CONVENTO DE LOS CARMELITAS CALZADOS “NUESTRA
SEÑORA DE ATOCHA” DE VILLARDOMPARDO. UN PROYECTO FRACASADO.
Seguramente este largo título os sorprenderá, pero ocurrió en realidad y está perfectamente documentado.
POSIBLE ORIGEN DE LA
ERMITA Y DE LA IMAGEN
Es difícil saber desde cuando se rinde
culto a la Virgen de Atocha en Villardompardo. La referencia más antigua que hemos
encontrado de su existencia data de 1585.
Gracias a la tesis doctoral de D.
Francisco Juan Martínez Rojas, sabemos que las diferentes diócesis mandaban un
informe al Vaticano cada cinco años, en el cual reflejaban las posesiones de la
Iglesia en cada una de ellas. En la de aquel año, Villardompardo presentaba
cinco ermitas: la perteneciente a la Virgen de Atocha, la de San Roque, San
Cristóbal, San Antonio de Padua y San Sebastián, las dos primeras siguen
existiendo, las dos siguientes han desaparecido pero sabemos en qué lugar se
encontraban, y respecto a la de San Sebastián, no sabíamos en qué lugar se
podría situar. Gracias a una de las actas capitulares de enero de 1601, en la
cual se dice que se había sacado piedra de la “Hoya Marta y Cantero, junto a
San Sebastián”, hemos podido averiguar que “La Hoya Marta” era la zona de las
alcantarillas, así que es muy probable que la ermita se encontrase en esos
alrededores, en algún lugar alto cercano a un camino. Tiene lógica, porque San
Sebastián era el Santo protector de las epidemias, junto con San Roque, y su
ermita se solía construir en las entradas de los pueblos.
Una primera
hipótesis sobre el origen del nombre
de la “Virgen de Atocha” en Villardompardo, siempre anterior a 1585, podría ser
que se construyera sobre un paraje donde abundase el esparto. Estos lugares
recibían el nombre de “atochar”, y de ahí derivase al nombre de “Atocha”, en
este caso la construcción de la ermita y la misma imagen, no tendrían nada que
ver con la de Madrid.
También hay una alta probabilidad de que el mismo conde llevase una réplica
de la imagen a Lima, que más tarde sería trasladada a Bolivia y hoy es venerada
en una población de la región de Atocha (Potosí) en el país boliviano. Debemos
tener en cuenta que D. Fernando fue virrey del Perú en la misma época en la que
comienza el culto a la Virgen de Atocha en Lima. Aquí tenéis una foto de su
ermita en la región de La Atocha boliviana.
FUNDACIÓN DEL CONVENTO DE
CARMELITAS CALZADOS “NUESTRA SEÑORA DE ATOCHA” EN VILLARDOMPARDO
Antes de contar su historia, es
necesario explicar brevemente el origen de la Orden de los/as Carmelitas.
La Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (también
llamada Orden de los/as Carmelitas) apareció en el siglo XII cuando
un grupo de ermitaños, inspirados por el profeta Elías, se retiraron a vivir al
Monte Carmelo (Palestina) y allí constituyeron la Orden. Adoptaron como patrona
a la Virgen del Carmen.
En el
año 1562 Santa Teresa
de Jesús efectuó
una reforma en la orden religiosa y fundó el primer convento de Carmelitas Descalzas - Convento de San José - en la ciudad de Ávila. Posteriormente, junto con San Juan de
la Cruz, fundó el ramo masculino de los Carmelitas Descalzos. Así
que a partir de esta fecha la Orden se divide en dos ramas: una la de los/as
Carmelitas Descalzos/as (mucho más conocida) y otra la tradicional, que se
llamarán “Carmelitas Calzados/as”, que es la que nos interesa en este escrito y
que hoy en día es menos conocida, a pesar de ser la
tradicional y más antigua. Ambas son órdenes mendicantes, es decir, viven de la
caridad de los demás.
Una vez hecha la aclaración, pasaremos a contar su historia en
Villardompardo.
