lunes, 24 de septiembre de 2018


CAPÍTULO XVI
VILLARDOMPARDO DURANTE LA REGENCIA DEL GENERAL ESPARTERO (1840-1843)
CONTEXTO HISTÓRICO
La I Guerra Carlista había acabado en el año 1840. El general Maroto y Espartero habían firmado anteriormente la paz en agosto de 1839 con el famoso “Abrazo de Vergara” (foto), el problema fue
que aún quedaban algunos reductos Carlistas en la zona del Maestrazgo aragonés que prolongaron la guerra hasta 1840.
El detonante de la llamada “Revolución de 1840” fue una Ley de los ayuntamientos propuesta por el gobierno moderado de ese año. Dicha ley proponía un recorte en las competencias municipales y el nombramiento de los alcaldes por parte del gobierno. Los progresistas no estaban de acuerdo con esa ley y propusieron a la Regente que no la firmase, incluido Espartero. A pesar de todo Mª Cristina la firmó el 15 de Agosto provocando una revolución en muchas capitales de provincia, entre ellas Jaén, donde se formaron Juntas Revolucionarias desafiando a la Regente. El resultado fue el exilio voluntario de Mª Cristina a Marsella desde donde seguirá conspirando.
Antes de marcharse cederá la Regencia e incluso la educación de sus hijas Isabel de 9 años y Luisa Fernanda de 7 años, al General Baldomero Espartero hasta 1843.
Las nuevas Cortes, con mayoría progresista, iniciaron una intensa labor legislativa. Siguió con la labor iniciada por Juan Álvarez de Mendizábal y por José María Calatrava en la década anterior. Una ley de 19 de agosto de 1841 completó el proceso legal de desvinculación de los bienes nobiliarios en mayorazgo (importantísima para Villardompardo) y otra del 2 de septiembre de 1841 amplió la desamortización de Mendizábal a los bienes del clero secular, además de la abolición definitiva del diezmo.

 ACONTECIMIENTOS OCURRIDOS EN VILLARDOMPARDO

El 16 de septiembre de 1840 se hace referencia en el ayuntamiento de Villardompardo sobre la compleja situación política que se estaba viviendo. Desde la Junta de Jaén se reciben órdenes para que el 18 de septiembre se convoque a todo el vecindario en la Plaza de la Constitución (es la primera vez que se nombra así). Todo aquel que tuviese una escopeta y que no perteneciese a la Milicia Nacional de esta localidad, la debería entregar con el fin de poder abastecer de armas a dicha milicia. Se describen perfectamente las ocho escopetas requisadas, todas presentaban adornos dorados o plateados con las iniciales de sus dueños,  además de las cananas y cartuchos. Había dos tipos de escopetas: las de “pistón” (en las actas pone “pitón) y las de “chispa”. En las fotos de abajo podéis ver la diferencia en el percutor (primera de pistón y segunda de chispa)



Se deja constancia de a quiénes se les requisan las escopetas y qué personas de la Milicia Nacional las reciben. Ese acto se realiza en la Plaza de la Constitución con la Milicia allí formada. Había 76 componentes, muchos para un pueblo tan pequeño, y se consiguió armar a 48 de ellos (unos con armas requisadas y la mayoría con las suyas propias)
Igualmente se manda una circular (foto) desde la Junta Provisional de Jaén, para que se renueven inmediatamente los ayuntamientos y evitar aquellos que fuesen afines a la exiliada Regente María Cristina. El 11 de Octubre se deberían formar las Juntas Parroquiales, para nombrar a los nueve electores con el fin de que el día 13 designen a los cargos del ayuntamiento.
El 11 de ese mes se reúnen los ciudadanos con derecho a voto y eligen a los nueve electores, esta vez votan cuarenta ciudadanos, más que nunca.
Los electores ganadores serán: Francisco Medina Zafra, José Ruiz, Juan José Gay, Francisco Serrano, Juan Antonio Gómez, Juan de Dios Lara Bueno (prior), D. Gaspar de Domingo y Pereda, Juan Ruiz y D. Tomás Álvarez Rodríguez (el secretario).
Dichas personas se reúnen el día 13 a las doce de la mañana en las salas capitulares y eligen a José Ruiz como alcalde constitucional, Francisco de Moya Medina como regidor 1º, Antonio Fernández Mena como regidor 2º y Manuel Gay Calahorro como síndico. El mismo día trece toman posesión del cargo, se realiza la ceremonia de costumbre y se nombran todos los demás cargos del ayuntamiento. El día 17 de Octubre se manda a la Diputación el resultado de la elección. El 26 se reúnen la corporación saliente y entrante para comprobar que las cuentas y pagos de contribuciones estaban al día. Ya no aparecen más actas en todo este año.

