viernes, 26 de marzo de 2021

 

YELMO Y ESCUDO DEL CASTILLO, DOS PIEZAS QUE PUDIERON MOSTRARSE JUNTAS.

    Durante el siglo XVI se produjo un cambio radical en buena parte de los castillos que, durante la reconquista, habían sido baluartes defensivos contra los musulmanes. Muchos nobles transformaron aquellas fortalezas en residencias palaciegas para demostrar su poder, y en casi todas ellas, dejaron grabados sus escudos nobiliarios sobre las portadas. El caso del castillo de Villardompardo fue uno de ellos.

    Esta localidad estuvo ligada a la casa nobiliaria de los Torres desde finales del siglo XIV, y en el siglo XVI el edificio experimenta una gran remodelación a manos de su Señor: D. Fernando de Torres y Portugal, heredero de aquel antepasado D. Pedro Ruiz de Torres, nombrado I Señor de Villardompardo y Escañuela a finales del siglo XIV.

    No sabemos la fecha de nacimiento de D. Fernando, pero podemos deducir que a mediados del siglo XVI ya era Señor de la localidad, puesto que él mismo ordena las obras de transformación del castillo en 1549 y la construcción de “un quarto” en la ermita de Nuestra Señora de Atocha.

    En el artículo titulado “Aportaciones documentales para el estudio biográfico del arquitecto renacentista Alonso Barba” escrito por Dª María Soledad Lázaro Damas y publicado en el Boletín del Instituto de Estudios Giennenses nº 184 de 2003, se aclaran algunas cosas y se aportan datos muy concretos. En dicho artículo se dice que las obras del castillo comenzaron en 1549 y que el alarife (arquitecto o maestros de obras) fue Francisco de Escalona, de lo mejor de su tiempo en Jaén, y el rejero Agustín de Aguilar, que se atenía a las medidas que le daba el alarife para hacer cualquier obra de rejería. A quien no se menciona es al autor de la magnífica portada del castillo, típica de mediados del XVI y elaborada al gusto de la época.

    La autora de dicho artículo comenta que el maestro cantero Alonso Barba (sustituto de Andrés de Vandelvira en las obras de la Catedral de Jaén tras su muerte) mantenía gran amistad con el Conde de Villardompardo, pero en 1549 Alonso Barba aún no había llegado a Jaén. Existe la posibilidad de que este maestro cantero realizara la portada del castillo algunos años más tarde. En todo caso, antes de la muerte de la primera mujer del Conde (Dª Francisca de Carvajal y Osorio) como más tarde comentaremos. Pero veamos antes algunos datos biográficos de Alonso Barba.

    Había nacido en Moral de Calatrava  (Ciudad Real) hacia 1524-25, y muere en Jaén en 1595 a los 71 años, siendo enterrado en San Ildefonso.  Era muy conocido por Andrés de Vandelvira (1509-1575), tanto es así que Alonso ya había venido a Jaén en julio de 1553 para buscarle casa de alquiler. En 1555 aproximadamente, ya estaría Alonso Barba residiendo permanentemente en Jaén, y en 1562 es aparejador de la catedral de la capital  que dirigía Andrés de Vandelvira.

    En una ciudad pequeña como era el Jaén de mediados del XVI, todas aquellas personas con oficios importantes eran sobradamente conocidas por todos, y lógicamente Alonso Barba era un buen conocido de D. Fernando de Torres. Tanto es así que en 1577 fue el tasador de los bienes que D. Fernando quiso incorporar al Mayorazgo tras ser nombrado I Conde de Villardompardo en 1576. En 1588 también trazó la reja de la capilla de los Torres en la catedral que se encontraba en construcción, y muy posiblemente fuese el arquitecto del Palacio que D. Fernando mandó construir en la capital en 1580 y que todos conocemos actualmente como “Palacio de Villardompardo”. No sabemos la fecha exacta de finalización de dicho palacio, pero en 1588 aún se seguían pagando facturas de la obra.

    Como vemos, la relación entre D. Fernando de Torres y Alonso Barba era muy estrecha. Ahora bien, ¿pudo ser Alonso el maestro cantero de la portada del castillo?, los tiempos coinciden perfectamente, así que es probable que así fuese.

