lunes, 26 de diciembre de 2011



En el artículo publicado por Arturo Ruiz Rodríguez y Manuel Molinos Molinos , titulado “Los pueblos ibéricos en la alta Andalucía y el Mundo Ibérico Bastetano”, publicado por el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, se comenta que durante el siglo VIII y sobre todo el VII antes de Cristo (final del bronce), se produce un cambio en el hábitat y ocupación del territorio en la alta Andalucía. Se aprecia un fenómeno de agrupamiento de la población humana, de modo que los habitantes de las aldeas se desplazan a zonas dotadas de buenas posibilidades estratégicas y económicas. Se crean poblados con grandes fortificaciones y un plan urbanístico en el interior del recinto, con calles trazadas regularmente. De esta forma aparecen los oppidum, poblaciones ibéricas fortificadas en lugares normalmente altos, fáciles de defender y con tierras fértiles a su alrededor para mantener a su población. Este proceso de agrupamiento poblacional culminó en el siglo V antes de Cristo. En estos poblados aparece un grupo de personas con mejores posibilidades económicas que el resto de los habitantes, surgiendo de este modo una aristocracia de la que dependen económicamente los demás, lo que los historiadores llaman servidumbre clientelar.
Entre finales del siglo VII y principios del VI antes de Cristo, aparecen en nuestra zona cuatro tipos de asentamientos humanos:

Los oppidum, de los que ya hemos hablado. Destacaban en nuestro entorno: El Cerro Villargordo con 16 ó 18 hectáreas de extensión, Torrejón de 2 hectáreas, Plaza de Armas del Puente Tablas con 6 hectáreas, Torre Venzalá (Torrevenzalá o Torre Benzalá) y Las Atalayuelas.
Las Torres: eran pequeñas poblaciones fortificadas y en lugares estratégicos de amplia visibilidad, cuya función era colaborar con los oppidum en la defensa de la zona.
Asentamientos en llano: sin carácter defensivo, apenas ocupaban los 1000 metros cuadrados y su función era agrícola.
Aldeas: de apenas media hectárea de extensión y a veces dotados de sistemas defensivos.

Durante la primera mitad del siglo V antes de Cristo algunas torres son abandonadas, desapareciendo buena parte del sistema articulado defensivo y aumentando aún más el agrupamiento poblacional alrededor de los oppidum. De esta manera algunos aristócratas aumentan su influencia y se convierten en reyezuelos que incrementan su clientela.

En otro artículo de estos mismos autores titulado:”La Prospección y el Análisis del Territorio en Época Protohistórica: El Caso de la Campiña de Jaén”, se especifica que el Oppidum del Cerro Villargordo era el centro de gravedad del valle del Salado de los Villares en época ibérica (se refiere a nuestro Salado), que poseía gran visibilidad y buen potencial agrícola, sobre todo de secano. La distancia media entre los oppidum vecinos era de unos 8 Km, de esta forma se garantizaba la disposición de tierras suficientes para abastecer a la población de cada uno de ellos.
 Los oppidum que rodeaban el Cerro Villargordo (en rojo) eran: Torre Venzalá (verde), Torrejón (marrón),  Las Atalayuelas (azul), Arjona (amarillo) y los Villares de Andújar (morado). Villardompardo estaría más o menos en el centro del triángulo formado entre C. Villargordo, Torre Venzalá y Torrejón. Véase el dibujo de abajo sacado del mismo artículo:


De todos ellos el de mayor extensión era el Cerro Villargordo con 16 ó 18 hectáreas. Las diferentes prospecciones han demostrado que todos los oppidum se encontraban poblados en el siglo IV antes de Cristo, en plena época de la Cultura Ibérica.
Tanto el C. Villargordo como Torre Venzalá, se hallaban bajo la influencia de Obulco (Porcuna) por ser uno de los más importantes de la zona, otro muy importante fue Cástulo, cerca de Linares.

Algo curioso se comenta en el artículo escrito por Juan Pedro Bellón y otros, titulado: “Baécula. Arqueología de una Batalla” en el que se intentan localizar los escenarios de los diferentes acontecimientos ocurridos durante el transcurso de la II Guerra Púnica, entre cartagineses y romanos. Para ello se ayudan de antiguos escritos de historiadores clásicos como: Plinio, Tito Livio o Polibio. Estos antiguos cronistas relatan con gran detalle las batallas libradas en aquella guerra, pero el problema está en localizar las poblaciones que ellos nombran, ya que muchos de aquellos topónimos se han perdido para siempre, entre ellos el nombre que tendría el oppidum del Cerro Villargordo, en cambio ha sido posible seguir hasta nuestros días la pista de otros nombres como: Ipolka, llamada por los romanos Obulco, Búlkuna por los árabes y Porcuna en la actualidad.

Tito Livio cuenta con gran fidelidad los acontecimientos ocurridos en la batalla de Orongis, acaecida durante esta II Guerra Púnica en el año 207 antes de Cristo. Según el relato, Escipión mandó a su hermano Lucio Escipión con 10000 hombres y otros 1000 de caballería (las fuentes antiguas tienden a exagerar las cifras) a la conquista de la rica ciudad de Orongis, territorio de los Meseses, rama de los Bastetanos. La ciudad fue tomada por la fuerza pero respetaron la vida de los que quedaron en ella, ya que la mayoría de los habitantes huyeron. Los autores de este artículo intentan localizar esta antigua ciudad. Tradicionalmente se la ha identificado con Auringis (Jaén) pero hay algunos puntos relatados por Tito Livio que no cuadran demasiado bien con esta ubicación de Jaén, y proponen otras posibilidades como la Plaza de Armas del Puente Tablas (cercano a Jaén) o el Cerro Villargordo.

Durante el siglo II y I antes de Cristo, comienza la romanización de la Bética, muchos oppidum desaparecen, como el Cerro Villargordo que no presenta restos romanos en su estratigrafía. En el siglo I después de Cristo, a partir de la época flavia, los grandes asentamientos ibéricos como Obulco (Porcuna) o Urgabo (Arjona) se transformaron en ciudades romanas de cierta importancia y algunas de las Torres (recordemos que eran pequeñas fortificaciones para ayudar en la defensa del oppidum) se convierten en asentamientos romanos rurales. Podría ser el caso del Cortijo del Gato, Cerro Pelado, Piedras de la Rata, Cerro de Ruimesa, donde sí se aprecian restos romanos sobre una base ibérica, como ya comentamos en el Capítulo 1. Libro 1 sobre la “Historia de Villardompardo”.

¿QUÉ VEMOS SI NOS DIRIGIMOS ALLÍ?

Los habitantes de Villardompardo siempre hemos llamado “El Patio de Armas” a la cumbre del Cerro Villargordo o Cerro del “Pintao”, lo que nos da idea del carácter defensivo que intuimos para esa zona, sin saber exactamente qué había allí. Se encuentra a 4,74 km de Villardompardo pero en el extremo noroeste del término municipal de Torredelcampo. Su altura sobre el nivel del mar es de unos 460 metros, pero si tenemos en cuenta que el arroyo Salado que lo rodea por el oeste y por el norte discurre a una altura de 270 metros sobre el nivel del mar, nos daremos cuenta que el cerro destaca mucho respecto al terreno circundante, con un aspecto imponente y con una cumbre en forma de meseta que lo hacen lugar idóneo para construir una población, además de una magnífica vista de buena parte de la campiña. Una vez arriba, lo primero que nos llama la atención es la presencia de muchas piedras amontonadas y alineadas, que parecen cubrir a otras incrustadas en la tierra a modo de cimientos de alguna muralla defensiva. Los apilamientos de rocas forman en su conjunto un rectángulo casi perfecto observable desde una imagen aérea. La foto del margen ha sido sacada del Google Earth (a 884 m  de altura) y muestra precisamente lo que estamos diciendo. Las medidas del recinto son de unos 220 m × 150 m, unas 3,3 hectáreas aproximadamente. También se aprecian algunas acumulaciones de rocas en los alrededores de ese rectángulo (se aprecian a la derecha e izquierda de la parte baja del rectángulo), como si se hubieran hecho ampliaciones del primer recinto, insuficiente para albergar a una población en aumento. Si tenemos en cuenta lo que han dicho los autores anteriores, que le dan al poblado una extensión de 16 ó 18 hectáreas, está claro que el oppidum del Cerro Villargordo se extendía por la meseta excediendo los límites del recinto amurallado. En toda la zona se encuentra, sin necesidad de excavar, cerámica pintada ibérica (1ª foto), o más oscura, llamada campaniense. Esta cerámica era muy apreciada por los iberos como vajilla de mesa (2ª foto).

