CAPÍTULO XII
EL TRANSCURSO DE LA
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN VILLARDOMPARDO
CONTEXTO HISTÓRICO
l 18 de Octubre de 1807 el
ejército francés ya había comenzado a pasar la frontera por el Bidasoa, pero en
lugar de dirigirse hacia Portugal, como se pactó en el Tratado de Fontainebleau, empezaron a situarse en diferentes
ciudades españolas de forma estratégica, controlando las comunicaciones con
Portugal y con Madrid. El total de efectivos ascendía a 65.000 soldados
franceses. Estas tropas pronto comenzaron a verse como una amenaza, aumentando el descontento
entre la población debido a sus abusos de poder y consumo de víveres.
En 1808 los
acontecimientos se precipitan. El 17 de marzo se produce el Motín de Aranjuez y
Godoy es destituido, al mismo tiempo abdica Carlos IV en favor de su hijo
Fernando VII. El 23 de ese mes entran las tropas francesas en Madrid, pero
Fernando VII las ve como aliadas. El 20 de Abril llegan a Bayona Carlos IV y
Fernando VII convocados por Napoleón, el emperador consigue que para el 5 de
Mayo, ambos, padre e hijo, renuncien a sus derechos dinásticos y cedan la
corona al hermano de Napoleón, José I. Para entonces ya había estallado la
revuelta del 2 de Mayo en Madrid y los fusilamientos masivos del día siguiente,
que causan una indignación enorme entre la población. Rápidamente esos
acontecimientos trascienden al resto de España y los ánimos se caldean por todo
el país. La inmensa mayoría no reconoce a José I como su rey y, con Fernando VII
recluido en Francia, surge un vacío de poder que habría que solucionar lo antes
posible. De forma casi espontánea, se crean Juntas Provinciales en muchas ciudades y pueblos, formadas por
personas notables de cada lugar, su función sería intentar coordinar la
sublevación contra los franceses. De entre todas las Juntas Provinciales
destacó la de Sevilla, que se declaró a sí misma como “Junta Suprema de España e Indias” y es la que declara oficialmente
la Guerra a Francia el 6 de Junio de
1808, comenzando la Guerra de la
Independencia que se prolongará hasta
1814.
La
campaña contra los franceses de ese verano fue un éxito, obteniéndose triunfos
tan importantes como el de la Batalla de
Bailén (19 de Julio) el sitio de Zaragoza y la entrada del General Castaños
en Madrid, que consiguieron replegar al ejército francés hasta el norte del río
Ebro. A pesar de estos triunfos, la descoordinación militar y política eran
evidentes, así que fue necesaria la unión de miembros destacados de las
diferentes Juntas Provinciales en una Junta
Central Suprema y Gubernativa del Reino, que gobernaría España desde el 25
de Septiembre de 1808 hasta el 30 de enero de 1810. La Junta se establece en
Aranjuez y es presidida por el conde de Floridablanca.
Pero
la contraofensiva francesa no se hace esperar, y el mismo Napoleón entra en el
país al mando de 250.000 hombres bien armados y experimentados, “La Grande
Armée”, que barre literalmente de norte a sur la resistencia española y el
ejército británico desembarcado en la península. Estos acontecimientos ocurren
entre finales de 1808 y principios de 1809. La Junta Central abandona
rápidamente Aranjuez para huir a Sevilla y de aquí a Cádiz, que resiste un largo y brutal asedio desde el 2 de Febrero
de 1810 hasta el 24 de Agosto de 1812. Realmente el sitio no afectó sólo a la
ciudad de Cádiz, sino también a San Fernando , llamada en aquella época Real
Villa de la Isla de León, donde se establecerían la Junta Central y luego las
Cortes durante unos pocos meses.
Las tropas francesas se atrincheraron en las
ciudades del Puerto de Santa María, Chiclana de la Frontera y Puerto Real,
desde donde se dedicaron a bombardear Cádiz y San Fernando con cañones que
apenas alcanzaban los tres kilómetros, distancia insuficiente para afectarlas
seriamente, de ahí la guasa y coplillas que les sacaron los gaditanos: “con las
bombas que tiran… los fanfarrones…” (en la foto tenemos un mapa de la Bahía de
Cádiz y la parábola de los proyectiles lanzados)
La
Junta Central se disolvería a finales de Enero de 1810, desacreditada por las
derrotas militares frente a los franceses, y será sustituida por una Junta de Regencia formada por cinco
personas. Esta Junta sería la encargada de convocar las Cortes, que por fin
quedaron constituidas el 24 de Septiembre de 1810 en San Fernando (Isla de
León). El 19 de marzo de 1812, tras
muchísimos acuerdos y deliberaciones, terminan publicando la primera Constitución Española: “La Pepa”.
ETAPA 1: ACATAMIENTO A
LA JUNTA CENTRAL SUPREMA EN VILLARDOMPARDO
A
pesar de todo el tremendo lío acontecido en
1808, en las Actas Capitulares de Villardompardo no aparece en ese año
ninguna referencia a la guerra. El conde nombra a los cargos concejiles que
aparecen más abajo, enviando los documentos acostumbrados desde Madrid. Se
celebra el acto de toma de posesión de los cargos y se forman las juntas
acostumbradas, para llevar a cabo las actividades de siempre. Estos fueron los
cargos de aquel histórico año:
Para
Alguacil mayor a Juan Rodríguez
Alcaldes
ordinarios: Juan Gay de Oca y Diego de Ortega
Para
regidores: Francisco Gay, José de Rísquez
y Juan de Murcia
Para
alcaldes de campo: Juan Gay Casado y Miguel Peragón
Para
apreciadores: Julián Becerra y Francisco García de Torres (C
2 FOTO 50)
El 27 de febrero de
ese año, el vecino de Jaén D. José Espiga, que tenía bastantes propiedades en
Villardompardo, pidió al concejo ser admitido como vecino en este pueblo, pero
de forma casi unánime no se aceptó por “los perjuicios que podría causar dicho
señor”…no se dice nada más.
