LA GUERRA DE LOS MORISCOS
(1568-1571) Y SUS CONSECUENCIAS PARA VILLARDOMPARDO
omo sabéis, este año se ha celebrado
el 450 aniversario del Corpus Christi en Villardompardo, gracias a que existe
un documento que ratifica su celebración desde 1565 (los Estatutos de la
Cofradía del Santo Sacramento). Así que lo consideramos como uno de los más
valiosos en nuestro archivo municipal. Pero existen otros con un valor
histórico aún mayor. Se trata de dos cartas enviadas al Concejo de
Villardompardo a finales de 1570. Además de ser los segundos documentos en
antigüedad, su valor histórico radica en los personajes que los firman: una
carta está firmada por el mismo D. Juan de Austria y la otra por D. Luis de
Requesens. Veamos brevemente la importancia de ambos:
D. Juan de Austria fue hijo ilegítimo de Carlos I de España y de Bárbara Blomberg. Nació en Ratisbona, en 1545
ó en 1547 (hay dudas), pero fue educado en España y reconocido como hijo por su
padre. Su hermanastro Felipe II, siendo rey, le nombró Capitán General de la
Mar. En su carrera militar destacan dos grandes éxitos: vencedor en la Rebelión
de los Moriscos en las Alpujarras y también en la Batalla de Lepanto. Murió a
los 33 años en la Guerra de Flandes.
D. Luis de Requesens nació en Barcelona en 1528. Ocupó
importantísmos cargos: fue militar, diplomático, gobernador del estado de Milán
y de los Países Bajos. Durante la Guerra de los Moriscos fue consejero de D.
Juan de Austria y en la Batalla de Lepanto fue su lugarteniente. Gozaba de la
total confianza de Felipe II. Requesens
falleció de forma inesperada en Bruselas el 5 de marzo de 1576, posiblemente a
causa de la peste.
Para llegar a comprender el contexto histórico en el que
se escribieron ambas cartas, no estaría mal explicar cuáles fueron las causas y
evolución de la Guerra de los Moriscos, también llamada Rebelión de las Alpujarras,
acaecida entre 1568 y 1571
GUERRA DE LOS MORISCOS
(Antecedentes)
Todo comienza tras la conquista de
Granada por los Reyes Católicos en 1492. En las Capitulaciones que se firmaron,
se garantizó la libertad personal de los musulmanes, la conservación de sus
bienes, el mantenimiento de su cultura y costumbres, así como su religión: el
Islam. Los musulmanes en terreno cristiano eran llamados mudéjares.
Los reyes pensaron que con el tiempo los
mudéjares se irían convirtiendo poco a poco al cristianismo, pero no fue así,
ya que en las Alpujarras la población musulmana era prácticamente del 100% y no
recibían presion de nadie ni evangelización alguna. La cosa comienza a cambiar
en Febrero de 1502, cuando los Reyes
Católicos firman una real cédula, según la cual, todos los mudéjares de la
Corona de Castilla deberían escoger entre la conversión al cristianismo o el
destierro. La inmensa mayoría decidió convertirse y desde entonces pasaron a
llamarse moriscos o cristianos
nuevos.
En 1526 el rey Carlos I pasó una temporada en Granada y
recibió queja de algunos moriscos sobre el mal trato que recibían de los
clérigos, así que el monarca nombró a una comisión para investigar la situación
de los moriscos en el Reino de Granada y del trato que recibían. La comisión
pudo comprobar como la inmensa mayoría de la población morisca seguía
conservando sus costumbres, vestimentas y religión musulmana, a pesar de haber
sido bautizados años antes. Así que el emperador decidió poner fin a la
situación prohibiendo el uso del árabe, la vestimenta morisca, cualquier
símbolo del Islam, las fiestas a puerta cerrada, la forma de matar a los
animales, etc. Pero al conocer las medidas, un grupo de notables moriscos se reunió
con el rey y le ofreció una gran cantidad de dinero (parece ser que unos 90.000
ducados) para evitarlas. El rey accedió, levantó las prohibiciones y se acabó
el problema durante los siguientes 40 años (hay que ver la fuerza del dinero)
DESARROLLO DE LA GUERRA
Llegamos a 1567, durante el reinado de Felipe II, quien
recibe presiones de algunos miembros de la iglesia para que los moriscos acaten
las medidas que ya había tomado su padre (Carlos I) en 1526 y que, como hemos
visto, fueron suspendidas. El 1 de Enero de 1567 Felipe II aprueba una
pragmática para acabar con el problema. Hubo intentos de negociación por parte
de los moriscos como ocurrió 40 años antes, pero el rey se mostró inflexible.