           

Pero de todo lo encontrado en el lugar, lo más destacable es el “León de Villardompardo”, pieza muy interesante localizada por los arqueólogos en los años 80.
Seguídamente os presento la ficha técnica de la pieza que se encuentra en el Museo Provincial de Jaén:



Inventario CE/DA00825


Clasificación Genérica Escultura

Objeto/Documento Figura zoomorfa


Materia/Soporte Caliza Blanco


Dimensiones Altura = 74,00 cm; Longitud = 62,50 cm; Grosor máximo = 25,50 cm; Grosor mínimo = 19,00 cm

Descripción

Escultura exenta de un león de caliza blanquecina de superficie oscurecida. Le faltan los miembros anteriores, parte de la zona facial y los cuartos traseros. La boca estaba entreabierta, aún se aprecian piezas dentarias rectangulares. Los ojos son ovalados, de pupila lisa y párpados bien resaltados y enmarcados por cejas prominentes. Las orejas estaban erguidas, pero no puede determinarse bien su forma porque falta su extremo distal. Un casquete liso hace las veces de melena, bordeando la cara y cubriendo el cuello, exageradamente largo. Las costillas se señalan por profundos surcos en ambos costados. Bajo el vientre se aprecia el arranque de una columna cilíndrica que ayudaría a sostener esta pieza.

Iconografia León.

Contexto Cultural/Estilo General. Ibérico

Lugar de Procedencia Villardompardo (Campiña del Sur (comarca), Jaén)

Uso/función: Decorativo

Bibliografía CHAPA BRUNET, T.. La escultura zoomorfa ibérica en piedra. 1980. CHAPA BRUNET, Teresa. La escultura ibérica zoomorfa. 1985. 90 - 91.

Tipo de Colección Colección Estable

Observaciones: Disponible para exposición temporal, de acuerdo a la normativa legal vigente. Titularidad Estatal.


                                                                   Carlos Ramírez Perea

lunes, 10 de octubre de 2011

SENDERISMO 2011


Estas fotos nos las hicimos el domingo 9 de Octubre de 2011, en la actividad de senderismo.

HAZ CLICK SOBRE LA FOTO PARA AMPLIARLA.

sábado, 1 de octubre de 2011

viernes, 30 de septiembre de 2011

LA CONQUISTA DE NUESTRA COMARCA
Capítulo II. Libro 1

Contexto Histórico


Desde el siglo III al V después de Cristo, diversas oleadas de pueblos germánicos entran en la España Romana: Suevos, Vándalos y Alanos. Roma pide ayuda a los Visigodos para volver a dominar Hispania y éstos invaden la península en el año 456 adueñándose de ella y sin devolverla a Roma. El número de Visigodos que penetraron fue relativamente pequeño (se calcula unos 100.000) comparada con la población Hispanorromana (unos 5 millones). Fruto de su estancia por estas tierras nos dejaron el famoso Tesoro de Torredonjimeno, verdadera obra de arte de la orfebrería visigoda (foto del margen).
El reinado visigodo no era hereditario, así que eran muy frecuentes las guerras e incluso los asesinatos para ocupar el trono. En el 710 se entabla una lucha entre los dos pretendientes al reino: D. Rodrigo y Agila II, circunstancia que aprovechan los musulmanes, dirigidos por Tariq, para atravesar el estrecho de Gibraltar en el 711, matar a D. Rodrigo en la batalla de Guadalete y seguir su avance hacia el norte. En unos tres años los musulmanes dominan casi toda la península, ya que las ciudades y pueblos se rendían o capitulaban ante el avance imparable del Islam. Pero quedó un reducto sin conquistar en las montañas asturianas y cántabras, donde se refugiaron algunos nobles visigodos, entre ellos D. Pelayo.
En el 722 D. Pelayo, junto con los nobles cristianos y los asturianos, consiguen parar el avance musulmán en la batalla de Covadonga, esta victoria será el inicio de un larguísimo proceso de Reconquista que ocupará casi toda la Edad Media hispana y que acabará con la conquista del Reino de Granada en 1492 por los Reyes Católicos.
Sería muy complicado hablar de este periodo por la cantidad de reinos cristianos que existían y por las diferentes etapas por las que pasó la parte musulmana, simplemente diremos que desde 1225 a 1251, se conquistará y repoblará la comarca donde se encontraba aquella pequeña alquería (aldea) musulmana dedicada a la agricultura, ganadería y al cultivo de la seda (siembra de moreras) como todas las aldeas que rodeaban Yayyan (Jaén). Alquería de la que desconocemos su nombre original y que tras la reconquista recibirá el nombre de Villar de Don Pardo.
La conquista a los musulmanes de los pueblos que rodean Villardompardo está perfectamente documentada en multitud de obras. No así la de nuestro pueblo, que por ser lugar pequeño y poco poblado, ha pasado desapercibido por la mayoría de los historiadores.
Para hacernos una idea de cómo ocurrieron los acontecimientos y ser conscientes de la situación en la que quedó Villardompardo después de la reconquista, es necesario estudiar como fueron tomados por los cristianos los pueblos que nos rodean, para ello nos basaremos principalmente en la magnífica obra escrita por D. Juan Eslava Galán titulada “Los Castillos de Jaén”.

CONQUISTA DE BAEZA, MARTOS, TORREDONJIMENO y ANDÚJAR

En la campaña de 1225, Fernando III atacó las tierras del alto Guadalquivir, y el reyezuelo musulmán de Baeza, al-Bayyasi, salió a su encuentro para ofrecerse como su vasallo, de esta forma la importante ciudad de Baeza se convierte en estado satélite de Castilla.
La expedición continuó y llegó a Jaén, que en 1225 fue cercado durante unos días pero no fue tomado. Luego avanzaron hacia Martos, que fue ocupado en Junio de ese mismo año sin problemas, y su población se respetó por petición del propio al-Bayyasi.
Torredonjimeno fue entregado en esa misma fecha puesto que dependía directamente de Martos.
El rey Fernando firmó con el rey musulmán de Baeza el “Pacto de las Navas”, por el que al-Bayyasi entregaba al rey castellano los castillos de Martos y Andújar, a cambio de respetar la población musulmana para que no fuera expulsada de ambas ciudades.
En Junio de 1226 el aliado de Fernando III, al-Bayyasi, fue asesinado por unos rebeldes cordobeses. Desaparecido el aliado, los habitantes musulmanes de Baeza sitiaron el alcázar de la ciudad donde residía la guarnición cristiana, pero no consiguieron tomarlo, en represalia, los musulmanes baezanos fueron expulsados de la ciudad a finales de 1226. Para que no ocurriera lo mismo, fueron también expulsados de Martos, Torredonjimeno y Andújar, que serían repobladas más tarde por cristianos. Concretamente Baeza fue repoblada con gente del norte en 1228 y Martos quedó despoblada hasta 1251. En este mismo año Fernando III delimitó el término de Martos, pero antes, el 8 de diciembre de 1228, había encomendado la ciudad a la Orden de Calatrava. A principios de 1227 Fernando III contaba con Martos, Andújar y Baeza, tres importantes ciudades bien fortificadas y libres de población musulmana.
En 1325 la ciudad de Martos fue atacada y saqueada por los musulmanes utilizando la artillería con pólvora por primera vez en tierras de Jaén.

CONQUISTA DE PORCUNA

El 30 de Junio de 1236 Fernando III había obtenido la ciudad de Córdoba mediante un pacto con ibn Hud, debido a esta conquista, la ciudad de Porcuna (los musulmanes la conocían como Bulkúna) se encontraba en una situación complicada, puesto que estaba prácticamente rodeada por territorio cristiano (Córdoba, Martos y Andujar), si exceptuamos Arjona que aún era musulmana. Antes de la caída de Porcuna, el rey Fernando ya había otorgado la ciudad a la Orden de Calatrava en 1228. Incluso antes de ser tomada, el 17 de Septiembre de 1240, se deslindan los términos de Baena, Porcuna Alcaudete y Alvendín. Estos deslindes realizados por el propio Fernando III coincidían con los mismos de la época musulmana, incluso con los términos municipales actuales. Los deslindes en estos pueblos, se llevaron a cabo con la ayuda de los musulmanes que aún habitaban en ellos, al final hablaremos de ello. A pesar de todo, su castillo no caerá en manos cristianas hasta 1241.
De Porcuna también serán expulsados los moros y permanecerá unos años despoblada hasta la llegada de los nuevos colonos cristianos.