En Abril
se acuerda contratar el caballo “padre” de
D. Ramón María de Torres, que tenía en el “Burrueco”, para montar todas
las yeguas de esta villa que serían unas veinte cabezas. Lo de montar a todas
las yeguas, me da que pensar si no obedece a alguna orden del gobierno para
aumentar el número de caballos en todo el territorio por motivos de guerra. En
otros años pasados, han sido muy pocos los propietarios que estaban dispuesto a
criar potros, de todas formas no se hace referencia a ninguna orden.
En Diciembre,
como todos los años, se envían al conde las propuestas de cargos concejiles
para el 1809. (C 2 FOTO 54)
A partir de 1809 las
cosas comienzan a cambiar mucho y el número de actas capitulares se hace muy
abundante. Claramente se ve que la situación es complicada. Sin ir más lejos,
el conde de Villardompardo envía el nombramiento de los cargos concejiles desde
El Puerto de Santa María (Cádiz) y no desde Madrid. Como hemos comentado
anteriormente, los franceses ocupan entre finales de 1808 y principios de 1809,
casi la totalidad del país. La Junta Central Suprema, además de muchas otras
personas, se refugian en Cádiz y alrededores ya que aún no había comenzado el
sitio a la ciudad. El Conde de Villardompardo pudo formar parte de esa Junta Central
Suprema, pero hasta ahora no lo puedo confirmar con exactitud. Hay un tal
“Marqués del Villar” nombrado por Murcia y miembro de dicha Junta. Si fuese él,
debería poner “Conde del Villar o Marqués de Bélgida”, por eso me parece extraño
lo de “Marqués del Villar”, tal vez fuese un error.
El 6 de Junio de 1809 se
reúnen los miembros del concejo para cumplir una real orden del 26 de mayo
pasado, según la cual debería formarse en todos los pueblos una junta compuesta
por un regidor, un procurador síndico y un eclesiástico, con el fin de atender
asuntos de bagajes y alojamientos.
Se nombró a Antonio Morillas (regidor), Julián Becerra (procurador) y D. José
Molina (prior de la iglesia del pueblo). Como “Bagajes” debemos entender la contribución que deberían hacer los pueblos con carros y caballerías al
paso de las tropas, enseres y soldados enfermos por sus caminos. De ésto se
libraban los pueblos apartados por donde no pasaban las tropas de guerra. Ésta pudo ser la causa por la que, a
principios del siglo XX (posiblemente en 1913), el ayuntamiento de
Villardompardo se negó al paso por su término de la carretera comarcal que
transita por El Pilar de Moya, Escañuela
y Arjona. Me contaron que se opusieron a ello para evitar el paso y alojamiento
de tropas en el pueblo. (C 2 FOTO 62)
El 20 de Junio de 1809 se
recibe una carta del señor intendente de Jaén, D. Juan de Modenes, para que se
nombre en este pueblo a un comisionado y se pase por la contaduría de la ciudad
de Jaén. El motivo era firmar los recibos correspondientes del importe de los
suministros, que los vecinos de este pueblo habían enviado, el año pasado de
1808, a las tropas españolas. Se nombra como tal comisionado a Juan Rodríguez,
alguacil mayor de Villardompardo. Como vemos, nuestro pueblo contribuye de
forma directa a la manutención del ejército español.
El 31 de agosto de 1809 el
Sr. D. Ventura Escalante, Capitán General de los cuatro Reinos de Andalucía,
nombró desde Sevilla a Patricio García, vecino de Villardompardo, como
Subteniente Comandante de las dos escuadras de Milicia Honrada de esta Villa.
Las Milicias Honradas eran unos cuerpos creados por
mandato de la Junta Central Suprema, cuyo fin era mantener el orden en aquellos
pueblos donde la guerra no los afectaba directamente. Cada Milicia debería
estar formada por un número de personas proporcional a los habitantes del
pueblo, y sus miembros deberían ser personas que no necesitaran trabajar
diariamente como jornaleros para mantener a su familia, además, ellos mismos
tenían que proporcionarse el uniforme, caballería y armamento. No se dice
cuántos miembros formaron la Milicia Honrada en Villardompardo, sólo se nombra
a Patricio García. (C 2 FOTO 63)
El 6 de diciembre de 1809, se
envía al señor conde la propuesta doble de los cargos que deberían ocupar el
ayuntamiento para el año 1810. A finales del mismo mes se recibe el
nombramiento de los cargos concejiles para el siguiente año, firmado del puño y
letra del conde, pero esta vez envía el documento desde Cádiz capital.
Recordemos que en Febrero de 1810 comienza el sitio a la ciudad, y las tropas
francesas ocupan tres pueblos alrededor de la misma, uno de ellos El Puerto de
Santa María, donde residía el conde. Así que ante la inminente ocupación de
dicha localidad, este señor se ve obligado a trasladarse a Cádiz, lugar más
seguro.
La
ceremonia de traspaso de cargos se realiza el 6 de Enero en el ayuntamiento según la costumbre de
siempre.
ETAPA 2: DE ACATAMIENTO
A LA OCUPACIÓN FRANCESA EN EL AYUNTAMIENTO DE VILLARDOMPARDO
El 23 de enero de 1810, la ciudad
de Jaén es tomada por las tropas francesas y establecen
como centro de operaciones el Castillo de Santa Catalina. La ocupación durará
hasta el 17 de septiembre de 1812.
En esta última fecha el ejército francés tiene que abandonar la capital al ser
expulsado por las tropas angloespañolas. Durante los aproximados 2 años y 9
meses que dura la ocupación, Villardompardo acatará las órdenes que se le envía
desde Jaén por las autoridades afines a José I. De todas formas, durante todo
el año 1810, se respetarán los cargos del ayuntamiento nombrados en diciembre
del año anterior por el Conde de Villardompardo.