    El escudo que tenemos sobre la portada nos puede ayudar a delimitar fechas. Se trata de un escudo en el que el autor aglutinó los blasones de las dos ramas familiares de D. Fernando y de su primera esposa Dª Francisca Carvajal y Osorio. Si lo analizamos detenidamente podemos observar:



- En el cuadrante superior izquierdo tenemos el blasón de los Torres y en el centro el de Portugal, ambos procedentes de su padre: D. Bernardino de Torres y Portugal.

- En el cuadrante inferior izquierdo tenemos los blasones de Messia y Carrilo, ambos procedentes de la madre de D. Fernando: Dª María Messia-Carrillo.

- En el cuadrante superior derecho tenemos el blasón de los Carvajal. Primer apellido de Dª Francisca.

- En el cuadrante inferior derecho tenemos el blasón de los Osorio. Segundo apellido de Dª Francisca.

    Si manejamos la hipótesis de que Alonso Barba fue el autor de la portada y del escudo, tenemos que tener en cuenta que sería después de 1555, cuando el maestro cantero instaló su residencia permanente en Jaén, pero antes de 1566 ya que en las actas bautismales del archivo parroquial de Villardompardo, tenemos registrado el bautismo de un hijo de D. Fernando con su segunda esposa Dª María Carrillo. Así que tenemos un margen de once años para la construcción de la portada del castillo, si es que nuestra hipótesis es cierta.

    Pero podemos añadir más elementos a dicha hipótesis. Alrededor de 1976-77 se acometen las obras del nuevo ayuntamiento en Villardompardo. Se derriba el antiguo, cuya obra se subastó en 1601 gracias a que el II Conde de Villardompardo (D. Juan de Torres) donó un par de casas en la plaza para la construcción del consistorio, así que el antiguo edificio era de principios del XVII. Lo más curioso es que el ayuntamiento poseía un sótano, donde unos muros y unos pilares centrales unidos por arcos escarzanos (según me cuentan personas que lo vieron) sostenían el peso del resto del edificio. El sótano se utilizó como vertedero de desperdicios y excrementos procedentes de los retretes del calabozo. En el centro de uno de esos arcos se encontró el relieve grabado en piedra que veis en la foto y que mide unos 91 cm de longitud. Actualmente decora la subida de las escaleras del ayuntamiento junto con dos alabardas que lo flanquean (una original y otra reconstruida a la perfección). Sobre la pieza en cuestión se aprecia perfectamente grabado “Fernando et Francisca”. Lógicamente fue esculpido en vida de su primera esposa, al igual que el escudo del castillo.



    No es lógico que el relieve encontrado en el sótano del antiguo ayuntamiento fuese realizado para permanecer oculto en la oscuridad de ese lugar, sino para ser bien visto.    Está claro que la pieza fue reutilizada en la obra del ayuntamiento de 1601 y colocada en el arco del sótano, pero ¿de dónde procedía? o bien ¿llegó a utilizarse alguna vez?

    Si el escudo del castillo y el relieve del yelmo encontrado en el arco, poseen todos los elementos referidos al primer matrimonio entre D. Fernando y Dª Francisca, sería bastante lógico pensar que ambas piezas fueron esculpidas para mostrarse juntas, y en este caso el yelmo habría sido diseñado para colocarse sobre el escudo; como veis en el siguiente montaje realizado por Javier Contreras Anguita.



    Pero ¿por qué se retiró o por qué no llegó a colocarse en su lugar? Posiblemente por el inmediato matrimonio de D. Fernando con su segunda esposa Dª María Carrillo. No se vería con muy buenos ojos el nombre de “Fernando et Francisca” en aquel sitio de honor, así que en su lugar se esculpió una verdadera chapuza que ahora se ve sobre el escudo del castillo y que aparece totalmente erosionada, como se puede apreciar claramente en la segunda foto de este escrito.

    Como he comentado anteriormente, se trata de una hipótesis, pero con bastantes posibilidades de ser cierta. 

                                                                                 Carlos Ramírez Perea         marzo de 2021