Fray Miguel nos cuenta en la pag.
220 lo siguiente (transcripción
literal):
“FUNDACION DEL CONVENTO DEL VILLAR DE D, PARDO
(JAÉN).1606
Recibiose en este Capítulo por Casa y
Convento de esta provincia la de Ntra. Sra. de Atocha, fundada en el Villar de
D. Pardo, población distante tres leguas de Jaén, a instancias de D. Juan de
Torres y Portugal, Conde de aquella Villa; fabricose una buena Yglesia y
aderezada casa que antes servía de Hospital. Fue hecha esta fundación sin
licencia del Ilmo. Sr. Obispo de Jaén y, aunque los Religiosos y sus Prelados
expusieron al Señor Conde fundador, que era indispensable la bendición y
permiso del ordinario, les aseguró que el Ilmo. Sr. D. Sancho Dávila, Prelado a
la sazón de la Sta. Yglesia de Jaén. La aprobaría y daría por bien hecha. Se
engañó dicho Cavallero; se disgustó mucho el Insigne Prelado y fue forzoso para
que se aplacara disolver la fundación; se serenó y aplacó disuelta que fue y.
sabido con certeza, reconoció Su Ylma. que la religión hacía mal en querer
fundar allí, que daría la licencia. Mas no acomodaba en aquella Villa el tal
establecimiento”
En la pag. 247, en el capítulo
Provincial de Sevilla. 1624, párrafo 199v, nos dice:
“Acabó el definitorio y guardando el P.
Provincial en su gobierno, mandó luego que se disolviese el convento de la
Villa del Villar D. Pardo respecto de ser muy corta la vivienda, muchas las incomodidades y por haver
faltado a lo prometido sus fundadores”
En aquella época era muy normal que las casas nobiliarias se embarcaran en
estos proyectos. Por ejemplo, D.
Jerónimo de Torres y Portugal (tío de D. Juan de Torres) fundó en Granada un
convento de Capuchinos allá por el 1613, pidiendo de antemano la necesaria
licencia al arzobispo.
Para la fundación de conventos, era muy normal utilizar antiguas ermitas donde se veneraba
alguna imagen muy popular, y aprovechar dicha circunstancia para construirlo en
sus proximidades, dándole al mismo la advocación de la imagen que se veneraba
en dicha ermita, de esa forma el éxito del convento estaría asegurado. En
Villardompardo se daban todas esas circunstancias. Pero el conde cometió un
tremendo error y es que, a pesar de las advertencias de los frailes, cuando
intentó llevar a cabo la fundación oficial de la congregación, no contó con la
obligada licencia episcopal, así que el enfado del obispo, que en aquellos años
era D. Sancho Dávila, fue de tal magnitud que se negó a otorgarla, por lo que
el conde se vio obligado a disolver la fundación en espera de que se
tranquilizase. Al cabo de poco tiempo el obispo entró en razón y otorgó la
licencia para su apertura, no se especifica en qué año lo hizo, pero sí sabemos
que los Carmelitas estaban aquí en 1612, ya que se hicieron cargo de la Virgen
de Atocha en ese año.
No podemos averiguar durante cuánto
tiempo estuvo instituido el convento de forma legal en Villardompardo, pero como
mucho podrían ser 18 años ya que en 1624,
desde Sevilla, se dio la orden de que se cerrase definitivamente el de
Villardompardo debido a la estrechez de la casa donde se alojaban los frailes y
a las promesas incumplidas del conde.
POSIBLES UBICACIONES DEL
EDIFICIO
De todo lo dicho me surgen algunas preguntas: ¿Dónde tendría pensado el
conde construir el convento? ¿Sería parte de la plaza? En un principio pensé
que podría ser posible, ya que había muchos indicios que así parecían
confirmarlo.
Otros indicios que me hicieron
pensar en la misma idea fueron:
● A partir de 1575 las actas
bautismales están firmadas por el Maestro Civantos, PRIOR de esta iglesia parroquial.