CONQUISTA DE ARJONA

Arjona o Aryuna (como la llamaban los musulmanes) era una ciudad de gran importancia en aquella época. Durante los terceros reinos de Taifas el caudillo Aben Alhamar llamado Muhammad ibn Yusuf ibn Nasr (Arjona, 1194 - Granada, 1273).se declaró independiente, concretamente el 18 de Abril de 1232, pero el pequeño reino duró poco tiempo porque el rey Fernando III asoló sus campos en 1234. En este momento el rey Alhamar huyó hacia Granada.
En el verano de 1244 volvió a devastar y talar los campos del término de Arjona. La ciudad se entregó sin apenas resistencia y el rey Fernando decidió conservarla bajo su dominio directo, es decir: ciudad de realengo.
Hay un escrito muy curioso realizado por el historiador Jimena Jurado (siglo XVII) en el que aparece un listado con nombres y apellidos de los 273 colonos procedentes de Baeza que repoblaron Arjona. Según este autor, la colonización se hizo en 1286, pero a algunos historiadores les parece errónea esa fecha ya que Arjona fue conquistada en 1244 y parece demasiado tiempo entre la conquista y su repoblación. Según Jimena Jurado, ambos pueblos (Arjona y Baeza) prometieron ayudarse mutuamente en caso de problemas, por considerarse pueblos hermanos. También resulta muy curioso observar como muchos apellidos de aquellos colonos se siguen conservando entre la población arjonera y pueblos de alrededor, entre ellos Villardompardo.
Respecto al rey arjonero Alhamar, que ya residía en Granada como Muhammad I, fundó la dinastía Nazarí que perduró hasta 1492 y comenzó a construir el famoso monumento de la Alhambra.
Arjona y su término, una vez conquistados, sufrieron diferentes ataques de los musulmanes, concretamente en 1277 fueron asolados sus campos, en 1316 atacaron la ciudad pero no lograron conquistarla, y en 1367 los moros granadinos volvieron a atacarla. Al final, Arjona pasó a manos de la Orden de Calatrava allá por el año 1434

CONQUISTA DE JAÉN

Alfonso VII ya había intentado la conquista de Jaén (Yayyan) en repetidas ocasiones, pero había fracasado por las buenas defensas con las que habían dotado los musulmanes a la ciudad.
En 1224 Fernando III atacó el territorio de Jaén para tantear las fuerzas de los musulmanes, y en el año siguiente el rey puso cerco a la ciudad para debilitar y probar sus defensas, también taló sus huertas y asoló los campos.
En la foto del margen aparece el Castillo de Jaén en 1862 con las laderas totalmente despobladas de árboles, así es como debió estar en la época de su conquista ya que tanto a los sitiadores como a los sitiados les interesaba ver claramente todos los alrededores. Durante la reconquista se produjo una gran parte de la deforestación del país
En 1229 Fernando III volvió a arrasar las tierras de Jaén y el 24 de Junio le puso cerco por segunda vez, pero fracasó de nuevo. En esta fecha la ciudad se encontraba aislada ya que pueblos tan importantes como Martos, Andújar o Baeza ya estaban en poder de los cristianos.
El último y definitivo asedio se estableció a primeros de Agosto de 1245 y duró siete meses, aquel invierno fue muy crudo y los cristianos sitiadores acabaron con las reservas de madera para calentarse, pero peor aún era la situación de los sitiados que además de madera carecían de alimentos. Sería en los primeros meses de 1246 cuando el rey granadino Alhamar, viendo la situación tan complicada de la población, entregó la ciudad mediante un pacto (Pacto de Jaén) en el que se declaraba vasallo de Fernando III y se obligaba a pagar 150000 maravedíes anuales a Castilla en concepto de parias durante veinte años. Esto ocurrió probablemente el 28 de Febrero de 1246. El rey cristiano nunca intentó tomar la ciudad por asalto aunque hubo algunas escaramuzas de poca importancia, simplemente esperaba rendirla por hambre, como así fue.

Parias: impuesto que pagaban los reinos de taifas (musulmanes) a los reinos cristianos para no ser atacados.

Tras el Pacto de Jaén en 1246 entre Fernando III y Alhamar de Granada, la frontera entre cristianos y musulmanes (como vemos en el mapa inferior) quedó establecida entre los términos municipales actuales de Martos y Alcaudete, Sierra de la Pandera, seguía entre los términos de Pagalajar y Cambil, luego discurría entre Torres, Albanchez y Jódar, todos ellos en la parte cristiana, y Huelma y Bélmez de la Moraleda en la parte musulmana. Esta frontera se mantendrá prácticamente inalterable durante dos siglos y medio, hasta la conquista de Granada en 1492, aunque las incursiones de los árabes en tierras cristianas y cristianos en tierras musulmanas eran muy frecuentes.
Una vez que Fernando III dio por concluídas sus conquistas en el territorio de Jaén encomendó a la Orden de Calatrava un amplio territorio alrededor de nuestro pueblo, cuyo centro de operaciones era Martos. La principal función de la Orden era repoblar y defender la zona contra posibles ataques musulmanes. Lo que los historiadores llaman “La Marca Calatrava”
El territorio calatravo incluía los siguientes pueblos y castillos: Martos, Porcuna, Torre Alcazar (entre el Pilar de Moya y Porcuna), Torre Benzalá, Torre Fuencubierta (por la carretera de Santiago de Calatrava, la que va por Consolación), Torredonjimeno, Jamilena, Castillo de Víboras, Castillo de Susana (cerca de Valdepeñas), Santiago de Calatrava, Higuera de Calatrava y más tarde Arjona. Esta zona estaba mal defendida, exceptuando el castillo de la peña de Martos, pero los pueblos directamente opuestos en la parte musulmana como Alcaudete y Alcalá la Real tenían mejores fortalezas.
En cambio los núcleos urbanos cercanos a Jaén no dependían de esta Orden sino que formaban un Alfoz.
El Alfoz de Jaén incluía los castillos y núcleos de población dependientes directamente de la ciudad. Ocupaba los actuales términos municipales de Jaén, Torredelcampo, Fuerte del Rey, Cazalilla, Mengíbar, Villargordo, La Guardia, Pegalajar y Villardompardo. Arjona perteneció durante un tiempo, pero en 1285 dejó de serlo por convertirse en un señorío que también durará poco, porque como ya hemos dicho, en 1434 pasó a la Orden de Calatrava.
A principios del siglo XIV el Alfoz de Jaén se ampliará con los pueblos de Cambil y Garcíez.

Alfoz: es un término árabe que hace referencia al conjunto de pueblos y castillos que dependían jurídicamente de las autoridades de una ciudad mayor, en este caso de Jaén.

EL LINAJE DE LOS AZNAR PARDO


El linaje de “los Pardo” es muy antiguo y parece ser que algunos de sus miembros estaban emparentados con los reyes de Aragón. Comenzaremos a partir de D. Aznar Pardo que fue un valiente guerrero, ricohombre y mayordomo mayor del rey aragonés Pedro II a quien acompañó en la famosa Batalla de las Navas de Tolosa.
En la primavera de 1212, Pedro II rey de Aragón, llega a Toledo y allí instala su campamento, dispuesto a luchar contra los musulmanes junto a Alfonso VIII de Castilla, Sancho de Navarra y las diferentes Órdenes Militares, con el beneplácito del Papa Inocencio III que le dio carácter de cruzada. Acompañando a Pedro II se encuentran: Berenguer, obispo de Barcelona; García, obispo de Tarazona; el conde de Ampurias y los nobles: Aznar Pardo, Guillermo de Cardona, García Romero y Jimeno Cornel, además del obispo de Narbona, Arnau Arnabric que acude con cien jinetes.

A finales de la primavera, todos juntos se dirigen hacia el sur y atraviesan el puerto de Despeñaperros, encontrándose con el ejército Almohade en la llanura de las Navas de Tolosa a principios de verano de ese mismo año. La batalla fue durísima pero la derrota del ejército musulmán el 16 de Julio fue indiscutible y la actuación del caballero D. Aznar Pardo fue heroica durante la misma, ya que incendió el palenque* del califa almohade: Muhámmad al-Násir, conocido entre los cristianos como Miramamolín
En recompensa a su acción, Pedro II le concedió el señorío de la villa y castillo de Casta. Actualmente es conocido como castillo-palacio de Pardo de la Casta en la localidad valenciana de Alaquàs
Debido a aquel acto heroico, el escudo de armas del linaje de los Aznar Pardo presenta tres hachas (antorchas) encendidas. Foto del margen

*Un palenque era una empalizada para defenderse del ejército cristiano.

Pedro II murió el 12 de Septiembre de 1213 en la batalla de Muret al sur de Toulouse (Francia) donde participó con un escaso ejército y sin apoyo económico de Cataluña. También murió con él su fiel acompañante, D. Aznar Pardo, quien dejó un hijo llamado igual que él.


