Los
absolutistas no cesaban de conspirar contra el régimen liberal, el mismo
Fernando VII envió emisarios para solicitar ayuda a algunos países europeos
antiliberales. En 1822 había zonas de Cataluña, País Vasco, Navarra, Galicia y
Valencia, donde existían grupos absolutistas que acosaban militarmente a las
tropas constitucionales. Al final, estos grupos (unos 35000 hombres), junto con
60000 soldados franceses (Cien Mil Hijos
de San Luis) entran en el país acabando con el Gobierno Liberal. Esta
última experiencia constitucional acabó en
Abril de 1823.
A partir de aquí comienza la última fase del reinado
de Fernando VII que durará hasta su muerte, acaecida en 1833. Este periodo será conocido como “Década Absolutista” o “Década Ominosa”. Son abolidas todas las
libertades, muchos liberales fueron ejecutados y otros se exiliaron. En 1830
Fernando VII tuvo por fin descendencia; su hija Isabel, fruto de su cuarto
matrimonio con María Cristina de las Dos Sicilias. Según la Ley Sálica de 1713, las mujeres no
podían reinar, así que el sucesor legal a la Corona era el hermano del rey Carlos María Isidro. Fernando VII
cambia la ley antes de morir para asegurar el trono a su hija, la futura Isabel
II. Tras la muerte del rey, su esposa Maria Cristina ocupará la regencia hasta
la mayoría de edad de Isabel, pero los partidarios del infante Carlos María, no
aceptan el testamento de Fernando VII comenzando en 1833 la I Guerra Carlista.
REPARTO DE LA “DEHESA RASA” ENTRE EL
VECINDARIO.
Este apartado
se debería haber incluído en el capítulo anterior, pero el documento se
descubrió sólo unos días después de ser publicado y fue imposible, así que lo
trataremos en este capítulo.
En 1818, un
Real Privilegio de su Majestad y del Real y Supremo Consejo de Castilla,
concede el beneficio de roturar, parcelar y sortear las 150 fanegas de la
Dehesa “Rasa” pertenecientes a Propios (Ayuntamiento de Villardompardo). Su
finalidad era acabar con la necesidad que padecía el vecindario, ya que era muy
poca la tierra cultivable y disponible para los habitantes del pueblo, y mucha
la destinada al pasto para el ganado.
Es la primera
vez en la historia del municipio que un terreno comunal se reparte en propiedad
al vecindario, rompiendo de alguna forma las estructuras medievales que poseía
hasta entonces, de ahí la importancia del documento.
El 13 de febrero de 1817 (año de mucha necesidad) Francisco de Medina, Síndico
Personero, fue quien presentó la petición, y el 26 de agosto de 1818 se concede la cesión de la dehesa a los
vecinos del pueblo. Las condiciones fueron las siguientes:
- El valor
total del terreno se estimó en 30.000 reales.
- La dehesa se
dividiría en “suertes” de una fanega, que serían clasificadas por calidades (de
1ª,2ª y 3ª) y que se repartirían por sorteo entre los vecinos que lo
solicitasen, siempre que fuesen del municipio.
- Cada vecino
que recibiera una suerte a “Censo Enfiteutico” (para siempre) debería pagar
anualmente el 3% del valor que se estipulase a cada fanega según su calidad.
- Un vecino
podría vender o permutar la suerte que
le había tocado, siempre que fuese a otra persona del pueblo.
- Si un vecino, en el plazo de 4 años, no la había
sembrado de olivos o viñedos, o no la tenía cultivada en condiciones, el
ayuntamiento la podría traspasar a otro vecino.
Para el 14 de septiembre de 18 18, Julián Becerra y Juan de Cuenca, nombrados
“peritos inteligentes” por el ayuntamiento del pueblo, ya habían dividido la
Dehesa en suertes de una fanega. También estimaron la calidad de cada una y su
valor; desde luego hicieron un buen trabajo. Seguidamente se procedió al sorteo
entre todos los que habían querido participar, que fueron 118 vecinos de los
139 que tenía el municipio (cabezas de familia). Se dice literalmente que el
sorteo se hizo como “quintas de soldado”
La Dehesa se dividió en trances, y cada trance en
fanegas con distintas calidades. Muchos nombres de lugares del campo que se
citan aquí aún se conservan, otros como la Hoya Marta (vaguada de las
alcantarillas) o Arroyo del Espinarejo (arroyo de las Quebradas) casi se han
perdido. No debéis confundir este reparto de la Dehesa Rasa con el reparto del
Monte, que también se hizo en suertes pero bastantes años después.
