miércoles, 31 de julio de 2024

 FOTOS DE LAS CONTRAPORTADAS DEL PROGRAMA DE FIESTAS DE LA JUVENTUD 2024

COMPONENTES TERTULIA DE SAN ANTONIO: Todas las mañanas se reúnen en la parcela de Paco Calvache los tertulianos que veis en la foto, para hablar de sus cosas. De izquierda a derecha son: Juan García Jiménez, Cosme Rodríguez Checa, Cosme Rodríguez Domínguez, Manuel Serrano Torres, Pedro Gay Armenteros, Manuel Torres Arjonilla, Francisco Calvache Alcalá, Fermín Rodríguez Checa, Juan Mozas Moya, Manuel García Susi y Antonio Águila Perea
Equipo de fútbol de 1969 ó 1970. La foto fue realizada en el campo de fútbol que se improvisó en el lugar llamado “El Colegio”. Sus componentes son, fila de pie: Julián Baena Perea, José Amor Gutiérrez, Francisco Álvaro Prados, Pedro Delgado Serrano, Juan López Amor y Rafael Gay Martín. Fila agachados: Juan Serrano Sillero, Francisco Gay Morales, Pedro Jiménez Serrano, Manuel Calvache Baena (Fleitas) y Enrique Lanagrán Cámara. Foto prestada por Mari Perea.



martes, 30 de julio de 2024

 

EL SEÑORÍO DE LA FUENSOMERA (LOS ESTACARES)

Una de las cosas que más llama la atención del primer Conde de Villardompardo, D. Fernando de Torres y Portugal, es su título de “Señor de la Fuensomera” entre otros muchos. Al principio fue complicado localizar el lugar donde se encontraba el señorío. Sin saberlo, se ubicaba a menos de un kilómetro de Villardompardo, se trata de toda la finca que hoy conocemos como “Los Estacares” y ocupa algo más de cincuenta hectáreas de extensión. Descubrir la coincidencia Estacares-Fuensomera no ha sido fácil, se ha dedicado bastante tiempo de búsqueda en diferentes documentos. En muchos casos esa información ha sido encontrada de forma casual. Seguidamente os cuento cómo se fue avanzando en el conocimiento de ese lugar.

En un principio, los primeros datos encontrados sobre ese pequeño señorío se hallaron en un documento de 1577. Don Fernando de Torres y Portugal acababa de ser nombrado I Conde de Villardompardo en 1576, seguidamente se dispuso a ampliar su mayorazgo presentando una larga relación de propiedades que deseaba vincular al mismo. Al vincular estas nuevas propiedades, que hasta ahora eran libres, aseguraba su herencia “en bloque” a su hijo mayor, además, todas esas nuevas posesiones vinculadas no podían ser vendidas, con lo cual la familia gozaría de ellas generación tras generación.

En esa larga relación de propiedades aparece la “Fuentsomera” (así es como lo escribían) y se habla de ella en tres ocasiones:

Transcripción del párrafo anterior:

La jurisdicción civil y criminal meromisto imperio* del heredamiento y tierras y término que se dice de la Fuentsomera que linda con los términos y jurisdicción de la dicha mi villa del Villar que es lo que yo compré y su majestad real me hizo la merced.

La venta que se llama de la Fuentsomera que está dentro de dicho término y jurisdicción que está en el camino que va de Jaén a Porcuna e Córdoba con toda la piedra que está allí aprestada (preparada) para la cerca que se ha de hacer en la huerta que está junto a la venta con su corral.

*Mero mixto imperio (como realmente se escribe) es un término jurídico que hace referencia al poder político y jurídico que le otorga el rey a un señor sobre un territorio determinado, es decir, el señor administraba justicia a cualquier persona que estuviese dentro de ese territorio, en este caso la Fuentsomera.

Del primer párrafo deducimos que D. Fernando de Torres compró la jurisdicción de aquellas tierras, lógicamente antes de 1577. Posteriormente el rey se la concedió, con lo cual D. Fernando ya podía administrar justicia en dicho territorio.

Del segundo párrafo deducimos que en el lugar existía una venta al borde del Camino Real Jaén-Córdoba junta a la cual existía una huerta que se pretendía cercar con piedra (ya se publicó un artículo sobre el Camino Real y la venta)

La segunda ocasión en la que se habla de Fuentsomera:

Transcripción:

Todas las tierras que yo tengo dentro del término y su jurisdicción y sitio de la Fuentsomera que son ochenta y cuatro fanegas de tierra.

Ya tenemos otro dato importante, la extensión del señorío es de ochenta y cuatro fanegas, algo que nos facilitará su ubicación actual como veremos más adelante.

La tercera ocasión en la que se habla del lugar:

Transcripción:

La huerta de la Fuentsomera con la noria y la alberca y el gasto del recogimiento del agua que tiene de pie que es en término de la dicha mi villa del Villar.