CONQUISTA DE VILLARDOMPARDO

Nada sabemos del nombre que tenía aquel pequeño núcleo urbano que hoy llamamos Villardompardo. Sólo sabemos que en 1245 (no he encontrado día y mes) las tropas de Fernando III “El Santo” conquistaron este pueblo cuyos habitantes estarían más pendientes de su trabajo en el campo que de guerras y conquistas. Una aldea tan pequeña no debió poner ninguna resistencia a un ejército bien organizado como el del rey Fernando y se entregaría sin ningún problema. Con toda probabilidad sus habitantes habrían sido expulsados.
D. Bernardo de Espinalt en su obra “El Atlante Español”, volumen XIII, escrita en 1790 nos dice que el rey otorgó esta pequeña alquería a uno de los infanzones que le acompañaban en la conquista de Jaén: D. Pedro Aznar (hijo del anterior Aznar Pardo que participó en las Navas de Tolosa). El mismo Espinalt dice que otro escritor llamado Escolano lo llamaba D. Pedro Pardo, y otro autor, Gonzalo Argote de Molina, lo llamará D. Aznar Pardo. Sea cual fuese su nombre, este señor se comprometió a repoblar el lugar (de ahí deduzco que sus antiguos habitantes serían expulsados de la alquería siguiendo la costumbre de otros pueblos).
En algunas fuentes se habla del comienzo de la construcción del castillo como defensa del pueblo ante los moros tras la conquista cristiana, por lo tanto es falsa la creencia popular de la construcción de la fortaleza por los árabes (moros), como suelen decir los mayores. De todas formas no hay referencias claras de la existencia del castillo de Villardompardo hasta la década de 1460, en tiempos del Condestable Iranzo.
En otras fuentes se especifica que el rey Fernando trajo, entre los componentes de su ejército para la conquista de Jaén, a 300 infanzones procedentes del Reino de Aragón y Navarra, entre ellos a D. Pedro Aznar Pardo (El historiador Ximena Jurado, 1615-1664, dejó un listado de todos ellos, pero no lo he localizado) Una vez que el rey dio por finalizada la contienda, reunió a todos ellos en el castillo de Baños de la Encina (foto del margen) y en recompensa a los servicios prestados les repartió las tierras conquistadas. A D. Pedro le correspondió el Villar. A partir de ese momento la pequeña alquería pasó a llamarse Villar de Don Pardo.
El hecho de que Villardompardo estuviera rodeado en gran parte por territorios pertenecientes a la Orden de Calatrava, haría que durante la segunda guerra civil de Castilla, acaecida en el siglo XV, el castillo de Villardompardo tuviera un gran protagonismo por servir como primera línea defensiva entre el territorio de Jaén y los calatravos, pertenecientes a bandos contrarios. Por esta razón creo que nuestro pueblo debería estar incluído en “La Ruta de los Castillos y las Batallas” como lo están otros pueblos vecinos.
Como hemos visto, después de la conquista de los pueblos de alrededor de Villardompardo, las incursiones y ataques de los musulmanes fueron muy numerosas, contra Arjona, Jaén, Martos, etc. No es de extrañar que las tropas musulmanas pasaran varias veces por nuestro término e incluso por nuestro pueblo, así que la vida en un municipio sin defensas amuralladas como Villardompardo sería muy peligrosa. Probablemente nuestra localidad fuera abandonada varias veces y vuelta a colonizar otras tantas.
Por ejemplo en 1275 el rey granadino Muhamed II, con su ejército de milicias africanas, estaba devastando las poblaciones existentes entre Martos y Arjona (Villardompardo se encuentra claramente en ese lugar) hasta que el infante de Aragón D. Sancho (hijo de Jaime I el Conquistador) salió a su encuentro y lo derrotó en Torredelcampo, pero el infante murió en un lugar hoy conocido como “Fuente de D. Sancho” a un Kilómetro de Torredonjimeno.
También podemos asegurar documentalmente que en 1368 Villardompardo estaba totalmente despoblado y fue reclamado por la famila nobiliaria de “Los Torres” para repoblarlo, como veremos en el siguiente capítulo.
Tampoco sabemos absolutamente nada de los “Aznar Pardo” puesto que desde la donación de Villardompardo en 1245, no se vuelve a hablar nada de ellos ni de su papel en las defensas y conquistas posteriores, tal vez perdieran el apellido por entronques familiares o simplemente disminuyera su interés por la repoblación de nuestro pueblo debido a lo peligroso de la zona.


DELIMITACIÓN DEL TÉRMINO MUNICIPAL DE VILLARDOMPARDO

En 1251 ya deben haber llegado los nuevos habitantes que repueblan nuestra localidad y todas las de alrededor, pues en esas fechas surgen los primeros problemas por la delimitación de términos entre los pobladores de Torredonjimeno y Jamilena, pertenecientes a la Orden de Calatrava, y los de Villardompardo y Torre Benzalá, además de otros pueblos
Es tanto el interés del rey Fernando en mantener la paz entre los nuevos colonos que, a pesar de hallarse próxima la hora de su muerte, viene hasta esta zona para fijar personalmente los límites de los términos.
La primera referencia que tenemos sobre el término de Villardompardo es precisamente en 1251, en ella se menciona la intervención del mismo rey Fernando III en la delimitación entre el término de nuestro pueblo y el de la Torre de Benzalá, que en aquellos tiempos sería una población habitada parecida a la nuestra. El texto redactado en primera persona dice lo siguiente:….”al fito que es entre las torres de AuenÇala et el villar de don Pardo, et este fito fiz yo fincar en tal logar, que mandé partir el término ques de la primera casa del villar de don Pardo contra las torres de AuenÇala….” En aquellos tiempos la delimitación de los términos, como ya hemos comentado, se solía hacer respetando los que ya estaban establecidos en época musulmana, para ello, después de la conquista, se pedía ayuda a los musulmanes viejos “omes buenos y fieles, que fuesen sabedores de los términos por do eran”, como sucedió en Baena, Luque, Porcuna, Alcaudete, etc, pero no en el caso de Villardompardo que estaba despoblado de musulmanes ya que habían sido expulsados anteriormente al reparto.
Hay muchas dudas sobre la variación del término municipal a lo largo de la historia. Las personas mayores aseguran que durante la Segunda República hubo un cambio en sus delimitaciones, según el cual el cortijo de la “Rata”, antes perteneciente al término de Villardompardo, pasaría a ser de Torredelcampo, pero por más que miro los mapas del término de nuestro pueblo en épocas pasadas, no encuentro ninguna variación con respecto al actual. Creo que la confusión se debió a que en 1931, el Ministro Largo Caballero promulgó la Ley de los Términos Municipales, según la cual los propietarios estaban obligados a contratar jornaleros de su propio término municipal, así que los jornaleros de Villardompardo que trabajaban el “La Rata” fueron expulsados en favor de los trabajadores torrecampeños, de ahí la creencia de que esa finca se la quitaran al Villar y pasara al término de Torredelcampo.
El primer mapa del término que veis más arriba, corresponde al Catastro del Marqués de la Ensenada (1751) y su forma es prácticamente igual que la de los dos siguientes, pero está dibujado al revés. El segundo es de 1870 y el tercero, de 1903 (el del margen), es exactamente igual que el actual. Si lo pudiéramos ver ampliado observaríamos como sus limites corresponden a los de hoy en día.
A pesar de todo lo dicho anteriormente, en época medieval, el único pueblo de la zona con un término municipal independiente de los demás era Villardompardo, ya que Torredonjimeno pertenecía a la Orden de Calatrava y no se independizó de Martos hasta 1558. Los términos de dichos pueblos estaban unidos formando un bloque junto con otros de la misma Orden. Torredelcampo pertenecía a Jaén y su independencia no se produjo hasta principios del siglo XIX, por lo que también formaba un bloque con el de Jaén y otros pueblos. En cambio, al ser Villardompardo un municipio donado a D. Pedro Aznar Pardo, sí mantendría su término independiente, aunque jurisdiccionalmente perteneciera a Jaén.

FUENTES CONSULTADAS:

- Libros y páginas de Internet sobre Historia Medieval.
- “Los Castillos de Jaén” de Juan Eslava Galán (Un gran arjonero)
- “Los Repobladores de Arjona”, extracto del historiador Jimena Jurado.
- “El Atlante Español” de Bernardo de Espinalt y García, publicado en 1790
- Blog titulado “Libro de horas y hora de libros”
- Blog titulado “Torredonjimeno en 1752” de Manuel Padilla Sánchez
- “Jaén; pueblos y ciudades”. Fascículo 142 correspondiente a Villardompardo. Editado por Diario Jaén y Cajasur.

CONTINUARÁ

Carlos Ramírez Perea

domingo, 7 de agosto de 2011

VILLARDOMPARDO, SUS ORÍGENES
Capítulo I. Libro 1

Si recordáis el primer capítulo que se publicó, comenzó contando la "Historia de Villardompardo" a partir del año 1500. Ahora, que ya dispongo de información suficiente, empezaremos a publicar capítulos desde el origen de Villardompardo hasta enlazar con dicho año 1500, calculo unos tres o cuatro aproximadamente. Este grupo de capítulos los llamaremos "Libro 1" para diferenciarlos de los ya publicados.

