HISTORIA DE VILLARDOMPARDO Y DE SUS PERSONAJES.
CAPÍTULO X
CONTEXTO HISTÓRICO
En este
capítulo contaremos la historia de Villardompardo en los últimos veinticinco
años del siglo XVIII (1775-1800). En el anterior, comentamos el contexto
histórico de este período, así que no lo repetiremos de nuevo, sólo
recordaremos que los dos reyes que gobernaron durante estos veinticinco años
fueron Carlos III (1759-1788) y su hijo Carlos IV (1788-1808).
Sus
consecuencias fueron de tal magnitud que, el período histórico comprendido entre
dicha revolución y el presente, es conocido como Edad Contemporánea.
Las ideas
revolucionarias se extendieron por toda Europa (ayudadas por las conquistas de
Napoleón), y también por América.
Poco a
poco, durante el siglo XIX, se va desmoronando el Antiguo Régimen y aparece la
Sociedad Moderna, no sin antes padecer diversas revoluciones en distintos
países y en diferentes épocas de aquel siglo.
HERENCIA DEL TÍTULO DE CONDE DE VILLARDOMPARDO
Según
dijimos en el anterior capítulo, dos son los Condes que gobiernan
Villardompardo en este último cuarto de siglo:
D.
Pascual Benito Belvis de Moncada e Ibáñez de Segovia (Valencia,
1727 - Madrid, 1781) fue nombrado caballero de la Orden de Carlos III en 1771 y
del Toisón de Oro en 1780, se casó en 1745 con Florencia Pizarro y Herrera
(1727-1794), marquesa de San Juan de Piedras Albas y Dama de la Orden de María
Luisa, teniendo cuatro hijos, entre ellos a D. Juan de
la Cruz Belvís de Moncada y Pizarro, que nació el 4 de diciembre de 1756 en Madrid y murió el 20 de octubre de 1835
también en Madrid, con 78 años de edad. Este señor sería el XI Conde de Villardompardo, además de
una larguísima lista de títulos que heredó de sus padres.
Fue un absolutista convencido que estuvo en
Cádiz durante la Regencia en la guerra contra Napoleón, fue depuesto de sus
cargos en el Trienio Liberal y repuesto al volver Fernando VII, jubilándose de
sus cargos en 1833, poco antes de la muerte del rey.
ACTAS CAPITULARES
Las actas capitulares desde 1775 a 1785
presentan poca variedad. Casi todas se refieren a los nombramientos y tomas de
posesión de los diferentes oficios del Ayuntamiento de Villardompardo, y muy
pocas a otros acontecimientos que nos den idea de la vida cotidiana en la localidad.
A partir de 1785 todo cambiará, como más adelante veremos. El primer escrito de
finales de 1775 hace referencia a una carta enviada por el Conde de
Villardompardo (D. Pascual Benito Belvis de Moncada), dando las gracias al
pueblo por las felicitaciones navideñas que le envió el Concejo. También los
tranquiliza sobre el rumor de que la localidad sería arrendada a un tal Don Juan Cobo Calleja; todo era falso.
El número de oficios
del ayuntamiento había aumentado respecto a años anteriores.
En1776, los elegidos por
el Marqués de Bélgida y Conde de Villardompardo para desempeñar los diferentes
oficios del municipio fueron:
-
Alcaldes
Ordinarios: Antonio de Murcia y Miguel de Molina.
-
Regidores:
Alfonso Gómez, Manuel de Jesús García y Carlos Morillas.
-
Alcaldes del
Campo: Juan León Fernández y Juan Gay.
-
Apreciadores del
Campo: Sebastián de Torres y Manuel “Gerónimo” de Gámez.
-
Padre General de
Menores: Cristóbal Morillas Colomo.
-
Ministro
Ordinario: Lucas de la Parra.
-
Depositario del
Pósito: Diego Ortega Carrión. Este oficio era muy importante ya que esta
persona controlaba la entrada y salida de grano del pósito, además del dinero
depositado en un arca del ayuntamiento (arca del pósito)
-
Depositario de
Caudales de Propios: Julián Becerra.