Este dato nos sitúa el lugar exacto de la venta, la noria y la huerta. Las tres estaban muy próximas entre sí y al borde del Camino Real. Como la noria aún se conserva y la huerta se estuvo cultivando hasta no hace tantos años, llegamos a la conclusión de que el lugar es el cortijo conocido como Estacares Segundos y en ese mismo solar estaría construida la venta en el siglo XVI. El camino de Córdoba sería el tramo de carretera que pasa a unos metros del cortijo y luego continuaría por el conocido “Callejón del Barbero”, todo estaba en el término municipal de Torredonjimeno, no en el de Villardompardo como dice el escrito[1].

Con estos documentos, el origen del “Señorío de la Fuensomera” aún no lo podíamos concretar de forma exacta en el tiempo, pero sí era posible establecer un periodo de años en los que se pudo fundar. Sabemos que antes de 1577 el rey Felipe II ya le había concedido mediante su compra la jurisdicción del lugar, es decir, ya era un Señorío Jurisdiccional (como también lo era todo el término del Villar) y además territorial porque todas esas ochenta y cuatro fanegas eran de su propiedad, en cambio, el término del Villar no se podía considerar como un señorío territorial en sentido estricto ya que sólo un 29% del término era de su propiedad, sin embargo la Fuentsomera sí lo era al 100%.

El segundo documento del que sacamos algo en claro sobre el pequeño Señorío fue un pleito celebrado en la primera mitad del siglo XVII entre la Compañía de Jesús y el III Conde de Villardompardo, D. Juan Antonio de Torres y Portugal. En dicho pleito cada parte presenta sus testigos para que declarasen a su favor. Entre ellos hay un tal Juan Delgado (foto del margen) que hace unas
declaraciones muy interesantes y que despejan algunas dudas sobre el origen del lugar.

                        Este señor declara que había oído decir a personas mayores de Villardompardo y Torredonjimeno, que D. Fernando (primer Conde) sólo poseía en un principio la venta, la noria y la huerta de la Fuentsomera y posteriormente compró (después veremos que no fue realmente una compra) a varios propietarios de Torredonjimeno las tierras que ahora formaban el señorío y que las había sembrado de olivos. Todo el terreno recibió el nombre de Fuentsomera y serían las ochenta y cuatro fanegas que ya hemos mencionado.

El tercer documento donde encontramos datos del lugar son los protocolos notariales de los que desconocíamos su existencia hasta hace muy poco. Gracias a ellos podemos acercarnos bastante a dicha fecha de compra.

            Los protocolos notariales son documentos jurídicos (compras, ventas, arrendamientos…) que nos pueden aportar una valiosa información sobre la historia de las poblaciones. Los documentos referentes a Villardompardo más antiguos incluidos en dichos protocolos datan de 1503. Desde esa fecha siguen avanzando en el tiempo hasta llegar a 1753. Para averiguar el posible origen de Fuensomera debemos centrarnos en los protocolos más antiguos, en los referentes a la primera mitad del siglo XVI.

            En primer lugar, hemos encontrado numerosas referencias a D. Bernardino de Torres, padre de D. Fernando de Torres. D. Bernardino cayó en desgracia por haber participado en el levantamiento Comunero contra Carlos I, así que este señor no “levantó cabeza” durante el resto de su vida ya que fue desposeído de buena parte de sus privilegios en la ciudad de Jaén. En los protocolos notariales de Villardompardo encontramos en varias ocasiones el nombre de D. Bernardino, sobre todo arrendamientos de sus tierras que datan de 1515, 1516 (tres referencias), 1520 (dos), 1522 y la última de 1538. A partir de este último año sólo aparecen referencias a D. Fernando de Torres (su hijo), así que es muy probable que D. Bernardino muriese en ese año y le sucediera su hijo D. Fernando como Señor de Villardompardo y Escañuela.

            En dichos protocolos la presencia de D. Fernando a partir de 1538 es continua. Uno de los documentos que más llama la atención es el arrendamiento de las tierras de la Fuensomera en 1549, es la referencia más antigua del lugar, lo único que podemos afirmar es que en ese año D. Fernando ya poseía tierras en ese paraje y las arrendaría a Juan Ruiz Rejero el Mozo, como podéis ver en la foto.

            De todo lo anterior deducimos que D. Fernando podría haber heredado su título de Señor de Villardompardo y Escañuela, además del Mayorazgo, en 1538 y la posesión de tierras en la Fuensomera. En ese mismo año de 1549 también está documentada la obra del castillo para transformarlo en una residencia palaciega y algunas reformas en la ermita de la Virgen de Atocha.