En cuanto se conoce el fracaso de las negociaciones, los moriscos comienzan a
convocar rebelión. Hubo reuniones secretas en el Albaicín, para implicar a los
moriscos granadinos, pero no lo consiguieron porque estaban demasiado
acostumbrados a convivir con cristianos. Finalmente en las Alpujarras se nombró
a un jefe que encabezara la rebelión: Hernando de Córdoba y Válor, que era
descendiente de los antiguos Califas Omeyas de Córdoba y tomó el nombre
musulmán de Abén Humeya. La víspera
de Navidad de 1568 comienza la rebelión en el pueblo alpujarreño de Béznar y se
extendió por toda la Alpujarra granadina, almeriense, Serranía de Ronda y
Sierra de Bentomiz (Axarquía de Malaga), en definitiva lo que antiguamente fue
el Reino de Granada. Los cronistas de la época la describen como una guerra muy
cruel, donde en ambos bandos se asesinaron hombres, mujeres y niños con total
crueldad. Hasta Enero de 1570 estuvo al mando de las tropas cristianas el
Marqués de Mondejar y el Marqués de los Vélez, sin mucho éxito. En esos
primeros años de guerra la iniciativa fue de los moriscos, que recibieron apoyo
desde Argelia a través del Mediterráneo, así que para evitarlo fue necesario
reforzar esa zona marítima con las galeras españolas.
Abén Humeya fue asesinado por los suyos en octubre de 1568,
y en su lugar pusieron al frente de los sublevados a su pariente Abén Aboo. Viendo el cariz que tomaba
la guerra, Felipe II destituyó en Enero de 1570 al Marqués de Mondejar y nombró
al frente de las tropas cristianas a su hermanastro D. Juan de Austria, y como
consejero a su lugarteniente D. Luis de Requesens.
D. Juan de Austria entró en las Alpujarras a “sangre y
fuego” acabando con la rebelión en 1571. Debemos aclarar que los moriscos que
vivían en las grandes ciudades como: Granada, Almería, Málaga, Guadix o Baza,
no se unieron a la rebelión, ya que llevaban muchos años conviviendo con los
cristianos y estaban en cierta medida integrados, pero los que vivían en los
pueblos de las Alpujarras y otras sierras, no conocían cristianos viejos (sólo
el cura y el sacristan) y conservaban íntegras sus costumbres.
Cuando acaba la guerra, unos 80.000
moriscos son deportados a Andalucía occidental y a ambas Castillas, quedando
los campos alpujarreños, y de otras serranías, totalmente vacíos. Costó mucho
repoblarlos, ya que ningún cristiano se arriesgaba a vivir en un terreno tan
escarpado y sin conocer las técnicas agrícolas de los moriscos. El declive
económico de la zona duró muchos años.
El mantenimiento de las tropas
cristianas y de los que estaban en galeras, se
realizaba a base del embargo de trigo y otras provisiones de los pueblos
de las provincias limítrofes, entre ellos Villardompardo.
En aquella época Villardompardo acababa de covertirse en
un Condado, propiedad de su primer Conde: D.
Fernado de Torres y Portugal. Este pueblo poseía un término municipal muy
reducido, y la mayor parte de las tierras cultivables se repartían entre el
mismo Conde, el Concejo (ayuntamiento) y diversas instituciones religiosas. Muy
pocos particulares poseían tierras propias, así que la mayoría trabajaban para
el conde o para esas instituciones religiosas, bien como jornaleros o como
arrendatarios. Un embargo de trigo vendría fatal para gente tan humilde, y es
precisamente esta situación la que motiva la petición del levantamiento de
dicho embargo por parte del Concejo de Villardompardo. La petición fue
concedida y las dos cartas siguientes lo dicen todo. Aquí tenéis la
reproducción de las originales y seguidamente su transcripción.