AÑO DE 1841

La corporación municipal es la misma que se había nombrado en Octubre del año anterior.
Debido a la conclusión de la I Guerra Carlista, muchos soldados comienzan a ser licenciados y vuelven al pueblo, no se dice nada de las víctimas de guerra, que seguramente las hubo.
● El 30 de marzo del 1841 se da licencia absoluta a Leonardo Morillas, hijo de Pedro y Dolores Anguita, natural de Villardompardo, tenía 32 años y comenzó su servicio el 2 de octubre de 1831. Al coincidir con la I Guerra Carlista, este pobre hombre hizo casi diez años de servicio militar.
● El 1 de Mayo se da Licencia absoluta a Alfonso Anguita, hijo de Julián y Buenaventura del Mármol. Se hace una descripción de su físico (medía cinco pies y tres pulgadas, algo más de 1,60 m) y comenzó a servir en 1833 (ocho años de servicio militar)
● El  14 de Junio de 1841 se concede licencia absoluta a  Miguel García, hijo de Patricio y María Ortega, llevaba sirviendo desde Diciembre de 1834
El 6 de agosto se reúnen en las salas capitulares el comandante de las Milicias Nacionales de Villardompardo, D. Gaspar de Domingo y Pereda, D. Juan Antonio Gómez y José María Sánchez, como oficiales de mayor graduación de dicha milicia, y el alcalde D. José Ruiz. El ayuntamiento había conseguido reunir 1585 reales por diferentes medios, que serán destinados a comprar uniformes para dicha milicia: tres chaquetas, tres pantalones y tres botines de paño, tres corbatines, treinta y seis (ilegible) de cuartel y treinta y seis cananas.
El 11 de agosto de ese año se habla de las alcabalas de la venta al por mayor del aceite, se cobraba el 4%. Por lo visto se habían vendido más de 400 arrobas sin avisar al regidor, por lo que no se había cobrado el impuesto. A las ocho de la noche se acercó el  regidor a la bodega del señor Marqués de Bélgida, que era donde se estaba vendiendo el aceite, para detener los carros donde se estaba
cargando el producto sin pagar el 4% correspondiente. Al final se consiguió recuperar los 450 reales del impuesto. La bodega era la planta baja del lugar conocido como “el granero” que aparece recuadrado en la foto anterior de los años 60.
● El 31 de julio, desde Olot, se concede licencia absoluta a Antonio Morales hijo de Juan y María Hernández, y se toma notificación de su llegada al Villar el 18 de agosto (18 días de viaje). Todos los licenciados del ejército llevaban un salvoconducto para que fuesen alimentados, alojados y respetados durante el regreso a su pueblo natal, que como vemos duraba varios días.
A principios de Octubre se sublevaron las Diputaciones de las provincias vascas para pedir que se respetasen sus fueros, reclamaban la vuelta de la Regente María Cristina y la renuncia de Espartero a dicha regencia. Por este motivo, el 26 de Octubre de 1841, se reúne la corporación municipal de Villardompardo para mostrar su total desacuerdo con estos acontecimientos en las “Provincias Vascongadas” y su adhesión al pronunciamiento del general Espartero en Septiembre del año 1839. Dicha adhesión es notificada al jefe político de Jaén.