            Lo que aún no sabíamos por ahora era la fecha en la que D. Fernando consigue el Título de Señor de la Fuensomera de manos de Felipe II (antes de 1577). Pero el reciente descubrimiento de nuevos documentos en el ayuntamiento de Villardompardo nos aclaran muchas cosas.

            DOCUMENTOS DEL ARCHIVO MUNICIPAL DE VILLARDOMPARDO

            Hemos encontrado unos documentos administrativos en el Archivo Municipal a finales de junio de 2024. Dichos documentos son resúmenes que se hicieron en el siglo XVIII de otros que existían del siglo XVI con lo cual se pueden leer muy bien. En ellos aparecen varias referencias a la Fuensomera e incluso a la petición de su jurisdicción.

-        En 1556 D. Fernando de Torres pide permiso al rey para poder desvincular de su mayorazgo tres hazas de tierra calma en el término del Villar, concretamente en “El Cortijuelo de Ortuño y en los Herrumblales” (con un total de 25 fanegas) y hacer un trueque con otras hazas de huerta, higueras y granados en la Fuensomera, con una extensión de 20 fanegas, propiedad de un tal Luis López Ortuño de Torredonjimeno.

-        En 1557 también lleva a cabo otro trueque de un haza de 4 fanegas de tierra calma en el término del Villar, en el lugar que llaman “El Pozo de los Mozos”, por otro de 3 fanegas en la Fuensomera propiedad de una capellanía de la Iglesia de San Pedro de Torredonjimeno.

En ese mismo año de 1557 ya debió de quedar totalmente configurada la extensión definitiva del territorio de la Fuensomera porque D. Fernando de Torres confirió su poder a uno de sus criados, Juan Marín de la Cueva, para que se presentase ante su SS y MM del Consejo de Hacienda y pedir que le vendiese la Jurisdicción de las “100 fanegas” (realmente eran más de 80) de tierra calma que dicho señor tenía en la Fuensomera. Pero todo no quedó ahí porque también se le pidió que le vendiese la “jurisdicción civil y criminal alta y baja mero mixto imperio” con todos sus vasallos y término del lugar de Villardompardo”. A partir de estos años fue cuando Villardompardo se convirtió en un Señorío Jurisdiccional[2].

Pero quizá el documento más curioso y completo es una carta encontrada en los Protocolos Notariales firmada por el mismo D. Fernando (foto inferior) y datada en 1565. En ella se deja bien claro que ya se había conseguido la jurisdicción de la Fuensomera y de Villardompardo, también se pide que dicho territorio de Fuensomera sea incorporado al término de Villardompardo y fundir ambos señoríos en uno. Está claro que esta última petición no se concedió porque los actuales “Estacares” siguen siendo del término de Torredonjimeno. Por último se dice que el territorio tiene una extensión de 87 fanegas y se nombran de forma clara sus linderos: por un lado con tierras del término de Villardompardo, concretamente con su Dehesa “Rasa” (zona de los Montecillos y cercana a la carretera a Torredonjimeno) por otro lado con tierras de la Encomienda de la Peña (Martos) que llaman Quadérniga (Cuérniga), por otro con el Camino Real Jaén-Córdoba y por otro con tierras del mayorazgo de D. Jerónimo de Padilla (un noble de Torredonjimeno). Con todo lo anterior deducimos que el Señorío de la Fuensomera se consolidó entre 1557 y 1565 periodo en el que se sembrarían los olivos tan antiguos que vemos en la zona.


LA FUENSOMERA SEGÚN EL CATASTRO DEL M. DE LA ENSENADA

El siguiente paso sería delimitar con datos más recientes el Señorío, que como sabemos ocupaba una extensión de más de ochenta fanegas y dentro de él tendríamos la venta, la noria y la huerta.

Esto último lo encontramos en el Archivo Histórico Provincial de Jaén. La búsqueda habría que empezarla en las declaraciones individuales de forasteros del Catastro del Marqués de la Ensenada,


pero referente a Torredonjimeno que es el término municipal donde se encuentra “Fuentsomera”.

El famoso catastro se elaboró en la década de 1750, algo menos de doscientos años después de la fundación del señorío. El señor conde, o algún representante suyo, debió declarar esa propiedad en Torredonjimeno. Así fue, el presbítero D. José Navarro, residente en Villardompardo, declaró las propiedades que poseía el conde en el término municipal de Torredonjimeno (foto del margen)

            Declara poseer ochenta y siete fanegas y siete celemines en el lugar conocido como Fuensomera (desaparece la “t” del nombre), sembradas con 2020 olivos “mayores” muy productivos y 284 estacas que aún no producen. Lindaba por Levante y Norte con la raya del término municipal de Villardompardo, por el Sur con el Camino de Córdoba y por Poniente con tierras de D. Agustín de Uribe. De las 87 fanegas y 7 celemines, 80 estaban plantadas con las 2020 olivas “mayores”, 7 fanegas y 4 celemines con 284 estacas jóvenes no productivas aún. En los 3 celemines restantes había 4 morales y 2 moredas, seguramente sería el lugar de la huerta junto a la noria. Todas las tierras fueron calificadas como de primera calidad.