-
Repartidores
de cientos, millones (eran impuestos), jabón, paja y utensilios con los que
cada vecino debería contribuir a su Majestad. Fueron nombrados: Juan de Molina
y Manuel de Zafra. Estas personas deberían recoger todos esos impuestos a los
vecinos, previa información de lo que a cada uno le tocaba contribuir.
-
Cobrador de la
Bula de la Santa Cruzada: Cristóbal García. Como ya hemos comentado en
otros capítulos, este oficio tenía su complicación. Este señor recibió el 16 de
Febrero de 1776 las siguiente Bulas: 410 Bulas para vivos, 50 Bulas de
Difuntos, 4 Bulas de Composición y 2 de Laticinios; posteriormente las debería
repartir a los vecinos del pueblo, cobrarlas y, finalmente, todo lo recaudado
debería ser entregado el día de Santa María de Agosto a D. Juan Antonio de Castro,
vecino de Jaén. De no ser así, debería responder con sus bienes.
No volveremos a hacer más referencia a este
tipo de actas con nombres propios, a no ser que ocurra algo diferente a las
demás o aparezca algún nombre significativo. Las personas nombradas
anteriormente aparecen muchos años consecutivos para ocupar cargos diferentes
al que ejercían el año anterior. Debemos tener en cuenta que, por aquella época,
Villardompardo debería tener unos 400 o 500 habitantes y eran muy pocas las
personas dispuestas y adecuadas para ocupar cargos, así que era muy normal la
repetición, pero esto les causará problemas como más adelante veremos.
La carta que envía el Señor Conde en
Diciembre de 1777 para nombrar los cargos concejiles de 1778, va por primera
vez impresa. También va impreso su escudo de armas. En todos los años
anteriores, las cartas eran manuscritas y el escudo de armas estaba marcado
sobre oblea. En las fotos anteriores tenéis la diferencia.
D.
Pascual Benito Bellvís de Moncada e Ibáñez de Segovia (X Conde de Villardompardo) murió en 1781 en Madrid con 54 años, así
que le sucede su longevo hijo D. Juan de la Cruz Bellvis de Moncada,
heredando todos los títulos y mayorazgos, entre ellos el de XI Conde de Villardompardo. A la toma
de posesión del Condado no asistió el mismo D. Juan de la Cruz, pues eran
muchos los títulos de los que tenía que tomarla; así que el 4 de Agosto de 1781, se personó en
nuestra localidad su administrador, D. Miguel Francisco Montero, residente en
Jaén. A la ceremonia, además del administrador, acudieron los dos alcaldes
ordinarios de la villa: D. Antonio de Murcia y D. Francisco “Giménez” Morillas,
además del resto de cargos concejiles. El acto consistió en la entrada de D.
Miguel en el palacio del Conde (el castillo) abriendo y cerrando puertas y
ventanas, igualmente hizo en los dos molinos de aceite que tenía en el pilar. El
mismo D. Miguel también tomó posesión de sus campos y lo hizo rompiendo algunos
terrones de la huerta que el Conde poseía en el pilar. Con todo ello se
simbolizaba la “pacífica y quieta” toma de posesión de sus propiedades.
CASO DE CORRUPCIÓN EN EL AYUNTAMIENTO
Me extrañó no encontrar ningún acta
capitular de los años 1782, 1783 y 1784, todo se aclaró al leer las de 1785.
Como sabéis, había una ley que impedía la ocupación del mismo cargo en el
ayuntamiento durante años consecutivos, ni tampoco por familiares directos como
hermanos o padres.
Resulta que José de
Cuenca, vecino de Villardompardo, comunicó a las autoridades superiores la
ocupación del cargo de Alcalde Ordinario por parte de Miguel de Molina, durante varios años seguidos. Así que su majestad
Carlos III, mandó provisión para que se declarase nulo el nombramiento de los
cargos concejiles durante el presente 1785 y los dos años anteriores. También
ordenó que se mandasen las actas capitulares de dichos años a la Real
Chancillería de Granada para su investigación, pero las actas no se encontraban,
alguien las hizo desaparecer deliberadamente (por eso no están en el libro).
