“DE OCA”, HISTORIA DE UN APELLIDO Y DE UNA MUJER
AFORTUNADA.
Mi curiosidad
sobre el apellido “de Oca”
surge a partir de la historia de una
señora llamada María Soledad Fernández
de Oca. El relato me lo contaron Mª Pepa Gómez y Soledad Domínguez
(tataranietas de ella). A partir de aquí comenzamos a investigar el origen del
curioso apellido en los archivos parroquiales de Villardompardo.
Todo comenzó con Manuel de Oca, natural de la ciudad de Andújar, casado con Juana de Mérida.
Debió llegar a nuestra localidad entre 1731 y 1748 y ya tenía tres hijos: un
hijo mayor llamado Rafael de Oca de Mérida, nacido sobre el 1725; una hija de la que desconocemos su nombre y que debió
nacer alrededor de 1726; y un hijo menor llamado Benito de Oca de Mérida, que nacería alrededor de 1731. Sabemos que
en 1751 Manuel de Oca ya tenía 55 años y ocupaba el puesto de Sacristán Mayor
en la iglesia Parroquial de la Concepción de María Santísima de Villardompardo
(así la llamaban en aquella época). Cobraba por ello doce fanegas de trigo
anuales, además de 132 reales al año como salario y 220 reales por emolumentos
de entierros, velas y fiestas. Vivía en una casa propiedad de la iglesia en la
calle del Llano (actual Virgen de la Cabeza), dos casas más abajo de la Caja
Rural. Convivía con su esposa Juana de Mérida, de 60 años, su hija soltera de
25 años, un sobrino huérfano de ocho años, llamado Alonso de Oca, y un señor
llamado Fernando Cazalilla que era zapatero.
Benito de Oca se
casa en primeras nupcias con Rosa de Contreras, señora mayor con quién no tiene
hijos pero hereda importantes propiedades. En segundas nupcias se casa con Josefa Antonia (desconozco los apellidos),
fruto de este segundo matrimonio nacen al menos cinco hijos: Sebastiana, Clara,
Francisca, Mª Dolores y el único varón Manuel
de Oca (igual que su abuelo). Manuel se casó con Ana Sabina de Cárdenas y
tuvieron como hija a Josefa de Oca.
Soledad se casa
con Juan Antonio Gómez (éste nace en 1829 y fue alcalde del pueblo en 1869) y poseían
una tienda en la casa donde vivían.
Un día fueron a
Jaén con la intención de comprar género para la tienda, y unos vecinos del
pueblo le encargaron un décimo de lotería. Una vez en Jaén, compraron la
lotería del encargo y otro décimo para ellos, pero no del mismo número porque
por lo visto no quedaban más. Después de un tiempo, volvieron a la capital a
comprar más género y de paso se llegaron a la administración de lotería. Cuál
fue su sorpresa al comprobar que su billete estaba premiado, no sabemos la
cantidad, lo que sí ha trascendido es que se lo pagaron en duros de plata de
Amadeo I. La cantidad de monedas fue tal que las tuvieron que guardar en una
talega y en el pañuelo del pelo que llevaba Soledad. Asustados por la cantidad
de dinero del premio, se volvieron al pueblo sin hacer la compra. Algunas de
esas monedas fueron regaladas como recuerdo a sus hijos, y un descendiente aún
conserva la moneda de la foto anterior.
Juan Antonio
Gómez y Maria Soledad Fernández de Oca tuvieron cuatro hijos, todos ellos se
casaron y tuvieron descendencia. Estos hijos fueron:
●Ana Gómez
Fernández, que se casó con Antonio María Serrano. De este matrimonio nacerían 6
hijos (nietos de Soledad), todos se casaron y tuvieron 21 hijos en total (21 biznietos de Soledad)
●José Gómez
Fernández (fue secretario del ayuntamiento en los años 20), casado con María
Francisca Ortega Béjar. De este matrimonio nacerían 3 hijos (nietos de
Soledad), dos de ellos se casaron y tuvieron 7 hijos en total (7 biznietos de
Soledad)
●Juan Antonio
Gómez Fernández, que se casó con María Pérez. De este matrimonio nacerían dos
hijos (nietos de Soledad), los dos se casaron y tuvieron 3 hijos en total (3
biznietos de Soledad)
●Francisco Gómez
Fernández, que se casó con Rosario Ortega. De este matrimonio nacerían 5 hijos
(nietos de Soledad), cuatro de ellos se casaron y tuvieron 10 hijos en total
(10 biznietos de Soledad)
En total Soledad
tuvo 41 biznietos/as y algunos/as de ellos
todavía viven.
El número de tataranietos es muy alto, pero
no se ha podido calcular porque algunas familias emigraron a otros lugares y no
sabemos los hijos que tuvieron. Lo que sí podemos afirmar es que en
Villardompardo viven muchos de ellos/as y algunas mujeres de su descendencia
aún se llaman Soledad.
Carlos Ramírez Perea
2 comentarios:
Tremendo trabajo de recuperación , me satisface leer ésta historia de mi querido pueblo que hace tiempo que no lo visito pero que lo llevo siempre en el corazón. Un abrazo villarengos.
Tremendo trabajo de recuperación , me satisface leer ésta historia de mi querido pueblo que hace tiempo que no lo visito pero que lo llevo siempre en el corazón. Un abrazo villarengos.
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