CONTEXTO HISTÓRICO

La primera gran cultura que apareció en Andalucía fue Tartessos (desde el siglo IX al VI a. de C.). No se ha descubierto su capital, pero se sabe que el núcleo poblacional más importante se encontraba en la baja Andalucía, cerca de la desembocadura del Guadalquivir. Además de la agricultura y la ganadería, una de sus principales actividades era la extracción de metales (cobre, plata y oro) de las minas de la actual provincia de Huelva. Pueblos como los Fenicios se vieron atraídos por esa riqueza y llegaron a las costas de la zona para comerciar con ellos. El contacto con esos pueblos del Mediterráneo oriental, mucho más avanzados cultural y tecnológicamente, influyó mucho en Tartessos y adoptaron algunas de sus costumbres, cultura y manifestaciones artísticas, lo que se llama “modelo orientalizante”.



A partir del siglo VI a.C. la cultura tartésica entró en crisis, y fue desapareciendo poco a poco, debido a la pérdida de la influencia fenicia, hasta ser sustituida por los Turdetanos. Muchos autores consideran a este pueblo como la continuación de Tartessos.
Los historiadores engloban a los Turdetanos en lo que genéricamente se llaman “Iberos”. Debemos entender como “Iberos” a todo el conjunto de pueblos que habitaban el sur y este de la península ibérica, incluso el sureste de Francia, y que compartían una misma cultura y un arte propio.
Nuestra provincia estaba ocupada por diferentes tribus iberas, las más importantes eran los Oretanos, que habitaban la zona de Linares y el Condado, cuya capital más importante era Cástulo (cerca de Linares) y los Turdetanos, que vivían en todo el valle del Guadalquivir, hasta el extremo occidental de la provincia de Jaén (mapa del margen). Era el pueblo con mayor influencia fenicia, tenían un idioma y una escritura distinta al resto de los pueblos iberos (aunque parecida) y, como hemos comentado antes, se pueden considerar como los herederos del arte y costumbres tartésicas.
Según Estrabón, la Turdetania contaba con unas doscientas ciudades. En nuestra provincia y cerca de nuestro entorno destacaban Ipolka (Porcuna), Abra (algunos autores la identifican con Torredonjimeno) y Tucci (Martos), además de los diferentes asentamientos iberos que existen cerca de Villardompardo que también eran Turdetanos. Algunas de estas ciudades como Ipolka, más tarde llamada Obulco por los romanos, fueron tan importantes que se convirtieron en cecas, es decir, lugares donde se acuñaban monedas. También fue una ceca, pero de menor importancia, Abra. Las monedas encontradas en estos lugares datan del siglo II y III a.C.
Entre el 237 y el 218 a. C. los Cartagineses conquistaron gran parte de la mitad sur y este peninsular. Los romanos, sus grandes rivales, desembarcaron en Ampurias para cortar el paso al general cartaginés Aníbal en el año 218 a.C. desencadenándose la Segunda Guerra Púnica. Roma avanzó hacia el sur y derrotó a los cartagineses en la Bética (así se denominaba a casi toda Andalucía) en el 208 a.C, concretamente en la batalla de Baécula, acaecida posiblemente cerca de Santo Tomé (Jaén), tras la cual comenzó un largo proceso de romanización, desapareciendo poco a poco las costumbres, lenguas y arte ibérico. Los abusos de los romanos durante la conquista provocó la revuelta de los Turdetanos en el valle del Guadalquivir y el levantamiento de los lusitanos, encabezados por Viriato.

Yacimientos de nuestro entorno más cercano

La zona geográfica donde se localiza hoy en día nuestro pueblo ha sido ocupada desde muy antiguo. No hemos encontrado restos importantes que hayan sido catalogados ni estudiados por personas expertas en la materia, pero todos sabemos que en diferentes obras realizadas en el casco urbano de Villardompardo, se han encontrado algunos objetos como hachas neolíticas, pilas de piedra de procedencia romana o quizás visigoda*, como la de la foto, y silos para guardar el grano.

Algo muy curioso se encontró en una obra de la calle Ancha hace bastantes años, donde al hacer los pozos para los cimientos, a poco más de 1,5 metros de profundidad, apareció un pavimento hecho con ladrillos colocados en forma de espiga, como el que aparece en la foto del margen. Esta forma de disponer el ladrillo se llamaba en latín “opus spicatum”* (espina de pez) y es típico de la época romana aunque se siguió haciendo en la edad media. En este caso los ladrillos no se encontraban colocados de canto, como los de la foto, sino de cara. En Córdoba también se han encontrado suelos de época califal con ladrillos colocados de cara, así que tengo mis dudas sobre el origen del suelo encontrado en la “Calancha”, podría ser romano o árabe. Pero teniendo en cuenta que se encontró en una zona de pendiente donde la erosión es mayor y, a pesar de ello, a una profundidad importante, me inclino más por un origen romano*.

Otro hallazgo muy curioso se encontró en otra obra de la calle Arjona allá por los años sesenta. Se trataba de las piezas de una columna con unos 70 cm de diámetro y que presentaba estrías laterales, lo que parecía a todas luces los restos del fuste de una columna romana. Algunos vecinos aseguran que aparecieron al derribar las paredes maestras de la casa y los hijos de la antigua dueña me dijeron que, según le contaron sus antepasados, dichas piedras procedían del desmantelamiento de una antigua ermita (seguramente la de San Antonio). Sea cual fuese su procedencia lo que si parece probable es su origen romano. Sabemos que desde siempre se han reutilizado los materiales de construcciones antiguas para hacer otras modernas. Esos restos de columnas llegarían a formar parte de la ermita procedentes de alguna construcción romana muy anterior y no tenemos ni idea de su procedencia y en el siglo XVIII o XIX ,tras el desmantelamiento de la ermita, llegarían hasta la casa de la calle Arjona. Otra casa de la misma calle tiene la fachada y su lateral construidos con piedras de esa misma ermita (foto del margen)

De todas formas, no hay ninguna referencia de nuestro pueblo anterior a la conquista cristiana por las tropas de Fernando III “el Santo” en 1245, pero el enclave que ocupa hoy en día Villardompardo es sin duda un lugar propicio para establecer un asentamiento humano permanente desde muy antiguo. Además de ser un lugar alto y de fácil defensa, cuenta en sus inmediaciones con varios manantiales que difícilmente se secan, como el pilar, el pilarillo del “bola”, el pilar nuevo y otros que actualmente no existen (como el pozo de los terreros) pero que en la antigüedad pudieron ser manantiales casi permanentes. Los manantiales son algo muy importante para que se establezca un asentamiento humano de forma continuada. Villardompardo, sin duda, cumplía todos los requisitos para que así fuera.
Cerca de nuestro pueblo han existido lugares ocupados desde hace miles de años. Veamos cuales son estos emplazamientos ordenados desde el más cercano al más lejano. La distancia se ha medido en línea recta desde la plaza de nuestro pueblo hasta cada uno de esos lugares utilizando el programa informático Google Earth.

■ Los restos más cercanos los tenemos muy próximos al cementerio a unos 0,7km
En Junio de 2010, José Torres (de Escañuela) nos informó de que en Villardompardo se había descubierto un pozo de tiempos de los Iberos, justo al lado del cementerio, en el mismo lugar por donde iban a pasar las tuberías de agua que abastecerían a otros pueblos. Rápidamente fuimos al lugar y, efectivamente, allí se encontraba, en mitad de la zanja, por donde pasarían las tuberías. Se notaba que había sido cuidadosamente excavado y estudiado. Pocas horas más tarde nos enteramos que el pozo ya llevaba descubierto más de un año y que la Delegación de Cultura había hecho sus estudios y excavaciones pertinentes, pero lo que no sabíamos era si iba a ser destruido o si las tuberías serían desviadas unos metros para conservarlo en su lugar.
A los pocos meses me dirigí a la Delegación de Cultura de Jaén y en el Expediente nº 294/10 se encontraba toda la información referente al pozo, concretamente en el apartado correspondiente al tramo 517-513 sector C de la conducción que va desde Cuérniga hasta Arjona. En dicho expediente se dice claramente que se trataba de un pozo fechado en el momento de su colmatación (cuando se llenó completamente de tierra) en época ibera, entre el siglo I-II antes de Cristo. No se sabe la fecha de su construcción por no haber sido excavado hasta el fondo.
Al excavar, además de encontrar material ibérico, también se encontró mezcla de material del Calcolítico (también llamado Edad del Cobre, entre el 2º milenio y 1º milenio antes de Cristo). Se supone que el pozo tendría un brocal de mampostería (piedra) irregular. También se han localizado restos de un sistema hidráulico romano. En el expediente en cuestión se dice claramente que el pozo abastecería de agua algún asentamiento humano cercano aún por descubrir.
En las inmediaciones y después de ser cubierto, encontramos de forma casual, un pequeño fragmento de cerámica llamada campaniense de color muy oscuro y que era muy utilizada y apreciada por los iberos como vajilla de mesa, y una curiosa cabeza de gallo o gallina de apenas un centímetro de diámetro.
Después de ser debidamente estudiado por la Delegación de Cultura el pozo fue cubierto por una maya geotextil y arena para su conservación.