Toda la
parcelación queda resumida en el siguiente cuadro:
TRANCE Y SU UBICACIÓN
|
Nº DE FANEGAS DE 1ª CALIDAD
|
Nº DE FANEGAS DE 2ª CALIDAD
|
Nº DE FANEGAS DE 3ª CALIDAD
|
TOTAL DE FANEGAS
|
Desde San
Roque a los estacares de S.E. (su excelencia, se refiere al Conde del Vill)
|
6
|
6
|
15
|
27
|
Desde los
dos caminos de los estacares y molino hasta los estacares de S.E.
|
8
|
0
|
2
|
10
|
Desde la
Hoya Marta y discurre entre los caminos del Molino y Torredonjimeno.
|
31
|
1
|
0
|
32
|
Desde la
encina del Pilar Nuevo y va dando la vuelta hasta el Cerro Molino.
|
8
|
7
|
1
|
16
|
Trance del
Cerro Molino.
|
3
|
0
|
1
|
4
|
Desde el
camino de Torredonjim. y cuesta del Molino hasta la salinilla y arroyo.
|
8
|
0
|
0
|
8
|
Desde lo
alto de la cuesta del Pilar Nuevo hasta el arroyo del Espinarejo
|
7
|
2
|
1
|
10
|
Desde el
Pilarillo del Camino Jaén hasta la Salinilla
|
3
|
6
|
4
|
13
|
Desde el
Ejido contra los ¿Silos? y arroyo
del Espinarejo
|
9
|
0
|
0
|
9
|
Desde el
Cerro Calera hasta las canteras de San Roque
|
6
|
2
|
0
|
8
|
Desde por
encima de San Roque y Gatunar hasta olivos de Francisco de la Cruz
|
0
|
1
|
2
|
3
|
Trance la
Peña Gorda y retazos de los Silos
|
Cuatro
cuerdas y ocho celemines, no se dice nada de calidades.
|
|||
Desde lo
alto de la semilla hasta la presa del Molino (Trance del Cerro Gordo)
|
0
|
0
|
9
|
9
|
Desde debajo
de la semilla hasta el arroyón de la vegueta del Molino.
|
0
|
0
|
5
|
5
|
Los participantes en el sorteo podían conseguir las tierras de dos maneras:
● Por sorteo:
a todos los vecinos que quisieron participar en el mismo, los 118 que ya hemos
dicho, les correspondieron por
sorteo una fanega de tierra (68 personas consiguieron sólo esa fanega), aunque hubo tres excepciones: a uno le tocó sólo 8
celemines y a dos les tocaron dos fanegas (supongo que serían de peor calidad).
● Por adjudicación: como después del
sorteo sobraron fanegas, el ayuntamiento adjudicó parcelas a las personas más “beneméritas” del pueblo, es decir, a
aquellas de cierta importancia en el municipio, que no eran precisamente los
que más las necesitaban. Hubo 21 personas que consiguieron en total una cuerda
y algunos celemines de más, 15 personas consiguieron dos cuerdas, 11 vecinos se
hicieron con dos cuerdas y algunos celemines de más, y 2 personas consiguieron
tres cuerdas.
En total se repartieron 159 fanegas y no las 150 que
se decía en el Real Privilegio.
Como hemos dicho, las tierras acumuladas por sorteo
o por adjudicación, deberían pagar anualmente al ayuntamiento el 3% de su valor
estipulado. No todos los vecinos pagarían la misma cantidad, todo dependía del
volumen de tierra acumulado y la calidad de la misma. En casi todos los casos
esa renta oscilaba entre los 4 y 14 reales anuales.
Hubo vecinos que permutaron su suerte con otros, y
algunos, con dinero disponible, se dedicaron a comprar suertes a los que
estaban dispuestos a vender, acumulando varias fanegas en una sola mano. De
todas formas, lo más común fue que cada uno se conformara con su suerte. Hay un
listado muy preciso con el nombre de cada vecino, la suerte que le había tocado
y la parcela que se le había adjudicado (en algunos casos), con su ubicación,
calidad y renta que debería pagar al ayuntamiento…un trabajo de “chinos” y un
valioso documento.