SITUACIÓN ACTUAL

            El dato de sus linderos es el que nos ha permitido situar la finca de forma exacta y coincidiendo matemáticamente con los actuales “Estacares”, hoy dividido en nueve parcelas que podemos identificar perfectamente en la página del actual catastro (foto siguiente) que como podéis ver ha sido delimitada en rojo y con las parcelas numeradas (números pequeños en negro)

            Para situarnos se han numerado con flechas y números rojos algunos lugares del antiguo señorío: el 1 es la carretera, la conocida recta de los Estacares, el 2 es el Camino de Córdoba, el 3 sería el cortijo de los Estacares, el 4 la noria y el 5 el cortijo de Estacares Segundos, la antigua venta.

            El catastro nos permite acceder a la extensión de cada una de las nueve parcelas que podemos observar en la siguiente tabla. Como vemos, la suma de la extensión de dichas parcelas es de 53,628 hectáreas, que al transformarlas en fanegas (0,6262 hectáreas por fanega según el marco de Ávila) nos


darían 85,64 fanegas. Como vemos, existen tres extensiones distintas según la época: 84 fanegas en 1577, 87 fanegas y 7 celemines en 1752 y 85,64 fanegas en la actualidad. Sin duda se trata del mismo lugar y esas diferencias se podrían deber a la inexactitud en la forma de medir de la antigüedad.

                        La parcelación actual del antiguo Señorío de la Fuensomera se debe a que la finca pasó a manos privadas cuando desaparecieron los mayorazgos. A partir de este momento los nobles no estaban obligados a transmitir sus bienes “en bloque” a su hijo mayor, por lo que eran libres para venderlas a particulares, algo conocido como “Desvinculación de los Mayorazgos”. Esto ocurre en España a partir de 1837 bajo la Regencia de María Cristina de Borbón.

            Durante la segunda mitad del siglo XIX asistimos a la venta de todas las propiedades de los descendientes del Conde de Villardompardo a particulares. No sabemos en qué año exacto fue vendida la Fuensomera pero sí a quién.

            Teniendo en cuenta quiénes son los propietarios actuales de las nueve parcelas en las que se dividió la finca, deducimos que todos convergen en un antepasado común de la actual familia Ortega, concretamente Manuel Ortega Delgado (1833-1913). Esta persona debió comprar la Fuensomera al completo, además de otras propiedades, a los descendientes del Conde de Villardompardo, muy posiblemente a María del Carmen Álvarez de las Asturias-Bohorquez, nieta del XII Conde de


Villardompardo
. Tras la muerte de Manuel Ortega se reparte la finca entre sus tres hijos: Diego, Juan y Pascual Ortega Béjar y después de la muerte de cada uno de ellos, la propiedad se fue parcelando entre sus descendientes hasta resultar las nueve en las que se divide actualmente.

            Dando un paseo por el lugar aún podemos observar muchos de aquellos antiguos olivos que sembró el primer conde en la segunda mitad del siglo XVI, con sus impresionantes troncos (foto). También se conserva razonablemente bien la noria mencionada en ese mismo siglo (foto de abajo) y el cortijo en cuyo solar se ubicaría aquella antigua venta al borde del camino real, incluso se conservan algunas encinas que servían de lindero con las parcelas que se situaban más o menos al Noroeste de Fuensomera y que hoy llamamos “Los Trances”

            También debemos aclarar que el nombre de Fuensomera se extendió a otros lugares cercanos como por ejemplo Uribe. Incluso ese nombre evolucionó a Juan Somera durante el siglo XIX y principios del XX. Hoy en día el antiguo nombre de Fuensomera no se utiliza y sólo aparece en antiguas escrituras de propiedad. Actualmente todos conocemos el lugar como los “Estacares” pero no estaría mal recuperar aquel nombre que hace referencia a Fuente Somera, manantial poco profundo, que sin duda se refería a la noria.

Nota: Fíjense en la parcelación de fincas tan pequeñas en el término de Villardompardo. Se debe al reparto de la Dehesa “Rasa” que se hizo en 1818 (página anterior)


                                                  Carlos Ramírez Perea

                                              (Cronista Oficial de Villardompardo)

 

                                  

 



[1] Todo lo anterior ha sido consultado en una copia del documento de Ampliación del Mayorazgo de 1577 que nos envió la familia Cotoner Cerdó.

[2] Tomo II Documentos Administrativos. Caja 358. Archivo Municipal de Villardompardo