■ No sólo existen estos restos arqueológicos en las inmediaciones de nuestro pueblo. A 1,1 km, en el cerro de “Ruimesa” ,como así lo conocemos, existe un yacimiento en el que se pueden apreciar unos muros construidos con grandes sillares toscamente labrados y que recuerdan bastante a los del Cerro Miguelico de Torredelcampo, que son de origen ibero. No sólo apreciamos los muros, también se pueden ver los cimientos de una edificación rectangular en la que incluso se adivinan los lugares donde se encontraban las puertas. En “Ruimesa” hemos encontrado fragmentos de tégulas romanas*. Estas tégulas eran una especie de tejas muy grandes y planas con un borde muy característico que se utilizaban para cubrir los tejados de las construcciones e incluso los enterramientos. Así que probablemente los restos de Ruimesa sean de origen ibero y reutilizado posteriormente por los romanos.
Para apoyar esta hipótesis disponemos del hallazgo de dos objetos arqueológicos:
· El primero de ellos es una preciosa ánfora romana encontrada por un agricultor hace bastantes años mientras araba muy cerca del camino de la “Rambla”, concretamente en las inmediaciones de un pozo que había al borde de dicho camino, se trata de un ánfora vinaria*, utilizada para envasar y transportar vino. La distancia entre este hallazgo y el yacimiento de “Ruimesa” es de apenas unos centenares de metros.
· Pero lo más interesante es esta moneda:
Se trata de un Denario de plata* de casi 4 gramos de peso de la época de Tiberio, que gobernó durante la República Romana desde el año 14 d. C. hasta el 37 d. C. Esta moneda fue encontrada casualmente recogiendo aceituna en “Palanco” a escasos metros de “Ruimesa” y era el salario diario que se le solía pagar a un jornalero de aquella época.
Las características de esta pieza son las siguientes:
- Moneda de plata acuñada desde el 16 d.C. hasta el 31 d. C. en Lugdunum, actual Lyon (Francia)
- Anverso: TI berius CAESAR DIVI nus AVG usti F ilius AVGVSTVS Cabeza del emperador hacia la derecha, con corona de laurel.

- Reverso: PONTIF ex MAXIM us Livia (madre de Tiberio y esposa de Augusto) representando a la “Pax” sentada hacia la derecha, con cetro y rama de olivo.
- En este ejemplar no se pueden leer bien todas esas características por el desgaste y por lo descentrado del corte, pero sabemos que aparece este escrito por otras monedas idénticas y mejor conservadas que se pueden consultar en cualquier página de numismática.
- Como dato curioso diremos que este tipo de moneda recibe el nombre de "Tribute Penny" es decir, "Denario del Tributo", y era la moneda de curso legal en la época de Jesucristo.
Estos objetos confirman aún más la hipótesis de que el yacimiento de la cumbre de “Ruimesa” podría estar ocupado por los romanos alrededor del año 30 después de Cristo y muy posiblemente se tratara de una Villa Rústica dedicada a la agricultura de la zona. La base de la agricultura romana era: la vid, el trigo y el olivo.

■ En las Piedras de la Rata (a 1,8 km) también se encuentran restos de lo que parecía una villa romana, se pueden observar algunas piedras formando un pequeño muro y, lo que es más interesante, restos bastante bien conservados de una aljibe romana* (foto del margen)
Además en este lugar se han encontrado restos de cerámica que demuestran una ocupación muy prolongada del enclave. Se ha encontrado cerámica muy oscura típica de la edad del cobre, cerámica pintada con líneas rojas y negras, típicamente ibérica, y terra sigillata de época romana.

■En el Cerro Pelado (a 2,3 km) también se han hallado vestigios de una ocupación de la época ibérica y romana, como así demuestran los tipos de cerámica encontrados. Se puede apreciar un recinto fortificado con forma pentagonal con varias líneas de amurallamiento. Los restos de cerámica son muy abundantes por toda la zona.

■Algo muy parecido ocurre en el Cortijo del “Gato” (foto del margen) a 3 km de Villardompardo, donde también se observan grandes cantidades de piedras, tégulas romanas, terra sigillata, la basa* (así se llame la base) de una columna (foto de abajo), además de alguna ánfora. Probablemente era una villa romana. Las piedras de aquella antigua villa fueron utilizadas posteriormente para construir los diferentes cortijos que han ocupado el lugar a lo largo de la historia.

No nos debe extrañar esta distribución aparentemente al azar de yacimientos con restos romanos en las cercanías de nuestro pueblo y de cualquier otro. La explicación es sencilla. Resulta que cuando un soldado se licenciaba, muchas veces era recompensado con la entrega de tierras, según las costumbres que llevaba a cabo el Estado Romano. La falta de tierras en Italia hizo que el reparto se realizara en los lejanos territorios recién conquistados, en este caso Hispania, de tal forma que las autoridades romanas del lugar parcelaban las tierras y las repartían a los soldados, sin tener en cuenta las necesidades de la población indígena (estos son algunos de los abusos que comentamos al principio). Al alejar a los recién licenciados de la metrópoli romana, el Estado garantizaba dos cosas: por un lado colonizar y culturizar las tierras conquistadas y por otro alejar de Roma un posible foco de revueltas, ya que estos soldados sufrían un gran desarraigo después de tantos años pasando fatigas y alejados de la “civilización”.
A este sistema de reparto se le llamó centuriación. La parcelación se realizaba utilizando como unidad de superficie la “centuria” que era un cuadrado de terreno de 710,4 metros de lado, es decir 50,46 Hectáreas, o un rectángulo con la misma área. Cada colono construía su residencia, y al mismo tiempo casa de labor, en un lugar estratégico de su parcela. A veces para levantar la “Villa Romana” se aprovechaban cimientos y restos de otras construcciones iberas anteriores. Puede ser este el caso de: Ruimesa, Piedras de la Rata, Cortijo del Gato y otros lugares. En cambio, Torre Benzalá y El Patio de Armas, de los que ahora hablaremos, eran entidades poblacionales mucho más grandes, lo que hoy podríamos considerar como una aldea.

Torre Benzalá (en muchos libros se escribe con V), a 3,95 km al oeste de Villardompardo. Ha sido el enclave más importante de los que se localizan cerca de nuestro pueblo. Está en el término de Torredonjimeno pero se encuentra mucho más cerca de Villardompardo.
Situada sobre un cerro con una altura de 547m , desde el que se divisa una buena parte de la Campiña Norte de Jaén y parte de la de Córdoba. En la cumbre se levantan los restos de un torreón medieval que perteneció a un castillo del siglo XIII y que fue desmantelado a principios del siglo XX para construir los cortijos de alrededor. Pero la antigüedad de Benzalá se remonta a la edad del cobre y del bronce (2750-2500 a. de C) donde sólo se encontraba habitada la zona de la cumbre, constituyendo una aldea fortificada.
Más tarde, en época ibérica, aumenta mucho la población por la mejora de las técnicas agrícolas y la aldea se extiende por la ladera Sureste, mucho más suave. Se pueden encontrar abundantes fragmentos de cerámica ibera por toda la ladera. El nombre del poblado era Bora.
En época romana adquiere su mayor extensión, llegando desde la cumbre hasta el camino de los cortijos del “Marqués y Sargento Coleta”. Además de la gran cantidad de cerámica típica romana (terra sigillata) se han encontrado lápidas funerarias, restos de estatuas, como la que adorna la subida de las escaleras del ayuntamiento de Torredonjimeno, y una gran alberca cerca del camino que posee grandes dimensiones (25 x45m). En aquella época el enclave era conocido como Batora Ordo Batorensis.
En época medieval el lugar seguía siendo ocupado pero en mucha menor extensión, como atestigua la cerámica de origen árabe encontrada. El castillo construído en la cumbre sería levantado casi con toda probabilidad en época cristiana, justo tras la conquista, para controlar las incursiones árabes en la zona, probablemente en la misma época en la que comenzó a construirse el de Villardompardo. De esta forma los castillos de Benzalá, Villardompardo, El Berrueco, La Muña, El Castil y otros, formarían una auténtica línea defensiva y de control de toda la zona contra las incursiones de los musulmanes granadinos.
Sabemos que en 1347 seguía poblado, pero el historiador Ximena Jurado describe a Torre Benzalá en su libro “Antigüedades de Jaén” publicado en 1639, como un lugar despoblado donde no había ni iglesia y sólo quedaban ruinas del pueblo.

■Uno de los yacimientos más importantes desde mi punto de vista, se encuentra en lo que llamamos “El Patio de Armas” en la cumbre del Cerro Villargordo, a 4,74 km de Villardompardo pero en el término municipal de Torredelcampo. Se trata de un recinto bien fortificado y de muy grandes dimensiones. Tiene forma rectangular y debe ocupar varias hectáreas. Los dueños de aquellas parcelas han ido acumulando las piedras de la antigua muralla justo encima de los cimientos de la misma y por eso se puede apreciar la forma que tenía el recinto en la antigüedad. En toda la zona se encuentra cerámica pintada ibera* (1ª foto) y campaniense* (2ª foto) . Debió de ser un opidum (aldea) ibérico de importancia, como lo fue Torre Benzalá.