En la foto tenéis el caso de Juan Vicente
Armenteros, que le tocó una fanega y le adjudicaron tres celemines más, en
total pagaría 4 reales anuales al ayuntamiento.
VILLARDOMPARDO DURANTE EL TRIENIO LIBERAL 1820-1823
Comenzamos
en Marzo de 1820, cuando culmina el
golpe de estado del General Riego y comienza el Trienio Liberal. En este periodo entra de nuevo en vigor la Constitución de 1812. Anteriormente, en
enero de ese mismo año, la Chancillería
de Granada ya había nombrado a todos los cargos concejiles de Villardompardo.
Como dijimos en el capítulo anterior, durante todo este año sólo aparece el
Acta Capitular del nombramiento de los cargos concejiles y otra que trata sobre
el abastecimiento del pan en la localidad. Seguidamente tenemos bastantes
páginas en blanco hasta llegar a 1821. Pero en las actas de 1826 aparece una copia de las de 1820 sobre el cese de
los alcaldes nombrados en enero y la nueva elección de los cargos
Constitucionales. Esta elección se
llevó a cabo el 21 de marzo de1820 en
la Iglesia Parroquial, pero fue declarada nula por las autoridades de Jaén ya
que no cumplía con muchos requisitos, el más grave fue que votaron todos los
vecinos que quisieron y no sólo los que tenían derecho de Ciudadano, además de
otras deficiencias.
Las
autoridades de Villardompardo fueron informadas sobre el proceso de
nombramiento de los cargos concejiles. Dicho nombramiento se basaba en el
Decreto CLXIII del 23 de mayo de 1812, que emanaba de la Constitución. El
decreto ordenaba lo siguiente: “los ayuntamientos constitucionales de aquellos
pueblos con menos de 200 vecinos deberían estar constituidos por un alcalde,
dos regidores y un procurador síndico”. La forma de nombrarlos sería la
siguiente: las personas con derecho de “ciudadano” deberían nombrar a nueve electores,
y posteriormente estos nueve nombrarían a los cuatro cargos del ayuntamiento.
Así
que el 2 de Abril de 1820 se reúne
el alcalde, D. Bernardo José Armenteros Peramo, con un abogado de Arjona como
asesor, y tras el toque de campana de la torre se lleva a cabo la nueva elección
en la Iglesia del Pueblo. El número de ciudadanos
que votaron fue de 31 y de ahí salieron 9 electores. Estos nueve nombraron como
alcalde a Juan de Murcia, Regidores:
Juan de la Cámara y Francisco Fernández y Síndico Procurador a Antonio Alcalá. Todos
juraron sus cargos y la Constitución de 1812.
TODO EL
PUEBLO JURA LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Tan
solo tres años más tarde todos renunciarían a la Constitución de 1812, e
incluso serían perseguidos todos los que la apoyaban.
En
diciembre de este mismo año se celebraría el proceso de elección de cargos
concejiles para 1821. Sería el mismo que hemos descrito para 1820, pero esta
vez votaron 32 ciudadanos. Seguidamente hablamos de su resultado.
AÑO DE 1821
Comenzamos
el 2 de enero de ese año. Ya empieza
a hablarse de “Ayuntamiento
Constitucional”. Lo primero que aparece es el nombramiento de los cargos
concejiles para ese año. El resultado final de la votación de diciembre de 1820
fue:
-
Alcalde Constitucional: Francisco Medina.
-
Regidores: Juan de la Cámara y Julián Becerra.
-
Síndico Procurador: José Domínguez.
Estas
cuatro personas se volvieron a reunir para nombrar la gran cantidad de cargos
que había en el municipio: Junta de Propios, del Pósito, Alguacil Mayor….
El
día siguiente, 27 de Junio, su hijo Manuel José Armenteros de Oca, presenta
en el ayuntamiento la solicitud para ocupar el cargo vacante que había dejado
el padre. El consistorio la acepta sin pensárselo, y Manuel José ocupará desde
ahora la secretaría del ayuntamiento y del Pósito Nacional.