Unos
días más tarde ya se recibe la primera orden de las autoridades francesas:
El 31 de enero de 1810 se
reúne el Concejo de Villardompardo para tratar sobre dos cartas enviadas por el
señor intendente interino de la ciudad de Jaén, D. Ignacio Pérez, en el que se
incluye un extracto impreso de D. José
Napoleón, Rey de las Españas y de las Indias, según el cual cada individuo
militar de la clase que fuese, podrá retirarse a su domicilio siempre que
estuviese en provincias ya sumisas al nuevo rey, y con premios si se presentan
con caballo y armas. Con esta medida se pretendía retirar soldados que
estuviesen en contra de los franceses. (C 2 FOTO
69)
El 9 de febrero de 1810
muere el secretario del ayuntamiento D. Bernardo de Domingo Arranz, así que el
pleno municipal decide nombrar como nuevo secretario (lo llamaban “fiel de
fechos”) a Bernardo José de Armenteros, hombre inteligente y de confianza para
todos. Como Arranz también era “Fiel de fechos” del Real Pósito de Villardompardo,
fue necesario nombrar a otra persona para este fin, en este caso se decidió por
Gaspar Domingo y Pereda.
En
Julio de ese mismo año, Gaspar Domingo y Pereda, renuncia a su puesto de
secretario del pósito por tener sólo 17 años, y eran necesarios 25 años como
mínimo. Además, el sueldo que se le pagaba era muy bajo y no le dejaba tiempo
para trabajar en el campo, que era lo que realmente le proporcionaba dinero
para sustentar a su familia.
A
continuación aparece una interesante factura (traspapelada) del coste de los
portes, de grano y paja, que el pueblo de Villardompardo llevó a la ciudad de
Andújar para ser enviados a las tropas de Sevilla. Estos gastos fueron:
-
213 arrobas de paja, que costaron
3195 reales su porte.
-
19 fanegas de cebada y 15 de trigo
que costaron 1530 reales su porte.
-
Una fanega de garbanzos que costó
60 reales el porte.
-
Vino y vinagre (no se especifica
cantidad) que costó 775 reales el porte.
La factura está firmada el 15 de Noviembre de
1810
El 17 de
abril de 1810, José Bonaparte decreta una nueva
ordenación del territorio. Desaparecen los antiguos reinos, y el país se divide
en 38 prefecturas parecidas a los departamentos franceses. De hecho, en las
actas capitulares de Villardompardo, se
habla de departamentos y muy pocas veces de provincias, en lugar de
prefecturas. Estas prefecturas recibieron el nombre de accidentes geográficos,
sobre todo nombres de ríos. La actual provincia de Jaén, quedó englobada en la Prefectura del Guadalquivir Alto, con
capital en Jaén. Al mando de cada prefectura se encontraba un Prefecto, figura
similar a la de un gobernador. Esta nueva ordenación territorial durará hasta
1813, pero no se pudo implantar en todo el territorio nacional.
El 6 de
noviembre de 1810, sabemos que el Conde de
Villardompardo entra a formar parte de las Cortes de Cádiz, ya que en el Diario
de Sesiones (Sesión Secreta) D. Juan de
la Cruz Belvís de Moncada, III Marqués de Bélgida y Conde de Villardompardo, toma
juramento en calidad de sumiller de
corps interino durante la regencia del Marqués de Castelar. También se puede
comprobar que no está entre los firmantes de la Constitución de 1812, así que
su permanencia en las Cortes debió de ser corta.
El 4 de
Diciembre de 1810 aparece
un informe muy interesante, en el que se refleja la riqueza del conjunto de los
vecinos y forasteros que poseen algún bien en el término de esta villa. También
el valor de los bienes que antes fueron del “Exmo. Señor Marqués de Bélgida y Mondéjar” (Conde
de Villardompardo) y que ahora son nacionales. José Domínguez y Antonio Alcalá,
fueron nombrados por el ayuntamiento como peritos para calcular el
“justiprecio” de todos los bienes. Estos fueron:
- El valor del caudal y bienes de todos los
vecinos se justipreciaron en 478.430
reales.
- El valor de los hacendados forasteros se
justipreciaron en 911.810 reales.
- El caudal de D. Manuel María de la Orden, que
son todas las tierras y huertas que en este término tenían los bienes
nacionales que se adquirieron del expresado Marqués de Bélgida ascienden a 333.500 reales.
Este último párrafo está copiado literalmente
porque no llego a entenderlo bien. Interpreto que todos los bienes del Conde
fueron nacionalizados y cedidos a D. Manuel María de la Orden para su
aprovechamiento agrícola.
- El valor de los términos nacionales de esta
villa la justipreciaron en 867.100
reales (entiendo por estos bienes a todos los que poseía el municipio:
dehesas, montes y tierras de ruedo)
Posteriormente aparecen valoradas las tierras
de labor y otros bienes de forma muy precisa:
- 130 fanegas de tierra de labor de 1º a 1000
reales……………………… Total 130.000 reales
- 310 fanegas de tierra de labor de 2ª a 750 reales……………………… Total 232.500 reales
- 334 fanegas de tierra de labor de 3ª a 350 reales……………………… Total 116.900 reales
- 2111 olivos de 1ª clase a 240
reales……………………………………………...Total 506.640 reales
- 1150 olivos de 2ª clase a 140
reales………………………………………………Total 161.000 reales
- 100 olivos de 3ª clase a 40
reales………………………………………………….Total 4000 reales
También se valoraron las posesiones que habían
sido del Señor Conde en el casco urbano
de Villardompardo. Estas fueron:
- Casa Cortijo del Conde (se refiere al
castillo)……………………………….Total 5.000 reales
- El Horno de Pan-cocer…………………………………………………………………Total
4.000 reales
- El molino de aceite……………………………………………………………………..Total
4.000 reales
- La Bodega y el Granero……………………………………………………………….Total
2.000 reales
-Las tres huertas…………………………………………………………………………Total
6000 reales (valían más que el castillo) (C 2 FOTO
97, 98)
El 12 de
enero de 1811, da comienzo una etapa totalmente
diferente en el ayuntamiento de Villardompardo. El Señor Prefecto de la provincia, envía una orden para que se elijan a
veinte individuos adecuados para ocupar los cargos del consistorio. De ellos,
dicho señor elegiría a los diez que formarían la municipalidad del pueblo, así
que por primera vez después de siglos, no será el conde quién lo decida, y
jamás lo volverá a hacer.