Don Juan de Austria por
La católica real magestad
Capitán general del mar
Licenciado Hernan dianez de
Sotomayor alcalde de su magestad en la real audiencia de Granada y contador
Francisco Osorio, sabed que por parte de la villa de Villardompardo se nos hizo
relación que a causa de estar a
tres leguas de Jaén y otras tantas y menos de los lugares de la Orden de
Calatrava casi toda la gente de guerra que había venido a nuestro campo se había
alojado en los dichos lugares y
en ellos se les había dado todo lo necesario y que mas desto la dicha villa
había enviado mucha cantidad de pan y bagaxes para la provisión
de nuestro campo y
presidios del reparto de lo cual
y del poco pan que el año pasado se cogió la dicha villa no tenía pan para
poder sembrar ni sustentarse la gente de ella y sin embargo por vuestra
orden se había embargado las dichas quinientas o seiscientas fanegas
de trigo y si estas se hubiesen de sacar los vecinos de la dicha villa
quedarían perdidos y no tendrían con qué sustentarse
suplicándonos mandásemos alzar
el dicho secuestro y que no se sacase ningún pan de de la dicha villa y visto
su pedimento en el consejo de la guerra y con nos consultado dimos la presente
por la
cual hos ordenamiento y mandamos
que siendo con ella requerida o requerido por parte de la dicha villa de
Villardompardo álcese el embargo y secuestro que por vuestra orden se hizo
de las dichas quinientas o
seiscientas de pan y no consintiese que se saque de ella antes lo dexad en la
dicha villa por cuanto por la necesidad que tienen los vecinos de ella se les da
licencia
que
puedan sembrar el dicho pan y sustentarse de él lo cual así se hagan y cumplan
sin réplica ni dilación alguna porque así conviene al servicio de su magestad y
buen común se le da a dicha villa dada en Granada a 18 de Noviembre de 1570 años.
RUBRICADO: D. JUAN DE AUSTRIA
D. Luis de Requesens comendador
mayor de Castilla del consejo
de estado de su magestad y
lugarteniente general de la mar. En
nombre del excelentísimo Señor
D. Juan de Austria
Y por cuanto por parte del
Concejo de la Villa del Villardompardo se nos hizo relación que por el
excelentísimo señor Don Juan de Austria se había dado provisión
para que el Licenciado SotomayorAlcalde
de su majestad en la audiencia de Granada y contador Francisco Osorio en pedimento y suplicación de la dicha villa
en que
sin embargo de la dicha
provisión estaban en la dicha Villa alguaciles y otras personas sacando dicho
pan , y que habiendo tratado con el dicho licenciado
Sotomayor que se cumpliese la
dicha provisión y no se sacase el dicho pan ; había respondido que el dicho
trigo entendía que estaba embargado para la provisión de
las galeras y que notificando en
la dicha provisión respondería a ella
suplicándonos mandásemos darles nuestra sobre carta de la dicha provisión para
que
los dichos licenciados Sotomayor
y contador Fª Osorio ni otra ninguna persona por ordenanza ni de Pedro Verdugo
proveedor de dichas galeras
No sacasen el dicho trigo de la
dicha villa porque los vecinos de ella padecían mucha necesidad, y visto su
pedimento por el consejo de guerra di
la presente por la cual ordeno y
mando a los dichos licenciados Sotomayor proveedor Pedro verdugo y contador Fª
Osorio y a otros
cualesquiera justicia y
alguaciles y personas a quien esta provisión fuera notificada vean la dicha
provisión del dicho excelentísimo señor D. Juan de Austria
que su data es en la ciudad de
Granada a veintiocho días del mes de Noviembre de mil quinientos y setenta años
que originalmente le será
mostrada y la guarden y cumplan
y hagan guardar y cumplir como en ellas se contiene so las penas en ella
contenidas y mas de otras
quinientos ducados para gastos
de las guerras dadas en Granada a ocho días del mes de diciembre de mil
quinientos setenta años.