El 20 de Julio,
Rafael de Iturriaga, vecino del Berrueco, pide vecindad en Villardompardo
comprometiéndose a pagar los impuestos que le corresponda. Ese mismo día se le
concede la vecindad.
El 16 de Agosto
se recibe una orden por la que había que pagar, entre todo el país, 100
millones de Reales de Contribución. El 20 de Septiembre se comunica desde Jaén
la cantidad que le correspondía a este pueblo. En Villardompardo se decide
sacar ese dinero (no se dice cuánto) aplicando un impuesto sobre cinco
artículos de consumo: vino, vinagre, aguardiente, aceite y carne. No se dice
nada más del asunto.
El 24 de Noviembre de
1821
comienza el largo proceso para nombrar los cargos concejiles para 1822, en este
caso viene muy bien descrito:
-
El primer domingo de Diciembre, a las 9 de la mañana (las 11 de nuestro horario
actual de verano), se reunirían en la iglesia parroquial todos los vecinos con
derecho de ciudadanía, previamente se tocarían las campanas.
-
Ese mismo día, cada ciudadano nombraría un grupo de nueve electores. En total
votaron 24 ciudadanos, eso no quiere decir que no hubiese más personas con ese
derecho.
-
Una vez acabada la votación, se llamó a todos los vecinos que esperaban en la
puerta de la iglesia para que entraran y fueran testigos del escrutinio.
Después de contar los votos, los electores ganadores fueron: Julián Becerra, D.
Ildefonso de Murcia, Juan de Cuenca, Antonio de Murcia, Juan de Murcia,
Bernardo J. Armenteros Peramo, Juan de Moya, D. Miguel Jerónimo Ruiz (cura) y
Bernardo Armenteros de Oca.
-
Estas nueve personas se volvieron a reunir el
8 de Diciembre en el ayuntamiento para nombrar definitivamente a un Alcalde: Bernardo J. Armenteros Peramo
(7 votos, y eso que había renunciado a la secretaría del ayuntamiento por falta
de salud), un Regidor: Juan Gay de Oca
(8 votos), el otro regidor se mantenía del año anterior, y un Síndico Procurador: Juan de Cuenca (8
votos)
AÑO DE 1822
El
2 de Enero, todos los nombrados en Diciembre ocupan y juran sus cargos. Se
describe el juramento como alcalde de Bernardo José: “se sienta en el sillón
con la vara de mando y jura ejercer con rectitud la alcaldía de Villardompardo”.
Ya era un hombre muy mayor para esa época, iba a cumplir 62 años. No hay nada
más en todo ese año.
AÑO DE 1823,
UN AÑO DE GRANDES CAMBIOS
DÉCADA OMINOSA 1823-1833
Lo primero que aparece
en los archivos del ayuntamiento, es una circular impresa da la Junta
Provisional de Gobierno de España y las Indias, con fecha del 29 de Junio de 1823 firmada por Agustín
de Uribe. En ella se dan las instrucciones para cesar inmediatamente a todos
los cargos concejiles constitucionales de todos los ayuntamientos, y colocar en
su lugar los cargos que había antes del
1 de Marzo de 1820 (antes del Trienio Liberal) y que no hubiesen mostrado
adhesión con el Régimen Constitucional (recordemos que todos habían jurado la
Constitución)
El 2 de Julio de 1823
se ponen manos a la obra en el ayuntamiento de Villardompardo mirando las actas
de 1820 para ver quiénes ocupaban los cargos en aquel año. A las 8 de la mañana
(10 de la mañana en el actual horario de verano) se citan a las personas que
ocuparon aquellos puestos. Estos fueron: Bernardo José Armenteros Peramo (ya
con 63 años) y Juan de Murcia para ocupar los cargos de Alcaldes Ordinarios;
Alonso Gay, Juan de la Cámara y Luis de Torres como Regidores; Juan Béjar y
Patricio Fernández como Diputados de Abastos y Gaspar de Domingo y Pereda como
Síndico del Común. Posteriormente se avisó al Prior de la iglesia para que
repicara las campanas y se cantara un solemne Te Deum en acción de gracias. El 3 de Julio todos toman juramento del
cargo y se celebra la ceremonia de toma de posesión.