El prior es quién está al frente de un convento de frailes. Dicha acta la podéis
leer perfectamente en la foto de arriba, además el bautizado es D. Manuel (por
error pusieron D. Francisco y luego lo tacharon), hijo de D. Fernando de Torres
y Portugal, I Conde de Villardompardo. En este caso el prior actuó como
compadre del recién nacido.
●En 1598 ya aparece como Prior D. Pedro de Torres Gascón, siendo el Conde
D. Juan de Torres y Portugal.
●En 1601 un fraile “Fray Fernando de
Sierra” es quién bautiza a un niño llamado Andrés, con la licencia del
prior que estaba ausente.
●En 1604, el Licenciado Colmenero
es quién ocupa el puesto de Prior, y firma el acta del bautizo de una niña
llamada Inés María, en este caso D. Juan de Torres fue el compadre (foto de
abajo)
●En los estatutos de la Cofradía del Santo Sacramento, redactados en 1565,
se dice que la procesión que se celebra en la Octava del Corpus, debe salir por
la puerta de la plaza, volver por la calle que llaman de las Parras y entrar
por la puerta que hay junto al huerto
(en todos los conventos había un huerto para el abastecimiento de los frailes),
se refiere a la puerta de la placituela de D. Tomás y el huerto debía ser la
misma placituela o parte de ella.
●Por último, muchos entendidos en arte y arquitectura nos dicen que la
iglesia de Villardompardo está construida con vocación conventual, es decir,
para formar parte de un convento. Estas iglesias se construyeron sobre todo en
época renacentista y tenían planta rectangular y nave de cajón (nave
única) contrafuertes laterales y sin capillas, dotada de una sola entrada
lateral para los fieles ajenos a la comunidad y otra distinta para los frailes
de la congregación. A este modelo constructivo responde nuestra iglesia.
En resumen; en un principio teníamos muchos indicios para creer que la
iglesia de Villardompardo estaría diseñada para formar parte del convento que
se pretendía construir. Con los argumentos expuestos fuimos a Jaén para
consultarlo con D. Francisco Juan Martínez Rojas. Su opinión fue que la idea le parecía muy improbable, ya
que hubiera supuesto un grave conflicto entre la diócesis de Jaén y la
congregación Carmelita. También vio poco relevante lo del prior y el huerto, ya
que era muy normal en las iglesias de la época.
De todas formas no faltaban espacios para construir, como la parcela de un
celemín que lindaba con la ermita y que pertenecía a la misma, o el mismo
hospital que lindaba por abajo con el ejido del llano, o bien todo el espacio existente
entre la ermita de Atocha y el castillo, donde no había nada construido.
CAUSA MÁS PROBABLE DEL
FRACASO
El incumplimiento de las promesas del conde tiene una explicación más
fácil. La nobleza no siempre se encontraba en una situación económica solvente.
No podemos comparar la nobleza de la Andalucía Occidental, con enormes
posesiones agrícolas que les proporcionaban grandes beneficios, con la
perteneciente a la Andalucía Oriental, con menos posesiones y muchas veces
sustentada por la percepción de impuestos que se remontaban a la Edad Media.
Dichos impuestos procedían de artesanos que en muchas ocasiones se resistían a
pagarlos. Estas situaciones conducían a continuos pleitos entre la nobleza y
los diferentes gremios. Ésta era la situación del II Conde D. Juan de Torres y
Portugal. Además su abuelo, D. Fernando, había iniciado la transformación del
castillo de Villardompardo en residencia palaciega, y en Jaén habían comenzado las obras del conocido
Palacio de Villardompardo, así que los gastos de la familia habían sido enormes.
Prueba de ello fue el pleito que mantuvo D. Juan de Torres con sus dos
hermanos: Fernando y Bernardino, que le reclamaban dinero para pagar sus
estudios en Alcalá de Henares. Al final se tuvieron que trasladar a Córdoba.
Así que la familia tenía grandes problemas económicos para embarcarse en un
gran proyecto constructor.