Como sabemos, a
finales de año se enviaba al conde una propuesta de cargos concejiles y éste
elegía a los que le parecían más idóneos para el año siguiente. El conde no
hubiera consentido la repetición de cargos en años consecutivos, así que con
toda probabilidad las propuestas que se le enviaron estaban manipuladas, por
eso se hicieron desaparecer las actas del ayuntamiento, para eliminar las
pruebas del delito. Pero lo peor no fue eso. Miguel de Molina, con el
consentimiento del “Fiel de Fechos”
Francisco José Carrión, cometió excesos en las cuentas del Pósito y también
en algunas escrituras y testamentos, así que fue citado, junto con Carrión, a
comparecer ante un tribunal en la Real Chancillería de Granada.
No sabemos cómo
transcurrió el juicio, pero podemos afirmar que ambos fueron a prisión, porque
el 1 de Agosto de 1786, los jueces de la Chancillería ordenaron su puesta en
libertad bajo fianza, pero al pasar el plazo de 15 días y no ser depositada, se
ordenó de nuevo auto de prisión contra ellos. Además, se exigió el traslado al
ayuntamiento de ciertos documentos que tenía Francisco José de Carrión en su
casa, para que estuvieran a vista de todos.
Este caso tuvo una
gran repercusión, pues en las actas de 1785 y siguientes, se recogen con todo
lujo de detalles los acuerdos tomados en el ayuntamiento. Sería muy largo
reflejarlos todos en este capítulo, así que sólo hablaremos de lo más curioso.
ALOJAMIENTO DE SOLDADOS EN CASAS PARTICULARES
A finales del verano de 1786, se toman medidas contra una epidemia de Fiebres Tercianas (también llamadas Paludismo o Malaria) que afectaba a toda Andalucía y a otras zonas
del país, y lógicamente a Villardompardo.
El nombre de “tercianas” se debe a que el enfermo sufría episodios de fiebre muy
alta cada tres días, y lo dejaba tan postrado en cama que le impedía trabajar e
incluso le podía provocar la muerte.
El 7 de Septiembre de 1786,
su Majestad Carlos III, le manda una carta al Intendente de Jaén para que
reparta entre todos los pueblos de la provincia un total de 16 arrobas de Quina procedentes de la Real Botica. A
cada localidad le correspondería una cantidad determinada según la población
enferma. Esta sustancia se utilizaba para combatir la enfermedad y se obtenía
de la corteza de un árbol del mismo nombre (foto del margen). Su sabor era muy
amargo, de ahí el famoso dicho: “Más malo que la quina”. El medicamento lo
recibiría el párroco de cada pueblo (D. Alonso
Valenzuela y López en el caso de Villardompardo), y lo repartiría entre los
enfermos a los que un médico titulado se lo hubiera recetado. En nuestra
localidad no había facultativo, así que se llamó a D. Jacinto Perales, médico de Torredonjimeno, para que asistiera a
los afectados. Los gastos de los enfermos pobres correrían a cargo de las arcas
públicas.
ALGUNOS ACUERDOS DE 1787
● El 30 de Enero de 1787, Villardompardo es visitado por D. Felipe
Soprani (Capitán del Regimiento de Dragones) para realizar un registro de
dehesas, yeguas y caballos padres de este término. Encontró 25 yeguas de buena
calidad, dehesas, abrevaderos y abrigos (refugios para animales en el campo)
además de suficientes caudales de propios (fondos en el ayuntamiento) para
poder comprar un Caballo Padre para la monta de las yeguas. El Concejo y
los criadores de potros se reunieron para deliberar la decisión de D. Felipe y
llegaron a la conclusión de que no era rentable la compra, ya que no había más
de 8 yeguas que eran “montadas” al año.