Finalmente, el 28 de enero, el prefecto nombra
a estas diez personas que tenemos en la
foto.
A primeros de febrero todos juran su cargo, y
el tres de ese mes se eligen las diferentes juntas para el pósito, propios,
fiestas… (C 2 FOTO 84)
El 15 de
abril de 1811 se recibe una orden del señor Prefecto de este
Departamento, para que se mande una comisión nombrada por este ayuntamiento,
con el fin de liquidar cuentas en la Tesorería de Jaén con todo lo que este
pueblo había contribuido al ejército francés, desde el año pasado de 1810 hasta
la fecha de hoy. Nombraron a Juan Rodríguez para que fuese a dicha tesorería
para liquidar cuentas y suministros. Estos fueron los extractos de los recibos
que se presentaron al señor Prefecto de este Departamento:
● Primero, un recibo de 6331 reales que era el
cupo que le correspondía pagar a este pueblo de un total de 7.344.400 reales,
que el Duque de Dalmacia tenía asignado a esta provincia para la subsistencia
de la tropas acantonadas en “las Andalucías” (se refería a tropas francesas).
Este recibo fue pagado en junio de 1810.
● Recibo de 3745 reales pagado en Jaén por Juan
Rodríguez por la contribución que mandó repartir el conde Sebastiani en febrero
de 1810.
● Otro recibo de 1465 reales pagados a la
tesorería de Jaén, por el cupo que le correspondía por los 700.000 reales que
deberían pagar entre todos los pueblos de la provincia. Recibo de septiembre de
1810
● Recibo de 2807 reales pagados en Jaén el 16
de enero de 1811 que le correspondía a este pueblo por los 500.000 reales de
contribución mensual.
● Otros 3489 reales por el cupo en el
repartimiento de 333.333 reales. Pagados el 13 de diciembre de 1810.
● Recibo de 1000 reales pagados en la Tesorería
de Jaén el dia 16 de enero de 1811
● Otro recibo de siete camas completas que se
han pagado en Jaén con fecha del 21 de enero de 1811
● Recibo de 9604 reales por la quinta parte del
grano que había en el pósito y la totalidad del dinero que había en metálico,
pagado el 22 de junio de 1810
● Otro recibo de 8186 reales por la quinta parte del
grano del pósito y la totalidad de lo que había en metálico, pagado el 5 de
julio de 1810
● Recibo de 2985 reales por el mismo motivo que
los dos anteriores, pagado el 10 de julio de 1810.
● Otro recibo de 2520 reales pagados a la
tesorería de Andújar por el valor del vino enviado a las tropas acantonadas en
Sevilla.
● Recibo de 15 fanegas de trigo, 19 de cebada,
4 arrobas (no se dice de qué) y quince libras de garbanzos enviados a Andújar
el 5 de octubre de 1810 para mandarlos a las tropas de Sevilla.
● Otro recibo de 216 arrobas de paja por el
mismo motivo anterior, el 5 de octubre de 1810.
Como vemos, el desembolso que tuvo que hacer
Villardompardo para contribuir a las tropas francesas acantonadas en Sevilla
fue tremendo para sus recursos. (C 2 FOTO 85)
El 10 de
noviembre de 1811 se reciben unas órdenes para llevar
lo antes posible el trigo de la tercia de Villardompardo a los almacenes de
reserva de Andújar. También 1729 reales para la construcción de hornos en esa
ciudad, que deberían obtenerse del pago de todos los habitantes del pueblo.
El 24 de noviembre de 1811
se recibe una orden del señor Prefecto de la provincia para que se renueven
cinco de los diez cargos municipales del ayuntamiento para el año venidero de
1812. En este acta se hace constar el nombre de los otros cinco municipales que
van a continuar para el año próximo, ya que eran personas de gran valía por
ocupar cargos importantes en el municipio, éstos eran: Bartolomé Gay, Diego
Ortega, Pedro de la Cámara, Antonio Higuero (viene escrito Yguero) y Bonoso de
Amor. (C 2 FOTO
89)
El 1 de
diciembre de 1811 se lleva a cabo la votación de los
cinco nuevos municipales para el año 1812. La elección se haría en la iglesia
parroquial tras el toque de campana (el prior era D. Bartolomé de Alcázar).
Sólo podrían votar aquellas personas que habían contribuido con paja y
utensilios al ejército francés. Estos votantes fueron: Juan Rafael de Anguita,
Gaspar de Domingo, Francisco de Medina, Juan de la Cámara Pariente, Julián
Becerra, Antonio Morillas, Francisco de la Cruz, Francisco Calvache, José
Domínguez, Juan de Morales, Juan Simón Fernández y Luis Hijosa (doce en total).
Eligieron a los cinco nuevos cargos municipales: Antonio Morillas, Julián
Becerra, Fernando de Moya, Antonio Ximénez y Alonso Manuel García. (C
2 FOTOS 94 Y 95)
En
diciembre de 1811 (sin especificar día) se reúne la
Junta Municipal para acordar la compra de cuatro caballerías para las brigadas
de este pueblo (tal vez se refieran a las Milicias Honradas de las que ya hemos
hablado). Los miembros de estas brigadas estaban utilizando animales de su
propiedad, así que protestaron ante el ayuntamiento por el perjuicio que les
estaba causando el desgaste de sus animales. Es por ello que se decide comprar
cuatro “caballerías mulares” pagadas por todo el vecindario. (C
2 FOTO 98)
El 15 de
diciembre de ese mismo año, se reúne la Junta Municipal
compuesta por: Juan Rodríguez (corregidor), Patricio García y Pedro Ruíz
(Regidores), Bartolomé Gay, Diego de Ortega, Pedro de la Cámara, Antonio
Higuero, Bonoso de Amor, Alonso Manuel García, y Antonio Ximénez. “Todos dichos
señores municipales de la Primera División” (así los llamaban) deberían nombrar
entre todos a un corregidor y a dos regidores para el año que viene; la
votación sería secreta. Los resultados de la elección fueron:
Para corregidor a Julián Becerra.