Además de estos lugares que desde el punto de vista arqueológico han sido muy poco estudiados, contamos en esta parte de la provincia con hallazgos de primer nivel, como el conjunto escultórico de Porcuna (descubierto en los años setenta) y el reciente descubrimiento de la tumba ibera de Arjona. Todo ello nos demuestra que el actual enclave de Villardompardo se encuentra en un lugar de la provincia de Jaén y de España que ha sido poblado desde la antigüedad y que además disfrutaba de un nivel cultural y tecnológico muy superior al de otras zonas del territorio nacional, tanto es así que se está construyendo en Jaén un museo arqueológico dedicado exclusivamente a la cultura y al mundo ibero en general.

La enigmática población de Escadia o Iscadia

Juan Francisco de Masdeu, en su obra titulada “Historia crítica de España y de la cultura española” publicada en 1797, nos habla de las guerras entre las legiones romanas y el ejército formado por el caudillo lusitano Viriato, allá por los años 140-139 antes de Cristo (los romanos llamaban Lusitania al territorio situado al Oeste de la península Ibérica que actualmente corresponde más o menos con parte de Portugal, algo de Extremadura y parte de Salamanca y Zamora)
En esta obra nos dice que, según el historiador romano Apiano Alexandrino, el general romano Fabio Máximo Serviliano al mando de dos legiones romanas se apoderó de las ciudades de Escadia, Gemella y Obolcola, ciudades que poseían guarniciones del ejército de Viriato. Y también de Baccia, esta última sitiada también por el caudillo portugués. Serviliano consiguió romper el cerco de Baccia y tomar prisioneros a 500 soldados del ejército lusitano a quienes les cortó las manos.
La localización de estos lugares son los siguientes:
La ciudad de Gemella se refiere a la “Colonia Augusta Gemella” llamada así por los romanos y Tucci por los iberos, es decir, la actual Martos.
Obolcola se refiere a Obulco ( Porcuna) y Baccia a la actual Baeza.
Respecto a Escadia, el autor del libro al que nos estamos refiriendo, la sitúa en Escua, por el parecido del nombre y por la cercanía a Obulco y Tucci. Pero el autor nos deja de nuevo con la duda de su situación porque tampoco sabemos donde se localizaba Escua.
Otros autores sitúan Escadia en la antígua Astigi, la actual Écija, pero parece muy distante a Tucci, Obulco y Baccia para ser conquistada al mismo tiempo que esas tres ciudades.
En el Diccionario geográfico-histórico de la España antigua ..., Tomo III págian 96, publicado en 1836 por D. Miguel Cortés López, nos dice que Iscadia (aquí se nombra así) no es ninguna ciudad antigua, sino que en las crónicas de Apiano, por error, en lugar de escribir “Oikiam Gemellam” (que quiere decir Colonia Gemella, refiriéndose a Martos) se transcribió como “Iscadia Gemella” . Quizás sea esta la hipótesis más acertada.
Pero en la obra titulada “Las Colonias Gemelas rintegradas en la mitad de sus respectivas poblaciones” publicada en Madrid en 1788 por el autor toxiriano Padre Alejandro del Barco, se llega más lejos aún en el tema de la enigmática Escadia y es por este motivo por el que hablamos de ella en este capitulo. Resulta que este autor identifica la antigua Escadia con Escañuela por la afinidad del nombre entre ambas, pero al mismo tiempo el autor reconoce que se trata de un argumento muy pobre y dice que la antigua Escadia, situada entre Martos y Porcuna, podría ser cualquier despoblado como Torre Alcázar, Benzalá, Torre Fuencubierta, Los Villares (cortijada cercana al pilar de Moya) o cualquier otra población cercana, ya que son abundantes los restos romanos por toda esta zona. Aquí dejo volar la imaginación de cada uno de vosotros para ubicar la antigua población, si es que existió.
Lo que sí podemos asegurar es que Viriato anduvo por todas estas tierras haciéndole la vida imposible al ejército romano.

Fuentes consultadas:

* Para datar y saber la procedencia de los objetos, además de algunas opiniones señaladas con asterisco, he contado con inestimable la ayuda de algunos profesores de historia y especialistas en arqueología del I.E.S. “Ntra. Sra de Alharilla” de Porcuna.

• Expediente nº 294/10. Delegación de Cultura de Jaén.

• Poblamiento y territorio en el suroeste de la provincia de Jaén en época romana de Antonio Luis Bonilla Martos (Sistema de Centuriación)
•Jaén; pueblos y ciudades. Fascículo 142 correspondiente a Villardompardo. Editado por Diario Jaén y Cajasur.
• Las Colonias Gemelas rintegradas en la mitad de sus respectivas poblaciones. Publicada en Madrid en 1788 por el Padre Alejandro del Barco.
• Diccionario geográfico-histórico de la España antigua ..., Tomo III página 96. Publicado en 1836 por D. Miguel Cortés López.
• Torre Benzalá, de José Manuel Ureña Mena (trabajo no editado 1997/98)
• Fotografías todas del autor, excepto el primer mapa y el pavimento de ladrillo, sacados de Internet.
http://www.evidenciasdelcristianismo.com/monedas/denario/denario.htm


Carlos Ramírez Perea

lunes, 11 de julio de 2011


EL CAMINO DE SANTIAGO DESDE VILLARDOMPARDO

Nuestro paisano Cirilo Delgado, “Ciri” para los amigos, va a realizar la proeza de hacer el Camino de Santiago desde Villardompardo. Va a seguir la que antiguamente se llamaba “Ruta Mozárabe” que comenzaba en Alcaudete, seguía hasta Córdoba y por el valle de los Pedroches se adentraba en Extremadura hasta enlazar con la vía de la Plata. Sigue antiguas calzadas romanas y caminos medievales.
Comenzará después de la Feria de Agosto de 2011. Que sepamos va a ser la primera persona que lo haga desde nuestro pueblo ¡Quién se anima!. Te deseo mucha suerte y que encuentres el desaparecido Códice Calixtino, como haría un buen policía.

Las etapas serán las siguientes:

Villardompardo→ Jaén- 24 Km
2ª Jaén→ Martos- 22,5 Km
3ª Martos→ Alcaudete- 23 Km
4ª Alcaudete→ Baena- 24,1 Km
5ª Baena→ Castro del Río- 19,1 Km
6ª Castro del Río→ Santa Cruz- 19,7 Km
7ª Santa Cruz→ Córdoba- 24Km
8ª Córdoba→ Cerro Muriano- 16,6 Km
9ª Cerro Muriano→ Villaharta- 21,1 Km
10ª Villaharta→ Alcaracejos- 34 Km
11ª Alcaracejos→ Hinojosa del Duque- 21,6 Km
12ª Hinojosa del Duque→ Monterrubio de la Serena- 34,6 Km
13ª Monterrubio de la Serena→ Castuera- 19 Km
14ª Castuera→ Campanario- 19,9 Km
15ª Campanario→ Don Benito- 27,6 Km
16ª Don Benito→ Santa Amalia- 18,2 Km
17ª Santa Amalia→ Alcuescar- 31,4 Km
18ª Alcuescar→ Valdesalor- 25,8 Km
19ª Valdesalor→ Casar de Cáceres- 22,4 Km
20ª Casar de Cáceres→ Embalse de Alcántara- 20 Km
21ª Embalse de Alcántara→ Grimaldo- 22,5 Km
22ª Grimaldo→ Galisteo- 19,8 Km
23ª Galisteo→ Cruce Hostal Asturias- 35 Km
24ª Cruce Hostal Asturias→ Aldeanueva del Camino- 23,2 Km
25ª Aldeanueva del Camino→ Calzada de Béjar- 22,2 Km
26ª Calzada de Béjar→ Fuenterroble de Salvatierra- 19,9 Km
27ª Fuenterroble de Salvatierra→ San Pedro de Rozado- 31,5 Km
28ª San Pedro de Rozado→ Salamanca- 23,2Km
29ª Salamanca→ Calzada de Valdunciel- 16 Km
30ª Calzada de Valdunciel→ El Cubo de la Tierra del Vino- 19,4 Km
31ª El Cubo de la Tierra del Vino→ Zamora- 33 Km
32ª Zamora→ Montemarta- 18,5 Km
33ª Montemarta→ Granja de Moreruela- 21,5 Km
34ª Granja de Moreruela→ Tabara- 26 Km
35ª Tabara→ Santa Croya de Tera- 21 Km
36ª Santa Croya de Tera→ Rionegro del Puente- 29,5 Km
37ª Rionegro del Puente→ Palacios de Sanabria- 29 Km
38ª Palacios de Sanabria→ Requejo- 24,5 Km
39ª Requejo→ Lubián- 19,2 Km
40ª Lubián→ A Gudiña- 23,5 Km
41ª A Gudiña→ Laza- 34,4 Km
42ª Laza→ Xunqueira de Ambia- 33,8 Km
43ª Xunqueira de Ambia→ Orense- 21,6 Km
44ª Orense→ Cea- 22 Km
45ª Cea→ Dozón por Oseira- 21 Km
46ª Dozón por Oseira→ Laxe- 20Km
47ª Laxe- Puente Ulla→ 28,4 Km
48ª Puente Ulla→ Santiago de Compostela- 22Km



¡ÁNIMO CIRI!

lunes, 2 de mayo de 2011

LA AGRICULTURA DE ANTAÑO


Durante la dominación musulmana, una buena parte de las aldeas de Jaén se dedicaban al cultivo de la seda, así que aquella pequeña alquería, que luego se llamaría Villardompardo, se dedicaría a este menester y algunos de nuestros campos estarían sembrados de moreras, además de olivos y cereales.