El 6 de Julio
se nombran todos los demás cargos y se reelige a Manuel José Armenteros como
secretario por su “hombría de bien”.
Ese mismo día 6 de
Julio, se decide nombrar a José de Rísquez y Patricio Medina como panaderos del pueblo. El regidor puso
el precio del pan: “si la fanega de trigo estaba a 50 reales, el precio del pan
de dos libras (1 libra son 460 gramos) se vendería a un real, si el precio del
trigo subía o bajaba, el del pan también lo haría proporcionalmente”. El
regidor igualmente impuso los precios (posturas) del vino, vinagre, aguardiente,
aceite y carne.
En Septiembre
de ese mismo año, el ayuntamiento del pueblo sufre de nuevo un tremendo cambio.
Una Orden del 21 de Agosto prohíbe
terminantemente que las personas que habían ocupado cargos en el ayuntamiento
durante el Periodo Constitucional, no podrían hacerlo en este nuevo periodo.
Así que Bernardo José Armenteros, Juan de Murcia (alcaldes), y Juan de la
Cámara (regidor) no podrían ocupar sus puestos por haberlo hecho en aquella
etapa. Los oficios de Alcaldes Ordinarios los ocuparían Alonso Gay y Luis de Torres, personas que no mostraron adhesión al
Régimen Constitucional y no tenían “tacha” alguna.
Para buscar a los
regidores habría que echar mano a los que fueron en 1819 o 1818 y que tampoco
hubieran dado muestras de adhesión al Periodo Constitucional y sin “tacha”
alguna. De 1819 encontraron a Lázaro de Zafra y Manuel de Oca Cárdenas, y de 1818
a Bonoso de Amor, los tres serían los Regidores. Todos toman posesión de sus
cargos el 3 de Septiembre.
El 6 de Septiembre
todo da un nuevo giro, se ordena que el primer alcalde debe de ser el mismo que
lo fue en 1819: Lázaro de Zafra, y el segundo alcalde el que lo fue en 1818: Bonoso
de Amor, y los demás que hemos nombrado pasarían a ser Regidores.
Como
Fiel de Fechos se vuelve a nombrar a Manuel José de Armenteros, como
depositario clavero a Juan Antonio Gómez, como Apreciador del Campo a Juan de
Dios Gay, como Receptor de la Santa Bula a Manuel de Moya y Procuradores de
Pleitos a José de Águila y Luis Valero, todos vecinos de Villardompardo y sin
“tacha” alguna.
Durante este año hubo
en total cuatro cambios de alcaldes
ordinarios…las cosas de FernandoVII
*Un
cuarto equivalía a cuatro maravedís
o también podríamos decir que un Real tenía ocho cuartos y medio, el sistema
monetario era muy complicado al no ser decimal. El cuarto era la unidad
utilizada para comprar los productos de primera necesidad (en la foto moneda de
6 cuartos del trienio liberal)
*Un Cuartillo era una unidad de capacidad
de algo más de medio litro (0,512 litros)
El hecho de que las
personas que ocuparon cargos en la etapa constitucional no lo pudieran hacer en
esta nueva etapa, tuvo sus consecuencias, y es que los nuevos ocupantes no eran personas
muy aptas para gobernar el consistorio, ya que ninguno sabía leer ni escribir,
sólo Luis de Torres firmaba a duras penas. Por ello tuvieron que buscar a otras
personas de confianza, pero ajenos al ayuntamiento, para recaudar los
impuestos. Estos fueron: Juan Nepomuceno Ortega y Antonio Ximénez.
El
1 de Diciembre se ordena desde la Real Chancillería de
Granada, que se propongan por duplicado todos los cargos concejiles para el año
de 1824. El ayuntamiento lo hizo y lo envió, pero parece ser que no sirvió de
nada porque en el nuevo año gobernaron los mismos que en 1823.
1824, AÑO DE GRAN NECESIDAD
En Mayo de 1824,
Villardompardo pasaba por una situación angustiosa. El pueblo llevaba tres días
sin pan y el ayuntamiento temía una sublevación
del vecindario. Los dos panaderos
buscaron trigo en Jaén, Martos, Torredonjimeno y Arjona, pero los ayuntamientos
de esos pueblos prohibieron la salida de grano por la mala cosecha. La única
solución posible fue sacar el poco trigo que quedaba en el Pósito y en la Tercia
de Villardompardo, para ser molido en las panaderías y convertirlo en harina.