AÑO DE 1842

La referencia más antigua en el INE de la población de Villardompardo aparece por primera vez en 1842. La localidad cuenta con 645 habitantes y 193 hogares.
El 1 de enero de 1842 aparece Patricio Hernández como alcalde, Francisco de Moya y Medina y Antonio de Murcia como regidores y Fernando de Torres como procurador síndico. El ayuntamiento saliente pone al día al entrante de todos los fondos y objetos con los que contaba el consistorio: 907 reales y otros 914 del impuesto de la carne, 62 fanegas y cuatro celemines de trigo del Pósito; en el ayuntamiento había dos pares de grillos, una cadena, una mesa grande y cuatro escaños. Se echó de menos una ballesta de hierro y dos rejones de las ventanas del calabozo, de los que nadie sabía su paradero.
Ese mismo día se nombra como secretario a D. Antonio Gutiérrez Vizcaíno, natural de Torredonjimeno, ya que el anterior secretario D. Tomás Álvarez se había “despedido”
El 15 de Abril de 1842, se reúnen los miembros de la corporación parar tratar sobre las irregularidades encontradas en las cuentas del ayuntamiento saliente de 1841. Por este motivo se citan en el consistorio a los dos regidores y al síndico de ese año, ya que el alcalde  y el secretario estaban presos en la cárcel de Martos, así que el asunto debió ser grave. También se citan a los diez mayores contribuyentes del pueblo para ser informados del asunto.
El resto de las actas de este año hablan sobre temas administrativos y de recaudación, que considero poco importante.

AÑO DE 1843, AÑO DE GRANDES CAMBIOS

Lo primero que aparece son las licencias absolutas de los siguientes soldados:
El 18 de Julio de 1843 se concede en Palma de Mallorca licencia absoluta a Juan Calahorro, hijo de Antonio y María Casilda,  medía 5 pies y una pulgada de altura.
● El 13 de agosto se da licencia absoluta desde Madrid a José de la Cámara, hijo de José y María Francisca Moya.
● En septiembre y desde Barcelona se licencia a Fernando González, de 24 años, hijo de Manuel y Gracia Calahorro, mide cinco pies y una pulgada.
El 2 de enero de 1843 se reúnen por primera vez los componentes del ayuntamiento: Fernando de Torres como alcalde, Antonio de Murcia y Francisco Serrano como regidores y Juan Peragón como síndico. Ese día se nombran a todos los demás cargos del consistorio.
El 9 de enero se manda al ayuntamiento una carta de la Comandancia General de la provincia concediendo a D. Tomás Álvarez Acosta, Teniente de Infantería retirado cuya plaza estaba en Ceuta, su retiro en el pueblo de Villardompardo.
Ese mismo día, los componentes del ayuntamiento entrantes y salientes del año anterior, se dirigen a la “Casa Pósito” donde se hallaba el arca de las tres llaves. Dentro de ella se encontraban: 727 reales de plata del fondo suplementario, faltaban por pagar 180, lo que haría 907 reales. Otros 914 reales de la venta del grano del año anterior y 306 reales procedentes del fondo de Nacionales. El nuevo ayuntamiento se hace cargo de esas cantidades. Posteriormente el arca se cierra y una de las llaves se le da al alcalde, otra al regidor primero y otra al síndico. Eran tres llaves distintas que abrían tres cerraduras diferentes en el arca. Debería ser muy parecida a la de la foto.