La primera referencia que tenemos sobre el término de Villardompardo es muy antigua, data de 1251, en ella se menciona la intervención del mismo rey Fernando III en la delimitación entre el término de nuestro pueblo y el de la Torre de Benzalá, que en aquellos tiempos sería una población habitada parecida a la nuestra. El texto redactado en primera persona dice lo siguiente:….”al fito que es entre las torres de AuenÇala et el villar de don Pardo, et este fito fiz yo fincar en tal logar, que mandé partir el término ques de la primera casa del villar de don Pardo contra las torres de AuenÇala….” En aquellos tiempos la delimitación de los términos se solía hacer respetando los que ya estaban establecidos en época musulmana, para ello, después de la conquista, se pedía ayuda a los musulmanes viejos “omes buenos y fieles, que fuesen sabedores de los términos por do eran”, como sucedió en Baena, Luque, Porcuna, Alcaudete, etc.

Tras la conquista de nuestro pueblo en 1246, fueron expulsados todos los musulmanes de la alquería, y de otras muchas, para evitar revueltas, así que tras su repoblación por los cristianos en 1251 ellos mismos tenían que hacer el reparto y a veces surgían tensiones entre pueblos vecinos, como fue el caso de Villardompardo y la Torre de Benzalá, por lo que era necesaria la intervención directa del mismo rey para evitar males mayores.
Hay muchas dudas sobre la variación del término municipal a lo largo de la historia. Las personas mayores aseguran que durante la Segunda República hubo un cambio en sus delimitaciones, según el cual el cortijo de la “Rata”, antes perteneciente al término de Villardompardo, pasaría al de Torredelcampo, pero por más que miro los mapas del término de nuestro pueblo en épocas pasadas no encuentro ninguna variación con respecto al actual.
El primer mapa de esta página corresponde al Catastro del Marqués de la Ensenada (1751) y su forma es prácticamente igual que la de los dos siguientes, pero está dibujado al revés. El segundo es de 1870 y el tercero, de 1903 (el del margen), es exactamente igual que el actual. Si lo pudiéramos ver ampliado observaríamos como sus limites corresponden a los de hoy en día.

El Catastro del Marqués de la Ensenada

Es un documento de 1751 con un valor incalculable, ya que en él se hace una relación detallada de la calidad de las tierras del término, qué productos se sembraban en ellas y el rendimiento por fanega según el fruto que se cultivase. Para hacer el catastro se valieron de la declaración de personas del pueblo conocedoras del campo y supuestamente honestas. La clasificación de las tierras y su producción fue la siguiente:

DE REGADÍO

Había dos huertezuelas de regadío (las únicas de la Villa) situadas en el Mampuesto que producían frutos todos los años, sin intermisión. Los frutos que daban eran hortalizas y “Alcalcer” (se refiere a cebada verde, en hierba, para alimentar al ganado, lo que llamamos “verde”) que sólo servían para el consumo de quienes las labraban.

DE SECANO

Las de Ruedo: Se situaban en los alrededores del pueblo, también se consideraban de ruedo los corrales de las casas. Eran las más apreciadas y las que más producían. Las había de primera y segunda calidad y daban frutos todos los años sin intermisión. Las especies que se cultivaban en ellas eran: trigo, cebada, matalahúga, habas y garbanzos. En el catastro se da una información muy detallada de la producción de cada especie por fanega de tierra, lógicamente producían más cantidad de frutos las tierras de primera calidad que las de segunda.

Las de Campiña: Se situaban más lejos del pueblo y las había de primera, segunda y tercera calidad. Las de primera y segunda daban frutos con dos años de intermisión y las de tercera con cinco o seis años de descanso. Las especies que se cultivaban en la campiña eran: trigo, cebada, garbanzos, yeros y escaña. Aquí también se detalla la producción por fanega según la especie que se sembrara. El rendimiento era menor conforme bajábamos en la calidad de la tierra, en cualquier caso siempre producían menos que las de ruedo.

Los olivares: estaban plantados en Ruimesa (también llamada Palanco), Valdespeja (alrededor del pozo de los Olivares o Valdespeja, de ahí su nombre), La Corona y San Antonio. Como podemos comprobar los olivos formaban una línea casi continua de Oeste a Este aproximadamente, ocupando las laderas orientadas más o menos hacia el norte y noroeste. A cada fanega de tierra plantada de olivar le cabían setenta olivos. Las tierras de primera calidad eran las de San Antonio, que producían ocho arrobas de aceite por fanega. Los sitios de Ruimesa, Valdespeja y la Corona, producían por cada fanega de primera calidad, unas siete arrobas, las de segunda calidad cinco arrobas y las de tercera cuatro arrobas. Actualmente podemos observar como los olivos más viejos del término están en esos lugares (el de la foto es de la Corona), sabemos que en 1751 ya estaban allí, pero ignoramos desde cuando. Si hacemos cálculos, una fanega de olivos actual puede producir de media unos 500 kg de aceite (tirando por lo bajo), es decir algo más de 43 arrobas (una arroba son 11,5 kg). Entendemos que en aquella época la producción por fanega sería menor, pero no tanto como para ser sólo de 8 arrobas, así que seguramente en la declaración del catastro se mintiera deliberadamente para pagar menos impuestos. Suponemos que se hizo igual en todos los demás frutos.


Había dos dehesas, una llamada “La Rasa” donde pastaba el ganado de labor (bueyes) y abasto de carne, era utilizada durante ocho meses conjuntamente con los vecinos de Jaén y Escañuela, los cuatro meses restantes era utilizada por el conde. Esta dehesa distaba de la Villa 200 varas y ocuparía el cerro San Cristóbal, campo de futbol actual, las pilas, hasta llegar a los Montecillos. La otra dehesa se llamaba de “la Carnicería” que comprendía los sitios de Picayuelo, Barranco Rodrigo y Cerro de la Zahúrda, poblada de encinas, con 379 fanegas de tierra de tercera calidad y que distaba de la Villa un cuarto de legua. Estaba destinada a las yeguas en una tercera parte y las dos terceras partes restantes se dedicaban a la producción de bellotas.


■ Por último diremos que en el Catastro se nombran muchos parajes del campo que después de más de dos siglos y medio se siguen llamando igual, otros nombres los recuerdan sólo los mayores y muy pocos han desaparecido (en negrita). Aquí presentamos algunos de ellos. Los que están en paréntesis son los nombres que se le dan actualmente:
Arroyo la Maestra, Arroyo del Pozo (tal vez Haza del Pozo) Camino del Dulce (Camino del Du), Cañada Lucía Gámez (La Cañá), Cerrillo Billana (1ª parte del cerro Fernandico), Cerrillo de Vega, Cerro Blanco, Cerro San Cristóbal, Cerro Valdespeja (2ª parte del cerro Fernandico), Cerro de las Zahúrdas, Cortijo Capiscol, Cruz de Arjona, El Búho (El Buhíllo), El Cercado (El cercaíllo), El Cortijuelo, El Jetal, El Rejano, Ejido alto, Estacar del Agua, Fuente “Umbrís”, Hoya Locaria, La Almagrilla, La Cantera, La Corona, La Peña, Las pilas, Los Montecillos, Los Pechos, Mampuesto, Mermejal (Los Mermejales), Peña del Cambrón, Pozo Carrión, Pradillo de la Carreta, Prado Andino (hoy ha degenerado el nombre a “Plaondino”) Puente Vieja, Puerta de las Viñas, Ruimesa, San Antonio, Santa Rosalía, Valdespeja, Yesezuelo, etc, etc.


Sería interesante que la gente más joven y sobre todo los agricultores, siguieran utilizando estos nombres ya que representan parte de la herencia de nuestro pasado.


OS DESEO FELIZ ROMERÍA Y ¡VIVA SAN ISIDRO!

Carlos Ramírez Perea