OTRAS REFERENCIAS
HISTÓRICAS A LA VIRGEN DE ATOCHA
La siguiente referencia es del 20 de Mayo de 1612, cuando el II
Conde de Villardompardo, Don Juan de Torres y Portugal, le hace una
donación de diez fanegas de trigo.
En el Catastro del M. de la Ensenada de
1751, se da una detallada relación de las posesiones de la Virgen de Atocha
y del dinero que recibía por el pago de algunos “censos” procedentes de varias
personas.
Nuestra Señora de Atocha poseía 30 olivos
de 2ª calidad en la zona del Jetal. También un corral
cercado en las
inmediaciones de la ermita, con un celemín de extensión. En este corral se
construiría el primer cementerio del
pueblo en la primera mitad del siglo XIX.
Los censos que percibía la Virgen de Atocha procedían de cinco personas, que
pagaban por las posesiones que tenían en el pueblo. Percibía por ello unos 90
Reales anuales. Con este dinero se sufragaba el gasto de dos fiestas al año que
se hacían en su honor, una el día de la Encarnación y otra en Navidad, además
de dos aniversarios.
La antigua imagen, muy probablemente, sería
una talla de madera, pero sin saber fecha exacta y antes de la Guerra Civil, ya
habría sido sustituida por otra de escayola (foto siguiente) de no muy buena
factura, a juzgar por el primer plano que veis. Ésta última fue destruía el 27
de Julio de 1936, junto con otras imágenes de la Iglesia Parroquial. Sólo se
pudo conservar el rostrillo y el báculo que Francisco Gay Ortega y Mariana
Álvaro Ortega tenían escondidos en su casa. Parece ser que el altar que veis en
la foto de una de las páginas anteriores y que estaba construido en madera, fue
recuperado por un vecino y lo tuvo guardado en su cámara durante varios años,
pero se le ha perdido la pista
La ermita fue abandonada a su
suerte, los tejados se derrumbaron y su estado llegó al punto de la ruina total.
Estuvo muchos años en esa situación, incluso los niños la utilizaban como lugar
de juego, donde entraban y salían a su antojo. El 8 de Septiembre de 1963, Paco Ortega compró la imagen que todos
conocemos en la actualidad. Ese mismo día, por la tarde, se organizó una
procesión para celebrar su llegada. Muy probablemente la misma persona
reconstruiría la ermita, y el matrimonio compuesto por Fernando Gay Moya y
Dulcenombre Armenteros Arjona compraron la campana.
A finales de los setenta o principios de los ochenta, Milagros Gay Becerra
costeó la media luna que está colocada delante de la imagen, y que fue
fabricada en Córdoba.
En la actualidad su fachada ha sido
restaurada, pero la calidad de la piedra no parece demasiado buena, sobre todo
en la parte superior e izquierda de la misma. También se puede observar como la
antigua puerta era rectangular y de mayores dimensiones que la actual, así como
diferentes arreglos realizados con ladrillo moderno a principios de los
sesenta. A pesar de todo, la actual restauración le ha devuelto el mismo
aspecto que debió tener en la antigüedad.
Todos los años los vecinos/as de
Villardompardo siguen venerando a la imagen de Nuestra Señora de Atocha.
Durante todo el mes de Mayo se rezan “Las flores” en su ermita, y se finaliza
con una misa y procesión en su honor. ¡Qué no se pierda la tradición!
Fuentes Consultadas
●Tesis doctoral escrita por D. Felipe Serrano Estrella, titulada: “Órdenes Mendicantes y Ciudad. El
Patrimonio Conventual de Jaén en la Edad Moderna”.
●”Epytome historial de los Carmelitas
de Andalucía y Murcia”, reeditado en el 2000. De Fray Miguel Rodríguez
Carretero.
● Archivos parroquiales de Villardompardo (primer tomo de bautismos)
● Estatutos de la Cofradía del Santo Sacramento, escritos en 1565.
● Los Torres y Portugal. Del Señorío de Jaén al Virreinato Peruano de
Miguel Molina Martínez.
● Muchas personas
mayores del pueblo.
Carlos Ramírez Perea