BENZALÁ
El
manuscrito que veis en la imagen referente a Benzalá, forma parte del libro
publicado por el historiador Ximena Jurado en 1639, titulado “Antigüedades de
Jaén”
Su
transcripción literal dice lo siguiente:
“Este lugar está hoy despoblado,
que ni aún iglesia ha quedado en él, sino solamente algunos cortijos, está en
el término de Martos, entre esta villa y la de Arjona, distante de cada una de
ellas dos leguas y media. La población era en un cerro alto el castillo, y en
la falda meridional por donde pasa el camino real que va de Porcuna a Jaén,
estaban las casas y calles de aquel pueblo, que hoy se ven grandes ruinas de
todo. Y es del tiempo antiguo de los Romanos por los rastros de edificios suyos
que allí se encuentran y pedazos de estatuas, y inscripciones, una de las
cuales tiene el nombre antiguo que era ORDO BATORES. Véase otros en la pag.
139.
Despoblose este lugar haría 200
años como consta por escrituras antiguas. El castillo tiene sitio muy
resistente y fuerte por naturaleza en un cerro que (ilegible) toda la campiña”
Situada
sobre un cerro con una altura de 547 m , desde el que se divisa una buena parte
de la Campiña Norte
de Jaén y parte de la de Córdoba. En la cumbre se levantan los restos de un
torreón medieval que perteneció a un castillo del siglo XIII y que fue
desmantelado a principios del siglo XX para construir los cortijos de
alrededor.
Pero
la antigüedad de Benzalá se remonta a la edad del cobre y del bronce (2750-2500 a . de C) donde sólo se
encontraba habitada la zona de la cumbre, constituyendo una aldea fortificada.
Más
tarde, en época ibérica, aumenta mucho la población por la mejora de las
técnicas agrícolas y la aldea se extiende por la ladera Sureste, mucho más
suave. Se pueden encontrar abundantes fragmentos de cerámica ibera por toda la
ladera.
En
época romana adquiere su mayor extensión, llegando desde la cumbre hasta el
camino de los cortijos del “Marqués
y Sargento Coleta”. Además de la gran cantidad de cerámica típica romana (terra
sigillata), se han encontrado lápidas funerarias, restos de estatuas, como la
que adorna la subida de las escaleras del ayuntamiento de Torredonjimeno, y una
gran alberca, cerca del camino, que posee grandes dimensiones (25 x45m). En
aquella época, según hemos visto en la transcripción del texto de Ximena
Jurado, el enclave era conocido como ORDO BATORES, aunque también he encontrado
otros autores que la nombran como Batora
Ordo Batorensis.
En
época medieval el lugar seguía estando ocupado pero en mucha menor extensión,
como atestigua la cerámica de origen árabe encontrada. El castillo construido
en la cumbre, sería levantado casi con toda probabilidad en época cristiana,
justo tras la conquista, para controlar las incursiones árabes en la zona. Probablemente
en la misma época en la que comenzó a construirse el de Villardompardo. De esta
forma los castillos de Benzalá, Villardompardo, El Berrueco, La Muña , El Castil y otros, formarían
una auténtica línea defensiva y de control de toda la zona contra las
incursiones de los musulmanes granadinos. Debemos tener en cuenta que Benzalá
fue entregada a la Orden de Calatrava y Villardompardo fue donada para su
repoblación a Don Pedro Aznar Pardo.
Benzalá
y Villardompardo deberían ser conquistados a los musulmanes casi a la vez, o en
fechas muy próximas.
En
1251 ya deben haber llegado los nuevos habitantes que repueblan nuestra
localidad y todas las de alrededor, pues en esas fechas surgen los primeros
problemas por la delimitación de términos entre los pobladores de
Torredonjimeno y Jamilena, pertenecientes a la Orden de Calatrava, y los de
Villardompardo y Torre Benzalá, además de otros pueblos
La primera referencia que tenemos sobre el término de Villardompardo es precisamente en 1251, en ella se menciona
la intervención del mismo rey Fernando III en la delimitación entre el término
de nuestro pueblo y el de la
Torre de Benzalá, que en aquellos tiempos sería una población
habitada parecida a la nuestra. El texto redactado en primera persona dice lo
siguiente:….”al fito que es entre las
torres de AuenÇala et el villar de don Pardo, et este fito fiz yo fincar en tal
logar, que mandé partir el término ques de la primera casa del villar de don
Pardo contra las torres de AuenÇala….”
En aquellos tiempos la delimitación de los términos, se solía hacer respetando
los que ya estaban establecidos en época musulmana, para ello, después de la
conquista se pedía ayuda a los musulmanes viejos “omes buenos y fieles, que fuesen sabedores de los términos por do
eran”, como sucedió en Baena, Luque, Porcuna, Alcaudete, etc, pero
Villardompardo, con toda probabilidad, quedaría despoblado después de su
conquista, de no ser así, no tendría sentido la misión de D. Padro Aznar Pardo
que era repoblar el lugar.
Sabemos
que cuando Ximena Jurado publica su libro en 1639, el lugar de Benzalá ya
estaba despoblado, pero el mismo historiador nos dice, en el escrito que se
muestra en la primera imagen, que según consta en documentos antiguos de hace
200 años, todavía estaba habitado, así que es fácil deducir que hacia 1439
comenzaría el abandono de aquella población por parte de sus habitantes, el
motivo lo desconocemos.
Fuentes
Consultadas:
●Jaén; pueblos y ciudades.
Fascículo 142 correspondiente a Villardompardo. Editado por Diario Jaén y
Cajasur.
●Manuscrito de Ximena Jurado
editado en 1639.
●Torre Benzalá, de José Manuel
Ureña Mena (Trabajo no editado 1997/98)
Carlos Ramírez Perea