Para primer regidor a Bonoso de Amor
Para segundo regidor a Bartolomé Gay
Los cargos los deberían ocupar a partir del primero
de enero. También se remitió el resultado de la votación al señor Prefecto del
Departamento. (C 2 FOTO 99)
El 27 de
Diciembre de 1811 se compran dos caballerías mulares
para las brigadas a Pedro “Carraolo”, por 1500 reales, con la condición de que
llevasen también su aparejo. Las dos que faltaban las vendió Juan Rodríguez, el
corregidor del pueblo. El coste corrió a cargo de todos los vecinos… como
siempre.
Como veis en la foto del margen, el 23 de
diciembre de 1811, el Prefecto de Jaén aprueba los nombramientos de los cargos
municipales para el año 1812.
El 31 de
diciembre, las tres personas anteriores (corregidor y
los dos regidores nombrados) juraron el cargo "por Dios Nuestro Señor e
hicieron la señal de la Cruz”, atendiendo siempre a Dios y a su majestad
(refiriéndose a José I).
El 1 de
enero de 1812 se reúne la Junta de Gobierno en las Casas
Consistoriales para nombrar a todos los
demás cargos habituales del ayuntamiento: Guardas del Campo, Junta del
Pósito, Apreciadores del Concejo, Alguacil Mayor, Alcaldes de la Santa
Hermandad, Depositario de Propios, Toldero de la sal, Apreciadores del Campo,
Comisario de Fiestas y Fiel de “Fechos”. La mayoría no sabía escribir y
firmaban los cargos con la señal de la cruz. (C 3 FOTO 4)
Uno de los cargos más importantes era el de Guarda
del Campo, que fue otorgado a dos personas: Juan Vicente Armenteros y Miguel
Peragón, cuya función será velar por los plantíos, heredades, sementeras, montes
y dehesas de este término; con capacidad para poder denunciar todo lo que
considerasen como delito.
El 10 de
enero de 1812, D. José de Espiga pide de nuevo vecindad en
Villardompardo, ya que tenía aquí mucha hacienda y necesitaba vivir en esta
villa para atender a sus necesidades agrícolas. El 20 de enero se admite a
dicho señor como vecino, pero debe participar en los repartimientos e impuestos
que se pagan en esta municipalidad. Recordemos que el 27 de febrero de 1808
también la solicitó pero le fue denegada.(C 3 FOTO 7)
El 28 de
enero de 1812 se reúne la Junta Municipal para atender una
queja del conductor de correos. Resulta que como no llevaba escolta, estaba
expuesto a ser insultado por los caminos y si algo le ocurría sería
responsabilidad de este ayuntamiento, así que Pedro Calahorro, vecino de este
pueblo, se ofreció a escoltar con su “caballería” a dicho conductor de correos.
Todo se aprobó en el pleno de ese día. (C 3 FOTO 10)
COMIENZA
LA DEFORESTACIÓN DE LOS MONTES Y DEHESAS DE VILLARDOMPARDO
En febrero de 1812,
la Junta Municipal pide permiso al Señor Prefecto de esta provincia para talar
numerosas encinas y chaparras de este término. Los peritos del campo habían
dado una vuelta de reconocimiento y habían llegado a la conclusión de que era
necesario entresacar, cortar y limpiar muchas encinas de algunos lugares como
“La Vereda”, que en sus dos terceras partes se encontraban envejecidas,
“ahonquilladas” y llenas de “escarcia”. De no ser así no podrían fructificar
las más jóvenes. Por las mismas razones era necesario cortar la mitad de los
árboles del “Barranco Rodrigo”, “El Chaparral” y la “Dehesa de Yeguas”. En
marzo, el señor prefecto da permiso para dicha tala, pero con la condición de
que los peritos del campo sean responsables y no se excedan en el número de
árboles cortados. (C 3 FOTO 21)
El 1 de abril de 1812
D. Francisco de la Torre Cárdenas, perito de Jaén, junto con Alonso Gay y
Manuel Becerra, peritos de esta vecindad, hacen un reconocimiento de estos
montes y dehesas por orden del señor Prefecto de esta provincia, y certifican
que han contado la cantidad de 4120 encinas y chaparras por un valor de 9545
reales de vellón. Tardaron treinta y un días en hacer dicho recuento. (C
3 FOTO 21)
El 20 de Abril de 1812,
Francisco Balcarcel de Jaén y Juan Gordal de Torredonjimeno, cuyo fiador en
Villardompardo era Manuel Becerra, aprovechan la mala situación del arbolado de
este término para solicitar a la Junta Municipal, pagarle la cantidad de 2300
reales de vellón por cortar mil encinas y chaparras para hacer carbón. Dichas
encinas se encontraban en el Monte, Dehesa de Yeguas y el Chaparral. Los
árboles ya se habían marcado y estaban muy cerca de la linde con el término de
Torredelcampo. Los carboneros pagarían este año 1000 reales al ayuntamiento y
los 1300 restantes se abonarían a plazos. El municipio necesitaba dinero para
sufragar los gastos de los suministros que enviaba a las tropas, y sus tierras
comunales eran una fuente de ingresos rápida y fácil.
El 3 de
Agosto de ese año, el ayuntamiento nombra a dos
peritos del pueblo para que se haga un recuento de las encinas cortadas por
orden del Prefecto de la provincia, sin contar las taladas anteriormente por
los carboneros. Al día siguiente se presentan los peritos y declaran haber
contado 1248 encinas y chaparras.