En Abril se hace referencia a la escasez de pan ya que los panaderos amasaban cuando les venía en gana, así que el ayuntamiento ordena se cueza pan a diario para tener abastecido al vecindario. Diego Gay Ortega y Juan Morales se encargarán de ello a partir del 1 de mayo.
El 30 de Junio de 1843 se reúne el ayuntamiento Constitucional de Villardompardo, además de gran número de vecinos, para dar cumplimiento a un Real Decreto inserto en el Boletín Oficial extraordinario del 24 de ese mismo mes. La noticia es de un profundo calado: se declaran libres los impuestos de Alcabalas, cientos o millones, que se cobraban desde muy antiguo. Se informa de ello a Diego Gay Ortega abastecedor del vino, vinagre y aceite, a Francisco Calvache y Juan Hernández abastecedores de la carne, y a José Domínguez recaudador de la Alcabala del Viento, para que dejaran de cobrarlo. Entrará en vigor a partir del 1 de Julio, un gran alivio para todo el vecindario.
El 2 de Julio se envía desde la Junta Provisional de Gobierno de esta provincia un “pliego cerrado” donde se hacía referencia a la bajada del precio de la fanega de sal, de lo cual se informa a Diego Ortega López, abastecedor de la sal. También se ordena al señor prior, Comandante de la Milicia Nacional, componentes de dicha Milicia y a todo el vecindario en general, que acudieran con gran regocijo a la plaza, tras el repique de campanas, donde el alcalde proclamaría Vivas a la Reina Isabel II, la Constitución y la independencia nacional.
El 26 de Noviembre de 1843 se ordena en el Boletin Oficial que la celebración de las Juntas Parroquiales para elegir a los electores, que nombrarán a los cargos para 1844, se llevará a cabo el 3 de diciembre después de la Misa mayor tras el toque de campana. No aparecen los resultados de dichas elecciones.
EL EXILIO DE ESPARTERO
La popularidad de Espartero fue disminuyendo a lo largo de sus tres años de regencia, debido a su forma de gobernar dictatorial y a sus favoritismos. El bombardeo de Barcelona en 1843 le  hizo perder la poca popularidad que le quedaba. Sus pocos apoyos y el levantamiento militar encabezado por el general Ramón María Narváez, hacen que Espartero (foto) tome camino del exilio a Londres el 30 de Julio de 1843.
Tras las elecciones de Septiembre de 1843 las Cortes declaran, con tan solo 13 años,  la mayoría de edad a Isabel II, que jura la Constitución de 1837 el 10 de Noviembre de 1843
VILLARDOMPARDO JURA FIDELIDAD A ISABEL II
El 6 de Diciembre de 1843 se reúnen los componentes del ayuntamiento constitucional de Villardompardo, junto con el señor cura párroco y el comandante de la Milicia Nacional de la localidad (D. Gaspar Domingo y Pereda) con el objeto de cumplir una Real Orden según la cual se dictaban las normas de cómo prestar juramento y fidelidad a su majestad Isabel II como Reina Constitucional de las Españas.
El señor Comandante de las Milicias ordenó que el próximo día 8 de ese mes y después de celebrar un solemne Te Deum en la iglesia del pueblo, se convide a todos los miembros de la Milicia y los vecinos que quisieran a una copa de licor.
A las siete de la mañana del día 8 de Diciembre, tocaron “alegremente” las campanas de la torre. Se reunieron de nuevo los componentes de la corporación municipal y los jefes de la Milicia Nacional en las “Salas de Cabildo” y todos salieron del ayuntamiento con gran solemnidad. En la puerta de la iglesia encontraron individuos de la Milicia con escopetas. El Jefe dijo en voz alta: “¡¡Viva la Reina de las Españas Dª Isabel II!!” todos contestaron con entusiasmo ¡¡VIVA!! y dispararon unas salvas. Entraron en la Parroquia y se sentaron en sus respectivos escaños. En el centro se colocó una mesita con un tapete encarnado, y sobre él un crucifijo y un libro con los Santos Evangelios.
El Prior salió de la sacristía y comienza la celebración del “Santo Sacrificio de la Misa” que se oyó con toda veneración, y pronunciando un sermón que hizo derramar las lágrimas de los asistentes. Seguidamente, se levantó el primer regidor D. Antonio de Murcia acompañado del alcalde hasta la mesita con el Crucifijo y los Evangelios. Dicho regidor pidió juramento al Señor Alcalde de la siguiente forma: “¿Juráis por Dios y los Santos Evangelios guardar fidelidad a SM Dª Isabel II Reina Constitucional de las Españas declarada mayor de edad por las Cortes del Reino?” a lo que el alcalde contestó con voz alta y clara “Si Juro”, y el regidor replicó: “Si así lo hicieseis, Dios os lo premie y si no, os lo demande”. A continuación fue el alcalde quien fue pidiendo juramento con la misma fórmula a todos los miembros del ayuntamiento y de la Milicia Nacional. Por último, el Prior con las manos sobre los evangelios, pidió el juramento a todos los vecinos asistentes en la iglesia, al que contestaron con voz alta y clara “¡Sí, juramos!” e inmediatamente se oyeron disparos de “pólvora” en la plaza.
Durante todo el día hubo gran regocijo entre los miembros de la Milicia Nacional y entre numerosos vecinos, en especial personas de corta edad que iban por las calles principales diciendo “¡Viva Isabel II!”. Se celebró el solemne Te Deum y por la tarde también hubo baile público, no se dice si en la plaza o en lugar cerrado (era 8 de Diciembre). Sería muy curioso saber el tipo de danzas y canciones de esa época, parece ser que eran la Jota flamenca, la Farruca y el Garrotín.
FUENTES
● Actas Capitulares de estos años. La información es sacada de primera mano de los acuerdos del ayuntamiento escritos por el secretario de aquellos años.
● Páginas de la Web sobre Historia de España.
● Fotos del autor y bajadas de internet.

                                                                                            Carlos Ramírez Pera