Bonoso de Amor (uno de los alcaldes) se encargaría de sacar poco a poco el
trigo y de velar por un reparto equitativo del pan entre los vecinos.
Para colmo de males, el 22 de Julio de 1824, se presenta en
el ayuntamiento el Tesorero General de esta provincia para exigir los 12 mil
reales que este pueblo debía de Contribución, a pesar de la necesidad que
estaba pasando la gente. Según este señor “había que sostener las Cargas del
Estado”. Parece ser que se presentó en todos los pueblos del Partido Judicial.
Fueron citados en el ayuntamiento todos aquellos vecinos que debían la
contribución para que hicieran el pago, el mismo secretario del ayuntamiento
los califica como “infelices vecinos”. Al mismo tiempo se le hace saber al señor
tesorero que este pueblo le había suministrado a Martos una buena cantidad de
trigo, cebada y carne y que por ello le debía más de dos mil reales. Se le dice
al tesorero que haga el favor de cobrárselo a los marteños y se queden con el
dinero en la tesorería de Jaén, para aminorar la deuda de Villardompardo.
Rafael Iturriaga
hubiese sido un importante candidato para ocupar cargos de responsabilidad en
el ayuntamiento, ya que escribía y redactaba perfectamente. Pero no llegó a
tener derecho de “ciudadano” por no haber residido en el pueblo un mínimo de
cinco años, condición indispensable.
El
2 de Agosto de 1824 se presenta en Villardompardo el
Oficial de Infantería D. Juan Pastor para informar al ayuntamiento sobre la
organización de los Cuerpos de
Voluntarios Realistas. Estos cuerpos estarían formados por hombres de 20 a
50 años y fieles al “Rey Nuestro Señor y al Altar”, en ningún momento
abandonarían su hogar ni sus familias. Su función sería salvaguardar los
intereses del rey en cada pueblo o ciudad. Los voluntarios tenían que demostrar
su amor al Rey y a la religión, en caso contrario no se aceptaría su
incorporación al Cuerpo de Voluntarios. El ayuntamiento se comprometió a sacar
edictos y animar a los vecinos para que se apuntasen. Hablaremos de ello en
1825.
El 17 de septiembre
se recibe un despacho del Señor Corregidor de Jaén, para que en cinco días se
remita a la subdelegación una relación de las Cañadas Reales, los cordeles,
descansaderos y abrevaderos de ganado de este término municipal y su
jurisdicción, así como del paso de ganado trashumante por él. También se pide información sobre el
aprovechamiento de los terrenos comunales y si se ha roturado alguno para su
reparto entre el vecindario. Desde el ayuntamiento se contesta que jamás se ha
visto pasar ganado trashumante por su término pero sí hay un sitio llamado “La vereda” que son terrenos baldíos
que jamás se han roturado, excepto un haza de cuatro fanegas que pertenece a
propios y que se arrenda a algunos vecinos, con la condición de que si pasa
ganado por la siembra, no tienen derecho a reclamar daños. También se dice algo
muy
interesante, y es que existía un Monte llamado
“Dehesa de Yeguas” que fue repartido en suertes entre el vecindario en
1822, por orden del Gobierno Constitucional de ese año. Anteriormente, en
1820, también se repartieron seis o siete fanegas de terrenos de “Ruedo”
(alrededores del pueblo) entre el vecindario.
No
he encontrado ningún documento parecido al del reparto de la Dehesa Rasa, del
que ya hemos hablado, pero supongo que las condiciones del sorteo y parcelación
serían las mismas. Lo que no podemos especificar es el lugar exacto que se
repartió, supongo que es parte del
“Monte” pero no todo su superficie, porque en años siguientes se habla de
esos terrenos como propiedad municipal.
El
13 de diciembre se reúnen los señores del ayuntamiento
para proponer los cargos concejiles para 1825 y remitirlos a la Chancillería de
Granada. Esta vez se envían tres propuestas y no dos como en años anteriores.