El
tema de la conservación de los montes estaba muy vigilado. Para cortar encinas
y chaparras había que pedir permisos que a veces tardaban meses en ser
concedidos. Los montes comunales eran una fuente de riqueza para los
ayuntamientos y vecinos, así que su cuidado era máximo. A partir de este
momento comienza su deforestación y algunos años más tarde su expropiación y
venta. Ya se verá en otros capítulos. (C 3 FOTO 77
traspapeladas antes de 1811)
OTRA VEZ EL CASO DEL
SEÑOR ESPIGA
El 7 de
Junio de 1812 se reúne la Junta Municipal para tratar de
nuevo el asunto del señor D. José de Espiga, que había sido aceptado como
vecino de este pueblo en el mes de enero pasado. Las condiciones habían sido
que: debería instalarse en la localidad con toda su familia y tenía que dar
todos los suministros que se le pidiesen: subsistencias, embargos, alojamientos…(se
entiende que para las tropas francesas). Se le habían mandado notificaciones
para que contribuyese con yeguas, carnes, embargos de grano, etc y a nada había obedecido. Ante esta
situación, el alguacil mayor le mandó una notificación para que en el plazo de
quince días regularizase su residencia con la familia en Villardompardo, y
contribuyera con todo lo que se le pidiera, de no ser así sería borrado de los
libros de vecindad y considerado como un forastero hacendado más. Unos días más
tarde, D. José de Espiga notificó al ayuntamiento que le era imposible
instalarse en Villardompardo con su familia, así que solicitó vecindad en
Porcuna donde se la concedieron. Debemos
aclarar que D. José de
Espiga era la tercera persona forastera con más hacienda en este término,
valorada en 63.712 reales, después del Conde de Villardompardo y de D. Antonio
de Torres, ambos forasteros. (C 3 FOTO 12)
UN
CASO DE CORRUPCIÓN
En Julio de
1812, el Prefecto de Jaén (Manuel de Echazarreta) cesa de
manera fulminante al corregidor, los dos regidores y al “Fiel de Fechos” de
Villardompardo, parece ser que hubo algún problema con los fondos del Real
Pósito de Villardompardo, pero no se especifica cuál. Los cesados serán
sustituidos por Antonio Morillas como corregidor, Fernando de Moya como primer
regidor, Antonio Ximénez como segundo regidor y a Juan José de Águila como
“Fiel de Fechos”. También cesaron los miembros que formaban la Junta del Real
Pósito y de Propios. El anterior Fiel de Fechos: Bernardo José de Armenteros,
debería entregar al entrante (D. Juan José de Águila) todos los libros donde se
anotaban los inventarios del Pósito, así como los demás papeles y documentos
que poseía. Bernardo estuvo desaparecido durante varios días en Jaén, según
decía su mujer. Al final no se dice nada de cómo se resolvió el problema y qué
ocurrió exactamente con los fondos del Pósito. (C3 FOTOS
16,17,18)
ETAPA
3: FASE CONSTITUCIONAL EN EL AYUNTAMIENTO DE VILLARDOMPARDO
En
septiembre de 1812 el ejército español, al mando del
teniente Coronel Antonio María Porta, entra en Jaén acabando así la ocupación
francesa en la ciudad. Desaparece la Prefectura del Guadalquivir Alto así como
el sistema político y jurídico aplicado por los franceses. La represión con
todos aquellos que habían colaborado en el sistema político de José I se hace
muy evidente. Entra en vigor la Constitución de 1812, promulgada el 19 de
marzo, y son cesados los cargos de las Juntas Municipales nombrados durante la
ocupación francesa. (C 3 FOTO 24)
El 25 de octubre de 1812 se inicia el proceso de elección de
los cargos concejiles para el nuevo ayuntamiento constitucional. Dichos cargos
ocuparán sus oficios en lo que resta de año y para todo el siguiente de 1813.
Esta elección se regirá según el Decreto CLXIII del 23 de mayo de 1812, que
ordenaba lo siguiente: “los ayuntamientos constitucionales de aquellos pueblos
con menos de 200 vecinos deberían estar constituidos por un alcalde, dos
regidores y un procurador síndico”. La forma de nombrarlos sería la siguiente:
Los vecinos que se hallen en el ejercicio de
los derechos de ciudadano, se reunirían en el mes de diciembre de cada año para
elegir a un grupo de nueve electores
(en los pueblos que no lleguen a mil vecinos, como era el caso de
Villardompardo) y estos electores deberían reunirse el día festivo más próximo,
para deliberar y elegir a las personas más adecuadas para ocupar los cuatro
cargos antes mencionados para el año siguiente. Como este año fue especial por
la ocupación francesa, el proceso se inició mucho antes, en octubre.
En
Villardompardo, el 25 de octubre, se
reúnen un total de 55 personas en el ayuntamiento para votar a los nueve
electores que posteriormente decidirán quiénes serán el alcalde, los dos
corregidores y el procurador síndico. Estos nueve electores elegidos fueron:
Manuel de Medina, Juan Rodríguez, Alonso Manuel García, José Domínguez, Gaspar
de Domingo, Bernardo José de Armenteros (mayor), Fernando de Moya, Juan de
Cuenca y Francisco Patricio García.
El 31 de
octubre se decide la exclusión de este grupo de Bernardo José de Armenteros y
Fernando de Moya, no se especifica el motivo, pero podría deberse a su
participación en el ayuntamiento en la época de ocupación francesa o al
problema que hubo con los fondos del Pósito unos meses antes. En su lugar se
nombran a los dos siguientes en número de votos: Luis de Torres y Pedro
Morillas.
Se decide que al día
siguiente se reunirán a las diez de la mañana en las Casas Consistoriales para
elegir al primer ayuntamiento constitucional de la historia.