● El caso
de corrupción de 1785 en el ayuntamiento, tuvo sus consecuencias. En Septiembre
de 1787 el Conde decide nombrar directamente y por primera vez a un
escribano fiel para las villas de Villardompardo y San Pedro de
Escañuela. El Conde buscaba que no fuese del pueblo, para que estuviese fuera
de cualquier interés e influencias de otras personas. Nombra a D. Bernardo
de Domingo Arranz, procedente de la villa de Fuentecén en “Castilla la
Vieja”. El nombramiento no estuvo exento de polémica, ya que los alcaldes
ordinarios y sobre todo el anterior escribano, D. Rodrigo Fernando Ubal,
mostraron su disconformidad (éste último
se hallaba suspenso del cargo por su “errada conducta”). Al final todos
terminaron aceptando al nuevo escribano.
Debo decir
que desde que esta persona toma la escribanía del ayuntamiento, se anotan todos
los acuerdos y la letra es perfectamente legible.
Hay más
actas de 1787 pero son menos relevantes. No existen actas de 1788 y 1789 así
que pasaremos a 1790.
LA ESCUELA DE NIÑOS
Este acta
no tiene desperdicio. Se recibe una carta enviada con fecha 6 de Mayo de
1790 que contenía una Orden Real y Supremo Consejo de Castilla en la que se
preguntaba sobre la presencia en el pueblo de dotaciones de escuelas y maestros
formales. El Concejo, cuyos alcaldes eran Juan de Aguilar y Juan Gay, se reúne
el 28 de Junio para responder a la misma. Se dice lo siguiente: En
Villardompardo hay unos 120 vecinos (unos 480 habitantes)* y unos 34
niños de entre 5 y 12 años que podrían recibir instrucción de primeras
letras. No hay maestro cualificado, así que la persona que se considere más
idónea dará una corta instrucción a los niños. Recibe una dotación de 99 Reales
anuales pagados del Fondo de Propios, como no es suficiente, los padres deben
pagar la manutención del maestro. Aquí estaba el problema, muchos padres se
llevaban a sus hijos de corta edad al campo y otros no tenían para pagar la
manutención del maestro, así que eran muy pocos los que acudían a la escuela.
El cura párroco también les podría dar Instrucción Cristiana, pero los niños no
acudían a recibirla ni iban a misa.
De escuela de niñas apenas se habla, sólo se dice
que una maestra se dedicaba a su educación pero no recibía dotación alguna,
“todo por amor al arte”.
Para pagar
a un maestro de calidad harían falta unos 100 ducados anuales, parece ser que
había suficientes fondos para ello, además los padres también deberían implicarse.
El informe es muy largo, se ve que era un tema que le preocupaba mucho al
escribano D. Bernardo de Domingo Arranz.
*La población
no había cambiado prácticamente nada respecto al Catastro del Marqués de la
Ensenada, casi 40 años antes.
CONSTRUCCIÓN DEL “PILARILLO DEL BOLA”
OTRO CASO DE CORRUPCIÓN
El 3 de Febrero de 1792 se reúne el concejo para resolver el siguiente
problema: resulta que en la noche del 28 de Julio de 1789 fueron robados
los fondos del Arca de los Caudales de Propios. El acusado del robo, que era el
Depositario de dichos fondos en aquel año (se da nombre y apellido), se estaba
pagando el largo juicio (gastos de asesorías, Promotor Fiscal, Peones, etc) de
los Caudales Públicos, así que era necesario nombrar a un comisionado para
controlar esos gastos “con la debida cuenta y razón”. El nombrado para ello fue
Ramón Guijosa, uno de los regidores del ayuntamiento.
LAS CUENTAS DEL PÓSITO
El 28 de Mayo de 1793, se reúnen los miembros del Concejo de esta
localidad para responder a una carta procedente del Real y Supremo Consejo de
Castilla. En ella se preguntaba cuál era el número de fanegas de trigo y de
maravedís, que debía tener de fondo el Real Pósito de Villardompardo.
Contestaron lo siguiente:
-
El fondo de
grano de este pósito es de 2200 fanegas de trigo, cuyo destino es:
-
Unas 1000
fanegas para el repartimiento de la sementera.
-
Unas 300
fanegas para el repartimiento de escarda o barbechera.
