condestable. Durante su estancia agradeció muy emocionado al pueblo de Jaén en general y a D. Miguel Lucas en particular, la lealtad mostrada hacia su persona durante el transcurso de la guerra.
    ● El martes 16 de Mayo de 1469 el monarca emprendió un viaje hacia Córdoba y Sevilla acompañado por el Maestre de Santiago, con la intención de ganarse la confianza de los nobles de aquellas ciudades y que habían sido sus enemigos en la pasada guerra.
    El rey pasó aquella noche en Porcuna donde permaneció algunos días antes de partir hacia Córdoba. El Viernes de esa misma semana, el Condestable mandó ”treçientos roçines muy bien adereçados, con el comendador de Montizón su hermano, para servir y acompañar al dicho señor rey en la yda de Córdoba que quería facer. Y esa noche fueron a dormir a Villar don Pardo”. Esta es la quinta y última referencia expresa que se hace de Villardompardo en el libro de “Las Crónicas de los Hechos…”

MUERTE DEL CONDESTABLE

    Para describir su muerte nos basaremos en el apéndice que hay al final del manuscrito con signatura MS-1 propiedad del Instituto de Estudios Giennenses. En resumen cuenta lo siguiente:
    En la cuaresma de 1473, un herrero de la ciudad de Córdoba se levantó contra los conversos (judíos convertidos al catolicismo) de aquella ciudad, muchos lo siguieron debido al odio que tenían a este grupo de personas. La revuelta no tardó en llegar a Jaén donde los conversos ocupaban importantes cargos en la ciudad, suscitando recelos y envidias entre la población, además gozaban de la protección de D. Miguel Lucas. La revuelta tomó tal dimensión que el Condestable se vio impotente para controlarla y fueron muchos los conversos asesinados y despojados de sus riquezas. El dia 21 de Marzo, día de San Benito, en plena revuelta, el Condestable decidió dirigirse a la Iglesia Mayor de Santa María (hoy la catedral) con tres escoltas, entró solo al templo y mientras rezaba reclinado ante el altar mayor, dos ballesteros se acercaron por detrás y uno le dio en la cabeza con la “espulguera” de la ballesta y el otro con el ”mocho” de la suya, cayendo D. Miguel herido de muerte.
    Lo que no se sabe a ciencia cierta es si estos dos hombres actuaron por cuenta propia o bien fueron contratados por algunos nobles que tanto le odiaban, se especula con la participación de Juan Pacheco. Sea como fuere, no se puso mucho empeño en averiguar la verdad y no fueron pocos los que se alegraron de su muerte.

COMIENZO DE UNA NUEVA GUERRA

    En el acuerdo de los Toros de Guisando, el rey se comprometió a nombrar a su hermanastra Isabel como su heredera a condición de que el monarca decidiera quién debería ser su marido, pero en octubre de 1469 Isabel huyó a escondidas para contraer matrimonio con Fernando de Aragón (Fernando el Católico), así que Enrique IV consideró roto el pacto y nombró como heredera a su supuesta hija: Juana de Trastámara (La Beltraneja, foto del margen).
    Muchos nobles no la consideraban verdadera hija del rey, así que estaban en desacuerdo con el nombramiento.
    Tras la muerte de Enrique IV, en diciembre de 1474, se desata una auténtica Guerra de Sucesión entre los partidarios de Juana y los de Isabel. El conflicto toma dimensiones internacionales con la participación de Francia y Portugal.
    Dª Teresa de Torres, ya viuda, y los hermanos del fallecido Condestable, se alinearon con los partidarios de Isabel, que termina ganando la guerra en 1479 y Juana se exilia a Portugal donde, según los acuerdos, es obligada a ingresar en un convento. Juana afirmó hasta el final de su larga vida que era la verdadera hija de Enrique y siempre se consideró la auténtica reina de Castilla. Hoy en día se podría comprobar este hecho con un sencillo análisis comparativo de ADN entre los restos de Enrique IV y los de Juana, pero éstos últimos se perdieron en el terremoto de Lisboa de 1755. La duda quedará para siempre.
    Como vemos, una vez más la “Casa de los Torres” se encuentra en el bando ganador. La reina Isabel de Castilla siempre agradecerá a Dª Teresa de Torres su lealtad y les unirá una gran amistad hasta su muerte. Tanto es así que en 1475 Dª Teresa y su único hijo Luis, comenzaron a recibir cartas de la reina Isabel reconociéndoles prácticamente todos los privilegios, mercedes y cargos que había disfrutado el Condestable. De todas formas la vida de Dº Teresa estuvo plagada de problemas por su carácter despótico y por la cantidad de pleitos en los que se metió. Recordemos que, según los privilegios del mayorazgo, “Los Torres” tenían el derecho a recaudar impuestos de muchos artesanos de Jaén y éstos veían injusta la situación, así que no es de extrañar la aparición problemas y pleitos entre ambas partes.
    Quizás el documento más importante recibido por Dª Teresa data del 15 de Febrero de 1478, según el cual, la reina Isabel perdona al difunto Condestable y a todas las personas relacionadas con él, los delitos cometidos desde 1465 hasta 1473, por destrozos de cosechas, edificios, robos de ganado, etc. De esta manera tanto la Señora de Villardompardo como su hijo Luis, quedan libres de responsabilidades y de pagos por sus tropelías (“cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia”).
    En 1489 los Reyes Católicos trasladan la corte a Jaén durante siete meses, para estar cerca de Granada y planear su conquista, es en este momento cuando D. Luis de Torres entra a formar parte de la corte como caballero del pequeño príncipe Juan. En 1494 los reyes nombran a D. Luis de Torres caballero 24 de la ciudad de Jaén y más tarde Caballero de la Orden de Santiago. También es nombrado alcaide de los castillos de Jaén y alguacil mayor de ella. Sin embargo, dos acontecimientos truncarán las aspiraciones de D. Luis y de su madre Dª Teresa, el primero es la muerte del príncipe Juan el 6 de Octubre de 1497, con lo cual D. Luis sale de la corte, y el segundo es un desengaño amoroso que relatamos a continuación:
    D. Luis se había enamorado de una señora que más tarde se casó con un caballero francés. Llevado por la desesperación D. Luis se vistió con ropas de peregrino y, con la excusa de ir a Roma, pasó por Francia para visitar a dicha señora, que al verlo le reprendió por su atrevimiento. Cuando volvió a España, cuentan las crónicas, que perdió el juicio y al cabo de unos dias, con un sólo criado, se fue al monasterio de San Francisco del Monte (cerca de Adamuz, Córdoba) donde tomó los hábitos franciscanos. El 17 de Febrero de 1499 renunció como caballero veinticuatro de Jaén y el 7 de Marzo de ese año ya estaba en el monasterio…el resto ya está contado en el siguiente capítulo.

FUENTES CONSULTADAS

- “Hechos del Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo (Crónica del siglo XV)” de Juan de Mata Carriazo.
- “Teresa de Torres” de María del Consuelo Díez Bedmar.
- “Nobleza del Andaluzía” de Argote de Molina 1588
- “La vida en la ciudad de Jaén en tiempos del Condestable Iranzo” de José Rodríguez Molina.
- Varias páginas de Internet referentes al tema.

Este capítulo es el último del que llamamos “Libro1” y enlazaría con el publicado en las fiestas de Agosto de 2008.
Los próximos continuarán donde lo dejamos hace dos años, a partir de 1750 aproximadamente.

 Carlos Ramírez Perea