El día 1 de Noviembre de
1812 se reúnen los nueve electores y cada uno elige al alcalde, regidor 1º,
regidor 2º y procurador síndico que cree
más adecuado. Se hace el recuento y las personas ganadoras fueron:
Alcalde
ordinario: Alonso Manuel García.
Regidor 1º:
Manuel de Medina.
Regidor 2º:
Gaspar de Domingo.
Procurador
Síndico: Juan de Murcia. (C
3 FOTO 30)
Estos
cuatro señores se vuelven a reunir el mismo día para nombrar a una gran
cantidad de cargos: Secretario a Juan José de Águila, Alguacil Mayor a Francisco
de Medina, Alcaldes del Campo a Juan Gay Casado y Juan de Alcalá, Apreciadores
de los Bienes del Campo a Francisco García de Torres y Francisco Gay, para
Comisario de fiestas a D. Juan Rafael de Anguita, para Procuradores de Pleitos
a Juan de Morales y Atanasio Gutiérrez, también se nombraron a cuatro
repartidores, toldero de la sal, Fiel de Fechos (que fue el secretario),
depositario de los Bienes de Propios y Repartidor de la Santa Bula.
Muy interesante es el informe que
aparece en enero de 1813 sobre los suministros que
había proporcionado el pueblo de Villardompardo desde septiembre de 1812, fecha
de entrada de las tropas españolas a esta provincia, hasta la fecha actual (12
de enero de 1813). De estos suministros se habían beneficiado: los almacenes de
la ciudad de Jaén, la villa de Mengíbar, la casa de postas de Escañuela,
caballerías y peones que diariamente se ocupan en el retén o la brigada de la
ciudad de Jaén y al tránsito de las
tropas por esta villa (es la primera vez que se habla claramente del paso de
tropas por este pueblo, no se especifica nada más). El listado de los
suministros es largo:
●Suministrado
a los almacenes de Jaén
- Cuarenta
fanegas de cebada a los almacenes de Jaén por un valor de 2.640 reales.
- Siete
fanegas y cuatro celemines de habas a dichos almacenes por un valor de 753 reales.
- Cincuenta
y seis arrobas y 22 libras de carne (precio ilegible)
- Hay algo
ilegible.
- Cuatro
fanegas y dos celemines de garbanzos por un valor de 833 reales.
- Ochenta y
nueve arrobas de paja por 178 reales.
●Suministrado
a la Villa de Mengíbar:
- 177
raciones de pan para la tercera división del cuarto “Exercito” por un valor de
312 reales.
- Una
fanega de habas a dicho “Exército” por un valor de 100 reales.
- Cuatro
arrobas y 18 libras de carne por un valor de 295 reales.
- Cuatro
fanegas de cebada por un valor de 264 reales.
●Suministrado
a la casa de postas de Escañuela:
- Once
fanegas y tres celemines de cebada para los caballos de la casa de postas de
Escañuela por un valor de 742 reales.
●Suministrado
a las caballerías y peones de la Brigada de Jaén:
- Por
cuatro caballerías y dos peones que esta villa ha mantenido en dicha brigada,
ha suministrado cuatro fanegas de cebada para los caballos por 264 reales y para
los peones 54 raciones de pan valoradas en 95 reales.
●Suministrado a
las tropas que habían pasado por Villardompardo:
- 594 panes
de a dos libras, que equivalen a doce
fanegas y tres celemines de trigo, valorados en 1.484 reales.
- 19
fanegas y diez celemines de cebada por un valor de 1.309 reales.
- 323
raciones de menestra fina por un valor de 230 reales.
- Tres
arrobas de aceite “por haber faltado carne y Vacalado” por un valor de 270
reales.
- 143
raciones de aceite para “conducción de dispersos” para la Isla de León: 33
reales.
- Dos
raciones de pan para dos soldados ingleses que han pasado por aquí: 3 reales.
- Dos
raciones de vino para los mismos: 2 reales.
- Gasto de
43 reales de vellón en tres desertores.
-171 cuartillos de vino por un valor de 371 reales.
-375 libras
de carne por un valor de 892 reales.
- Tres
reales y 24 maravedíes por dos individuos en razón de “Etapa”
En total se
suministraron productos por un valor de 14.595
reales para la subsistencia de las tropas españolas. Se dice en el informe
que el ayuntamiento no había podido contribuir a dichos suministros por no
tener medios, así que le había tocado hacerlo al vecindario que gustosamente
contribuyó con lo que se le dijo. Supongo que lo de “gustosamente” sería un
decir. (C 3 FOTO 35)
El 7 de febrero de 1813, el maestro de primeras letras D.
José Gabriel Ximénez de Torredelcampo, solicita al ayuntamiento Constitucional de Villardompardo ocupar
la plaza de maestro en esta villa, ya que así lo recomendaba la constitución.
El ayuntamiento lo aprueba y fija su asignación en 300 reales, más los 500
reales que tenía asignados el Marqués de Bélgida al maestro de la villa, además
de lo que cada niño debería pagarle mensualmente. (C 3 FOTO 32)
En diciembre de 1813 se reúnen 44 personas para seguir el
mismo proceso de elección para el ayuntamiento que en octubre de 1812. Había
que elegir a los nueve vocales que luego votarán a los componentes del
ayuntamiento constitucional para 1814 (el segundo de la historia). Estos nueve
vocales fueron: Antonio Alcalá, Cristóbal García, Antonio Ximénez, Fernando de
Moya, Antonio Morillas, Antonio Higuero, José de Moya, Francisco Patricio
García y Juan Rodrigo García. Se reúnen el 30 de diciembre y cada uno de los
nueve vota a un alcalde, un regidor (sólo se renovaba a uno de los dos
regidores de la villa, Manuel de Medina continuaría) y a un síndico.
Los
elegidos fueron:
Para
alcalde Antonio Morillas con cinco votos.
Para
regidor Antonio Ximénez con sólo dos
votos.