-
Unas 400
fanegas para el abasto del “panadeo” (para hacer el pan)
-
Unas 500
fanegas que deben quedar en el pósito para prevenir años estériles.
-
Respecto al
fondo de maravedís, debería haber unos 12000 maravedís para el
repartimiento de recolección y demás gastos que ocurran.
-
Se dice que el
Pósito está situado en la Plaza Pública, recordemos que en 1752 estaba
situado en algunas estancias del castillo, y que necesitaba la construcción de una
pared de once varas de largo, cuatro de alto y dos pies y medio de grueso para
evitar la humedad. La obra costaría unos 1300 reales.
-
Contestaron
que a día de hoy, lo que realmente había en el fondo del pósito era: 3566
fanegas, de las cuales 501 estaban depositadas en grano y el resto
prestada a los agricultores. Y el fondo de dinero era de 3323 reales y 21
maravedís.
APARECE EL APELLIDO
CALVACHE EN VILLARDOMPARDO
El apellido Calvache es muy escaso a nivel nacional, mucho más que Gay o
Perea, que son los otros dos apellidos de los que estamos haciendo un especial
seguimiento. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), en toda España hay
un total de 1051 (0,022 ‰) personas que lo tienen como primer apellido, 857 (0,018 ‰) personas que lo tienen como
segundo y sólo 5 con los dos apellidos. Jaén es la segunda provincia, después
de Almería, en abundancia del mismo, con
96 (0,144‰) personas que lo tienen en primer lugar y 69 (0,104 ‰) que lo
tienen en segundo, muchos de ellos se encuentran en Villardompardo, así que su
abundancia relativa es muy alta en esta localidad.
El origen del apellido en Villardompardo, se
debe al matrimonio celebrado el 27 de
Abril de 1795 entre Francisco de
Sales José Calvache Vegara y María
Josefa de la Cámara. La ceremonia se celebró en la casa del padre de la
novia: Diego de la Cámara, no sabemos el motivo. Diego era hijo de Juan de la
Cámara, que en 1752 vivía en la calle Arrabal (Avda. de Andalucía) en una casa
que ocupaba los actuales números 35 y 37, curiosamente, en las dos casas siguen
viviendo personas con el apellido Calvache. Una de ellas afirma que su casa fue
herencia de sus abuelos y bisabuelos, así que es muy probable que sean
descendientes directos de aquel primer Calvache.
El esposo, Francisco de Sales José Calvache, nació el 29 de Enero de 1765 en
Torredonjimeno y fue bautizado en la iglesia de Santa María el 31 del mismo
mes. Era hijo de Pedro Calvache Ortega y María Vegara Arquillo, ambos vecinos
de Torredonjimeno. El origen del apellido en el pueblo tosiriano se debe a dos
hermanos: Gabriel y Alonso Calvache, que se instalaron en
dicha localidad en la segunda mitad del siglo XVI, pero ignoramos su
procedencia. Ambos se casaron y tuvieron un total de 13 hijos.
La esposa, María Josefa de la Cámara, era hija de Diego de la Cámara y María
Josefa Pariente, ambos vecinos de Villardompardo.
Dicho apellido se extendió mucho en la
localidad, en un censo de 1894 (un siglo más tarde) había ocho personas con el
apellido en primera posición y cuatro en segundo, pero en dicho censo sólo se
inscribían varones y viudas de más de veinticinco años. La verdadera extensión
del apellido se produjo en el siglo XX. Hay personas de Villardompardo y fuera
de la localidad que están elaborando árboles genealógicos del mismo.
El resto de las actas, hasta 1800, ha sido imposible
meterlas en este capítulo.
FUENTES
CONSULTADAS
● Actas
Capitulares Originales de esos años.
● Algunas
páginas de Internet sobre casas nobiliarias e historia, también la del INE
● Actas
Bautismales de la Iglesia de Santa María en Torredonjimeno.
● Actas
Matrimoniales de la Iglesia Nuestra Señora de Gracia de Villardompardo.
● Agradezco al ayuntamiento su colaboración en la
realización de este trabajo.
Carlos
Ramírez Perea
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