RUBRICADO: D. LUIS DE REQUESENS
ACLARACIONES Y CONCLUSIONES
La
primera carta, rubricada por D. Juan de Austria, fue
enviada al Concejo de Villardompardo con fecha del 18 de Noviembre de 1570.
Entiendo que fue mandada a este pueblo con la intención de ser mostrada al
Licenciado Sotomayor y contador Francisco Osorio, en caso de que viniesen a
llevarse el trigo de Villardompardo, como así fue.
Según se relata en la
carta, las tropas de guerra se habían alojado en Jaén y otras zonas de la Orden
de Calatrava cercanas (Torredonjimeno, Martos, Porcuna…). Villardompardo había contribuido con trigo y
otros “bagaxes” (equipajes) a la manutención de las tropas y también a los
presidios, así que desde este pueblo consideraban que habían cumplido, en
cierto modo, con su obligación.
A
pesar de todo, se habían embargado unas quinientas o seiscientas fanegas de
trigo para el ejército. Se daba la circunstancia de que el año anterior había
habido mala cosecha, así que de llevarse a cabo el embargo, los habitantes de
Villardompardo pasarían hambre y no tendrían grano para sembrar. Este es el
motivo por el que, desde esta localidad, se envía la petición de levantar el
embargo al Consejo de Guerra; y éste accedió.
No sé si era muy común
en aquella época el levantamiento de embargos por este tipo de circunstancias,
lo que sí os puedo asegurar, es que el I Conde de Villardompardo (D. Fernando
de Torres y Portugal) era un gran conocido de Felipe II, lo nombró más tarde
Virrey del Perú. No es de extrañar que hubiese algún tipo de influencia por
parte del Conde para favorecer su levantamiento.
La
segunda carta está rubricada por D. Luis de Requesens
y fue enviada al Concejo de Villardompardo el 8 de Diciembre de 1570. Parece
ser que en el pueblo se encontraban alguaciles y otras personas que estaban
sacando trigo (le llamaban pan en muchas ocasiones) de la localidad, a pesar
del levantamiento del embargo.
D. Luis de Requesens, en nombre de D. Juan de
Austria, escribe esta carta para comunicar al Licenciado Sotomayor, al contador
Francisco Osorio y al proveedor de las galeras Pedro Verdugo, del levantamiento
de dicho embargo en Villardompardo y la prohibición de sacar trigo alguno de
este pueblo. Ellos entendieron que el embargo no afectaba a la provisión de
galeras. Como hemos comentado, el Mediterráneo fue reforzado con galeras
españolas para evitar la ayuda a los moriscos desde Argelia, y lógicamente
necesitaban suministro de alimentos.
Bueno, pues aquí
tenemos un capítulo más de nuestra historia, que sabemos gracias al magnífico
archivo municipal que poseemos. ¡A saber cuántas historias más hay escondidas
entre esos miles de legajos!
FUENTES
CONSULTADAS Y AGRADECIMIENTOS:
-
Libros
de historia y páginas de la web sobre la Guerra de los Moriscos.
-
Las
dos cartas manuscritas del Archivo Histórico Municipal de Villardompardo.
- Agradezco a D. Francisco Juan
Martínez Rojas su colaboración en la transcripción de algunas palabras que se
me resistían.
- También agradezco el apoyo que
recibo de muchas personas, ofreciéndome fotos antiguas, información de
cualquier tipo o incluso apuntándose como investigador en la Biblioteca
Nacional de Madrid, para sacar información sobre nuestro pueblo y compartirla
conmigo (eso no lo hace cualquiera…va por Manolo Martos)
- Y por supuesto a esas personas
mayores que te reciben en su casa con total agrado, dispuestas a contribuir con
su memoria al descubrimiento de la historia de nuestro pueblo.
Carlos Ramírez Perea