Para
síndico Juan Rodríguez, no se especifica el número de votos. (C3 FOTOS 45,46,47,48,49,50)
El 2 de enero de 1814 se reúnen los cargos anteriores para
nombrar a todos los demás oficios del ayuntamiento, como ocurrió a finales de
1812. (C 3 FOTO 50)
En Marzo de 1814 continuaba la corta de encinas en el
monte y surgieron ciertos desórdenes, ya que muchos vecinos traían leña de
encina sin permiso, así que fue necesario imponer multas para evitarlo. (C 3 FOTO 51)
FIN DE LA GUERRA Y VUELTA
AL ABSOLUTISMO
En julio de 1812 el duque de Wellington, al mando de un ejército anglohispano, expulsó
a los franceses de Andalucía. La desastrosa campaña de Napoleón contra Rusia,
hizo necesaria la retirada de buena parte de las tropas francesas de la
Península Ibérica para apoyar al frente ruso. Además debemos tener en cuenta el
enorme desgaste que supuso para las tropas francesas la intervención de las
guerrillas españolas dispersas por todo el territorio nacional. Por fin el 31
de agosto de 1813 el ejército
hispano-luso-británico, al mando de Wellington, derrotó a los franceses en la
batalla de San Marcial, en la misma
frontera del Bidasoa, expulsándolos definitivamente de España.
Fernando
VII y algunos miembros de la familia real, estuvieron los seis años de guerra
recluidos en el Castillo de Valençay, en el centro de Francia, por orden de
Napoleón. Fernando VII se comportó en aquellos años como un adulador vergonzoso
del Emperador (así lo reconoció el mismo Napoleón). En diciembre de 1813 se
firma el Tratado de Valençay por el que
Napoleón, ya derrotado, reconoce como Rey de España a Fernando VII
devolviéndole todos sus territorios y propiedades anteriores a 1808.
El 7 de marzo de 1814 se le concede el pasaporte al rey y
el 14 del mismo mes sale de Valençay. Siguió un extraño itinerario para evitar
jurar la Constitución Española, y el 16 de abril llegó a Valencia, donde un
grupo de 69 diputados absolutistas de las Cortes, le presentó un documento
conocido históricamente como “El Manifiesto
de los Persas” (foto del margen) que propugnaba la derogación de las Cortes
de Cádiz y la vuelta al absolutismo. El
4 de mayo de 1814 el rey Fernando promulga un decreto por el que quedan derogadas las Cortes de Cádiz y la
Constitución de 1812, restableciendo la Monarquía Absoluta e iniciándose la
persecución y destierro de los liberales por todo el territorio. Así acaba la
primera oportunidad que tuvo este país de convertirse en un país moderno.
Muchos apoyaron esta iniciativa, entre ellos la nobleza que recuperó los
privilegios que tuvo en el antiguo régimen. Sin ir más lejos, el conde de
Villardompardo recuperó sus privilegios en esta villa, excepto la elección de
los cargos del ayuntamiento que se realizarían desde la Chancillería de
Granada, tras estudiar la propuesta que se enviaba desde Villardompardo.
El 30 de agosto de 1814 se reúnen los señores que componen el ilustre
ayuntamiento de Villardompardo para cumplir la Real Cédula de su majestad del
30 de Julio de ese mismo año. En esta Real Cédula se ordenaba la disolución de
los ayuntamientos constitucionales y que se citen a los individuos que
componían el ayuntamiento antes del 18 de marzo de 1808 para que ocupen los
cargos que ejercían en aquel año, si faltaba alguno debería de sustituirse por
el que se considerase más adecuado. Así que los cargos del primer ayuntamiento
de esta nueva etapa absolutista fueron:
-
Alcaldes ordinarios: Juan Gay de Oca, como Diego de Ortega ya había muerto, se
nombró a Juan de Cuenca.
-
Diputados de abastos: Manuel José de Moya y Francisco Patricio García.
-
Para regidores: Francisco Gay, José de Rísquez
y Juan de Murcia.
-
Procurador Síndico del Común: Atanasio Gutiérrez.
-
Alguacil Mayor: Francisco de Medina
Esta
propuesta fue enviada a la Real Chancillería de Granada para que desde allí se
diera su aprobación. (C 3 FOTOS 36,37,38)
FALLECIMIENTOS EN
VILLARDOMPARDO DURANTE EL TRANSCURSO DE LA GUERRA
No
se dice nada en las actas capitulares sobre el padecimiento de la población
civil durante la guerra, pero es lógico pensar que lo debieron de pasar
bastante mal. El hecho de tener que pagar con suministros a los diferentes ejércitos,
provocaría escasez y hambrunas en la población, sobre todo en las familias más
desfavorecidas. La única forma de averiguar este padecimiento es contabilizando
el número de entierros en los libros sacramentales del Archivo Parroquial de
Villardompardo.
En
la tabla y gráfica de barras adjuntas, podemos comprobar como aumenta bastante
el número de fallecimientos en los años 1811, 1812 y 1813, tanto en adultos
como en niños (párvulos). Además observamos un gran descenso de los mismos en
el 1814, cuando acaba la guerra.
La
coincidencia del aumento del número de muertes con los años de guerra,
confirmarían que este incremento en los fallecimientos sería una consecuencia
directa del conflicto bélico.
FUENTES
CONSULTADAS
-
Archivo Histórico Municipal de
Villardompardo. Tomo IV de las Actas Capitulares.
-
Archivo Parroquial de la Iglesia de
Villardompardo. Libro de Bautismos de esa época.
-
Diversas páginas de internet sobre
Historia de España.
-
Relatos de algunas personas del pueblo,
en este caso Atanasio Jiménez.
ACLARACIÓN:
La extensión de este capítulo se debe a la gran cantidad de información
encontrada en las Actas Capitulares del ayuntamiento de Villardompardo durante
la Guerra de la Independencia. No me ha parecido correcto dividirlo en dos o en
tres, ya que perdería continuidad.
Carlos Ramírez Perea