AÑO DE 1825
y dieciocho los seleccionados. De ellos fue nombrado comandante Gaspar Domingo y Pereda, Luis de Torres fue cabo primero y Patricio Fernández cabo segundo. Los quince restantes eran los voluntarios “rasos” (vienen sus nombres y apellidos). Recibirían instrucción en días festivos sin salir del pueblo y llevarían una insignia que los distinguiese. También era necesario recaudar fondos para dotar a los voluntarios de armas y uniforme, pero debido a la miseria del vecindario se aplazaría dicha recaudación hasta mejores tiempos. En la práctica lo que hacía este cuerpo era velar por el orden en los pueblos y en sus términos, y sobre todo vigilar y denunciar cualquier brote de liberalismo y constitucionalismo en sus municipios, así Fernando VII se aseguró la estabilidad absolutista hasta su muerte en 1833. Se calcula que en toda España el Cuerpo de Voluntarios Realistas estaría formado por 200.000 hombres. Tras la muerte del rey, muchos de ellos (los sectores más conservadores) se incorporaron a las filas del Carlismo en contra de Isabel II.
Hasta el 9 de Marzo de
1825
no se envía al ayuntamiento el nombramiento de los cargos concejiles desde la
Real Chancillería de Granada. Estos fueron:
-Alcaldes
Ordinarios: Juan Perea y Alonso Manuel García.
-Regidores:
Manuel Moya, Fernando Moya y Juan Moya.
-Diputados:
Juan de Dios Gay y Luis de Hijosa.
-Síndico
del Común: Bernardo Armenteros y Oca.
-Alcaldes
de Hermandad: Pedro Becerra y Pedro Béjar.
-Manuel
José Armenteros y Oca continuará como secretario del ayuntamiento “por su buen
carácter, instrucción y práctica”
El 25 de marzo
tomaron posesión y juraron sus cargos, y el 27 se volvieron a reunir para
nombrar todos los demás oficios que conocéis.
El 8 de Mayo
siguen los problemas con el abastecimiento de pan, por no existir panaderos
obligados a cocerlo (ya no se dice nada de escasez de trigo) así que el
ayuntamiento nombró a Patricio Medina, Antonio de Murcia y Gaspar de Domingo
como panaderos obligados durante este año.
El 1 de Octubre
se reúnen en el ayuntamiento para nombrar los candidatos que cubrirán los
cargos del consistorio para 1826. Se deja muy claro que deben ser personas que
muestren “fidelidad y amor al Rey Nuestro Señor”. Estos cargos deberían ocupar
su puesto el 1 de enero de 1826, de ahí que se haga con tanta antelación. Se
proponen tres opciones para cada cargo, como en 1824, y el 17 de octubre se envía la propuesta al
Tribunal Superior de la Real Chancillería de Granada.
UNA ALTA TASA
DE MORTALIDAD INFANTIL
Desde 1807 hasta 1825 (19 años) la media de
fallecimientos por año en Villardompardo fue de 16,6 personas. Dentro de esa
cifra, la media de niños fallecidos por año fue de 6,47 (el 39% del total). Si
nos fijamos en la tabla, podremos comprobar como en los años que estamos
tratando en este capítulo, el número de fallecidos no se desvía demasiado de la
media, pero sí llama la atención las muertes infantiles, que superan
ampliamente el 39% de esos 19 años.
Fueron
especialmente crueles 1823, 1824 y 1825, con más del 60% de fallecidos
infantiles. No se dice absolutamente nada en las actas capitulares del
ayuntamiento ni en las defunciones de la parroquia sobre este asunto. Pudo
deberse a la escasez de trigo durante estos años, la falta de alimento afectó a
los más pequeños. También podríamos manejar la posibilidad de alguna epidemia
que afectara más a los niños que a los adultos. Algún cura tuvo la precaución
de anotar la edad de los fallecidos durante un corto periodo de tiempo. En el
caso de los niños, los fallecimientos ocurrían entre 1 y 2 años de edad, tiempo
medio que tardaban las madres en tener el siguiente hijo y dejar de darle el
pecho al primero. Tal vez se aclare este asunto en los años siguientes.
FUENTES CONSULTADAS
-
Actas Capitulares desde 1820 a 1825.
-
Algunas páginas de la Web sobre Historia de España.
-
Libro de defunciones de la parroquia referente a esos años.
-
Fotos propias y bajadas de internet.
Carlos Ramírez
Perea